OPINIÓ
A mi sí me preocupa
10/06/2009
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He escuchado las declaraciones de D. Carlos Fabra, apenas se han conocido los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que ha afirmado que “A la gente no le preocupa que Camps y yo seamos imputados”.
Es decir, que a la gente no le importa que Camps y Fabra sean presuntamente personas que pueden haber cometido un delito; es decir, que sean presuntos delincuentes. Según lo que piensa el Presidente provincial, a la gente le tiene sin cuidado que aparezcan en su cuenta particular mil millones de pesetas sin justificación alguna. Es decir que el delito fiscal no es delito. Es decir, que recibir regalos de mano de mafiosos (pueda o no
demostrarse si hay relación con las contratas otorgadas) es algo normal, que se hace por simple amistad, sin nada a cambio, porque los delincuentes tienen un altruismo y un corazón enormes.
Debo de ser un espécimen muy raro pero a mi sí me importa que las personas que ostentan el poder sean honradas a carta cabal y que estén al margen de cualquier corruptela. Me importa mucho y a la vez me repugna y me preocupa que haya personas que utilicen la política para enriquecerse. Me importa que una persona morosa (que esté en las listas del RAI, del ANEF y no pague ni los recibos de contribución) tras su paso por el poder no sepa donde meter los fajos de billetes. Sí me importa, claro que me importa porque es un modelo muy elegante y muy indigno -digámoslo claro- de robar utilizando el voto ciudadano, por mucha gente que haya que lo justifique, lo aplauda o mire para otro lado.
Me preocupa la corrupción y la rechazo venga de mi hermano, del partido político sacro, del partido político infernal o de una ONG, sea de Boadilla del Monte o de Lanzarote. La rechazo venga de donde venga, aunque la gente pase de ella y el sabio pueblo (que según repiten los aduladores siempre tiene razón) no creo que lo sea tanto si votó a Hitler, si votó a Bush (que utilizó la mentira, la manipulación y el engaño como nadie), si sigue votando a Berlusconi a pesar de que compró a un abogado como falso testimonio, cambió las leyes para no ser procesado y se ríe de la gente proponiendo que ocupen sillas en el Parlamento Europeo sus azafatas y modelos preferidas.
Sí me preocupa la corrupción porque sueño con una democracia verdadera que castigue, apartándoles del poder con multas y con cárcel, a los corruptos sin que puedan hacer trampas, dilaciones ni prescripciones, aunque dispongan de los mejores asesores, abogados y publicistas.
Me preocupa que los políticos, al día siguiente de dejar su despacho estén en la nómina de Gazpron, de Repsol, de Telefónica o de Titanbur. Me preocupa porque dudo qué intereses estaban defendiendo mientras gobernaban.
Déjenme soñar que puedo votar en mi ciudad eligiendo a personas que yo considero más preparadas, sin reparar en siglas. Sin tener que tragarme entero el paquete que me ofrece un partido confeccionado a base de codazos.
Déjenme soñar que no sea posible que una empresa pueda imponer a varios concejales para que estén allí en defensa de sus intereses y no de los de todos.
Déjenme soñar y aplaudir a personas honradas que al finalizar su etapa en el consistorio, se va a vender hortalizas o cerámica al mercado o vuelven a la escuela sin que su cuenta corriente se eleve como un descomunal geiser.
Déjenme soñar que los políticos no van a las instituciones a beneficiarse ellos, sus familiares y sus amigos.
Déjenme soñar en que a la gente sí les importa la honradez y la verdad y que rechazan la corrupción.
Y si a la gente no le importa a mi me importa un bledo que no les importe. A mi sí me preocupa y me repugna que algunos no sean honrados y que se ufanen en declararlo.
Tras las elecciones, en los que Uds. - Sr. Fabra, Sr. Camps- han pedido el voto y lo han obtenido para darnos “Ahora Soluciones”, es el momento de que expliquen y apliquen esas soluciones para sacarnos de la terrible depresión que sufrimos en esta Comunidad con las tasas de paro más altas de España y unos volúmenes de endeudamiento muy elevados. Luego acudan a la ciudadanía y al juzgado a demostrar su inocencia y libres de toda sospecha me sentiré encantado, sin preocupaciones, de aplaudirles.
Es decir, que a la gente no le importa que Camps y Fabra sean presuntamente personas que pueden haber cometido un delito; es decir, que sean presuntos delincuentes. Según lo que piensa el Presidente provincial, a la gente le tiene sin cuidado que aparezcan en su cuenta particular mil millones de pesetas sin justificación alguna. Es decir que el delito fiscal no es delito. Es decir, que recibir regalos de mano de mafiosos (pueda o no
demostrarse si hay relación con las contratas otorgadas) es algo normal, que se hace por simple amistad, sin nada a cambio, porque los delincuentes tienen un altruismo y un corazón enormes.
Debo de ser un espécimen muy raro pero a mi sí me importa que las personas que ostentan el poder sean honradas a carta cabal y que estén al margen de cualquier corruptela. Me importa mucho y a la vez me repugna y me preocupa que haya personas que utilicen la política para enriquecerse. Me importa que una persona morosa (que esté en las listas del RAI, del ANEF y no pague ni los recibos de contribución) tras su paso por el poder no sepa donde meter los fajos de billetes. Sí me importa, claro que me importa porque es un modelo muy elegante y muy indigno -digámoslo claro- de robar utilizando el voto ciudadano, por mucha gente que haya que lo justifique, lo aplauda o mire para otro lado.
Me preocupa la corrupción y la rechazo venga de mi hermano, del partido político sacro, del partido político infernal o de una ONG, sea de Boadilla del Monte o de Lanzarote. La rechazo venga de donde venga, aunque la gente pase de ella y el sabio pueblo (que según repiten los aduladores siempre tiene razón) no creo que lo sea tanto si votó a Hitler, si votó a Bush (que utilizó la mentira, la manipulación y el engaño como nadie), si sigue votando a Berlusconi a pesar de que compró a un abogado como falso testimonio, cambió las leyes para no ser procesado y se ríe de la gente proponiendo que ocupen sillas en el Parlamento Europeo sus azafatas y modelos preferidas.
Sí me preocupa la corrupción porque sueño con una democracia verdadera que castigue, apartándoles del poder con multas y con cárcel, a los corruptos sin que puedan hacer trampas, dilaciones ni prescripciones, aunque dispongan de los mejores asesores, abogados y publicistas.
Me preocupa que los políticos, al día siguiente de dejar su despacho estén en la nómina de Gazpron, de Repsol, de Telefónica o de Titanbur. Me preocupa porque dudo qué intereses estaban defendiendo mientras gobernaban.
Déjenme soñar que puedo votar en mi ciudad eligiendo a personas que yo considero más preparadas, sin reparar en siglas. Sin tener que tragarme entero el paquete que me ofrece un partido confeccionado a base de codazos.
Déjenme soñar que no sea posible que una empresa pueda imponer a varios concejales para que estén allí en defensa de sus intereses y no de los de todos.
Déjenme soñar y aplaudir a personas honradas que al finalizar su etapa en el consistorio, se va a vender hortalizas o cerámica al mercado o vuelven a la escuela sin que su cuenta corriente se eleve como un descomunal geiser.
Déjenme soñar que los políticos no van a las instituciones a beneficiarse ellos, sus familiares y sus amigos.
Déjenme soñar en que a la gente sí les importa la honradez y la verdad y que rechazan la corrupción.
Y si a la gente no le importa a mi me importa un bledo que no les importe. A mi sí me preocupa y me repugna que algunos no sean honrados y que se ufanen en declararlo.
Tras las elecciones, en los que Uds. - Sr. Fabra, Sr. Camps- han pedido el voto y lo han obtenido para darnos “Ahora Soluciones”, es el momento de que expliquen y apliquen esas soluciones para sacarnos de la terrible depresión que sufrimos en esta Comunidad con las tasas de paro más altas de España y unos volúmenes de endeudamiento muy elevados. Luego acudan a la ciudadanía y al juzgado a demostrar su inocencia y libres de toda sospecha me sentiré encantado, sin preocupaciones, de aplaudirles.
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El que se pica ajos come.