Reciclar de fachada

Con conciencia ecológica o sin ella, cualquier institución pública o empresa privada sabe que asociar esas marcas a su institución o empresa, ayuda a mejorar su imagen.

Sabiendo esto, algunas empresas eléctricas, propietarias de centrales nucleares que depositan en el planeta residuos, para los que no encuentran ubicación segura, con un riesgo y un potencial de contaminación muy alto que pueden durar miles de años, se pegan la etiqueta de cuidar el medio ambiente, cual franciscanos que rebosan amor por la naturaleza y dan migajas de pan a los pajaritos entre cánticos celestiales.

Lo mismo hacen los políticos. En busca del voto de quienes tienen de verdad conciencia de preservar la naturaleza para futuras generaciones, todos los programas electorales incluyen un apartado dedicado a temas ecológicos para demostrar su interés por tales asuntos.

No hay Ayuntamiento que se precie, por pequeño que sea, que no haya instalado contenedores verdes, amarillos y azules, invitando al reciclaje de vidrios, envases de plástico y papel.

Mal que me pese, observo que mucha gente se niega a separar sus residuos. Algunos lo hacen por comodidad y bastantes decepcionados porque piensan y dicen: “lo seleccionamos y luego todo va al mismo montón de basura”.

Hace ya varios años, me llamó la atención un barrendero, trabajando en la Avenida de la Mediterránea, al que vi que recogía los plásticos y cartones que estaban justo al lado de un contenedor lleno. Vi como los recogía y los introducía en el basurero en donde depositamos el resto de residuos orgánicos. Le pregunté porqué lo hacía y me dijo que así se lo habían ordenado.

A pesar de todo, yo sigo con mi vena ecológica viva y sigo llenando por separado, bolsas de envases, vidrios y papeles.

He aprovechado los días, con muchas horas muertas, de las fiestas de la Misericordia para fijarme en los contenedores verdes, amarillos y azules que se esparcen por toda la ciudad y puedo dar fe, y doy fe, de que los he visto llenos y con muchas bolsas a su alrededor a las 8 de la tarde

y a la mañana siguiente, los mismos contenedores seguían llenos, pero ¡Oh magia de la noche! ¡Oh milagro de San Vicente Ferrer!, todas las bolsas con envases y todas las bolsas con cartones y periódicos, que estaban la noche anterior depositadas a su alrededor, habían desaparecido.

Después de conocer que el Ártico se está destruyendo a un ritmo vertiginoso (ante la mirada de los que son ven allí gas y petróleo), no es el momento de dudar de quienes tratan de concienciar a la humanidad sobre la importancia de conservar la biodiversidad del planeta, de evitar su degradación. Al contemplar las dudas tan absurdas que algunos grupos expanden sobre la necesidad de reutilizar los recursos pienso en las campañas que las compañías tabaqueras realizaron años atrás, negando los efectos tan terribles del tabaco mediante informes técnicos y campañas publicitarias en las que podía leerse que el tabaco era poco menos que inocuo y contribuía a la relajación y al placer de los sentidos. Decían “Fuma menos. Sabe mejor”. Slogan con el que se hicieron adictas muchas mujeres jóvenes.
Es el momento de dejarse de debatir sobre el sexo de los ángeles y de exigir a los poderes públicos, que se burlan del reciclaje tan hipócritamente, y de las empresas que solo ven sustanciosos negocios en la reutilización de las materias reciclables.

No podemos dejar pasar los días sin poner freno, con decisión, a los daños que en el ecosistema produce nuestra sociedad del despilfarro.

Seria deseable que el poder político controle mejor a empresas como Facsa o FCC que disfrutan de contratos firmados a 30 o 40 años ¿Porqué las basuras y el agua se contratan a plazos tan desorbitados? ¿Por qué no hay un mejor control de un negocio por el que, un limitado número de empresas, reciben una remuneración muy alta que les permite reciclar y, según han saltado algunos escándalos, también pagar comisiones a políticos corruptos?

Sr. Alcalde ¿qué diría Ud. al niño al que en el colegio le inculcan valores de concienciación sobre el medio ambiente, cuando en algún momento vea -como tantos hemos visto- meter los residuos, ya seleccionados para reciclarse, en el camión de la basura? ¿Es consciente que con su proceder están fomentando que los ciudadanos se desentiendan del reciclaje y no se detengan a separar los residuos, al igual que otros irresponsables queman recipientes de productos tóxicos utilizados en agricultura, contaminando el aire que respiramos todos y expandiendo el cáncer?.

Es necesario reciclar, pero no porque esté de moda, sino porque de no hacerlo, además de agotar los recursos, vamos a convertir este mundo en un basurero.

No fueron hechos casuales. El miércoles 15 por la noche así estaba el contenedor de papel:

Y así estaba el día 16 por la mañana: