¿Reciclar?
La parte positiva de ese derroche de recursos en busca de nuevas necesidades, ha sido la creación de muchos puestos de trabajo (también infantil, abusivo y precario en muchos rincones del planeta); la negativa, el agotamiento del aire (puro), del agua (bebible) y la escasez y encarecimiento de las materias primas, acompañados de la acumulación de residuos, a veces letales, que están convirtiendo el planeta en un enorme estercolero.
Una forma de paliar de alguna manera ese derroche es mediante el reciclaje. A mi no me supone esfuerzo guardar los envases usados en una bolsa, los periódicos en otra y con las botellas de cristal vacías, meterlo todo en maletero del coche y depositarlos en los contenedores, distribuidos por la ciudad, aprovechando cualquier desplazamiento.
Curiosamente nunca hasta esta semana había acudido al Ecoparque. Fui porque tenía, aparcada en un rincón, una impresora averiada y aproveché para recoger también dos bidones (seguramente de productos químicos) que había en el huerto de mi vecino y otro que tenía yo guardado, ni se sabe desde cuando.
El empleado que me atendió dijo tenía que presentarle mi tarjeta expedida por el Ayuntamiento para que el Ecoparque no sufra el coste añadido de tener que recoger los productos para reciclar de vecinos de otras poblaciones, lo que encuentro lógico. Pensé después que, con la misma lógica, no deberíamos soportar el coste de la limpieza de nuestra playa y de nuestras calles en la parte que son ensuciados por los vecinos de otras poblaciones. Pero no es ése el tema. Mi primera sorpresa al acudir al Ecoparque fue que el empleado me rechazó los recipientes supuestamente de productos químicos “porque de eso deben de hacerse cargo los que venden el producto”, aunque vi allí un contenedor lleno de estos materiales “que lo estaban clasificando -según expresión del encargado- pero que no iban a recoger más”.
Me dijo el amable funcionario que unos trozos de cristal los depositase en el contenedor en donde había sillas, maderas y objetos diversos. Pregunté si no separaban la madera y la respuesta fue que “eso es conglomerado que no vale”. Le señalé sillas de madera, cabirones de madera y palets. La respuesta fue: “Eso es que alguien equivocadamente los ha depositado ahí”. Al poco rato vi que un camión de Contebur se llevaba todo ese contenedor ¿Para reciclarlo?.
He visto con mis ojos lo que acabo de contarles, como vi hace algún tiempo en la Avenida del Puerto a un empleado de la limpieza arrojar en el basurero las cajas y papeles que estaban alrededor de un rebosante contenedor azul. El empleado me dijo que “así se lo habían ordenado”.
A pesar de todas mis malas experiencias sigo sin hacer caso a los amigos que me dicen que “reciclar es perder el tiempo porque luego todo va al mismo sitio” y sigo guardando mis residuos domésticos porque creo que está sociedad no puede convertirse en un basurero de plásticos, bolsas y productos químicos que dan vueltas por la acequias o acaban en un quemador de leña, estropeando gratuitamente el agua, el aire, el Clot y el mar.
Creo que la solución, no está en sentarse en la postura cómoda de echar la basura fuera del espacio individual de cada uno (olvidando que con esa actitud el aire que respiramos está contaminado y el agua no es bebible como lo era la que circulaba por nuestras acequias hace sólo cuarenta años) sino en denunciar los hechos y en contribuir a que eso no ocurra.
Por favor señores del Ayuntamiento, ocúpense de concienciar a la ciudadanía de la necesidad de reciclar, den ejemplo de que lo hacen bien (por convicción y no por moda) y fomenten que les entreguen los envases peligrosos que se utilizan en el campo, tales como los de insecticidas y fungicidas, evitando que se quemen o se depositen en los suelos agrícolas. Si eso les cuesta demasiado dinero pongan un impuesto especial de recogida a los establecimientos agrícolas que los venden y hagan las cosas pensando en darnos a nosotros y a nuestros hijos y a nuestros sucesivos hijos, una verdadera calidad de vida.
En España se debería reciclar por completo no sólo la basura, sino la mentalidad y el enfoque que se le da a la misma. Supone un verdadero esfuerzo para la persona con conciencia ecológica llevar a cabo la dinámica de sus pretensiones...y no es justo tropezar con barreras absurdas que perjudican a todos...Y estoy de acuerdo al 100% que nos venden la correcta estética del momentito para dar color y sentido a los panfletos públicitarios...tener conciencia ecológica, significa ir más allá, y ¿Por qué no se le da e respeco al mismo concepto de "basura"?, es decir ayudar a seguir siendo un residuo pero aprovechable, y contribuir a mantener el ecosistema. Otras naciones tienen en las puertas de su casa todos los contenedores para llevar a cabo una simple operación como es tirar basura pero con respeto . Supongo que algún día nos pongamos serios, y el Ayuntamiento se platee en su totalidad. Que luego nos llaman "atrasaos" y vemos porque.