¡Paren a esos radicales!
El otro día, paseando por el centro de la ciudad, me encontré con un joven con el que nunca había hablado. Se detuvo y me saludó. Yo, por cortesía, hice lo mismo e iniciamos una breve e intrascendente conversación sobre el tráfico.
Me sonaba su cara y me percaté muy pronto que ese joven es concejal del Ayuntamiento por un partido muy radical que se llama Podemos. Menos mal que a partir de ese instante, en el que supe quien era, tomé mis precauciones.
El edil, después de hablarme del tráfico, y con la excusa de hablar del carril bici, me preguntó si yo tenía una bici. “¡Caramba! -me dije pensando en el mensaje que había recibido esa misma mañana en mi móvil, alertándome de las ocultas intenciones de la gente tan radical que milita en este partido- seguro que éste me lo pregunta porque sabe que yo tengo dos bicis y se propone incautarme una de ellas”.
Fui inteligente. Desvié mi conversación y me aparté de inmediato de su lado tras estrecharle la mano, aunque el cuerpo me pedía hacerle un plante rajoniano y dejarle con su mano tendida mientras yo simulaba abrocharme la chaqueta mirando para otro lado.
La verdad es que no me habría importado que me dejara sin una de mis bicis; pero sé que eso es solo el principio. Después de la bici, lo siguiente sería dejarme sin una habitación que tengo vacía en mi casa y luego el dejarme sin la casa, sin coche, sin mis ahorros y sin mi pensión.
Gracias a Dios que yo, al estar prevenido, he logrado zafarme de fanáticos como éste que ocultan sus verdaderas intenciones y están ahí para robárnoslo todo. Gracias a Dios, de momento he logrado escabullirme, aunque la verdad es que estoy muy preocupado.
He llegado a un punto en el que me inquieto solo con ver por televisión a Pablo Iglesias, el líder de Podemos. Su coleta y su cara me producen pánico. Es evidente que entre él y Fidel Castro hay pocas diferencias más allá de que este último haya lucido siempre una barba mucho más poblada. No puedo evitar sentir el temor que me produce.
Para nada me ha tranquilizado escuchar lo que le decía el otro día en el Congreso García Margallo a Pablo Iglesias. Le espetó “que había leído algunos de sus libros” y le alabó “su brillantez intelectual” y su “transparencia”. ¿Será -pensé- el Ministro de Exteriores un espía infiltrado en el PP al servicio de los radicales del castrismo-trokista--iraní-bolivariano? ¿Cómo si no puede el Ministro de Asuntos Exteriores hablar así de una persona como esa?
Confieso que mi preocupación crece de día en día y cada vez estoy más convencido que hay que ir a por ellos antes de que ellos acaben con nosotros. Hice bien en apartarme del concejal que me saludó en el centro de la ciudad e hice mal de despedirme de él cortésmente, como no merecía, porque tengo claro que ocultaba su intención de apropiarse de mi bici.
Estoy cada día más convenciendo de que los robos, escándalos y el desgobierno del PP en sus grandes feudos de Mallorca, Valencia y Madrid, que tanto nos repiten machaconamente los medios de comunicación, no son sino una cortina de humo para impedir que veamos con claridad las verdaderas intenciones de esos radicales.
Los hechos constatados, de cómo actúan, son claros: Al alcalde de Zaragoza, gracias al trabajo de la oposición, le han pillado gastándose 16 euros en gomina con cargo a las arcas municipales. Un concejal, un tal Zapata, mandó por correo un chiste antisemita. A otro le vieron en Madrid haciendo unos trabajos por los que le dio una beca la Junta de Andalucía. A una concejala del Ayuntamiento de Madrid lograron grabarla hace cinco años en una protesta para que se separe el culto religioso de las universidades públicas. Al Ayuntamiento de Madrid le han pillado gastándose dinero público en la vestimenta de los Reyes Magos. A la propia alcaldesa han tenido que acusarla por permitir a unos titiriteros escenificar una obra con un guión que contenía la violación de una monja y una pancarta alusiva a ETA. Las atrocidades siguen. Las gentes de bien estamos asustadas y nos tememos que esto es solo el principio.
Ante tanto desmán es incomprensible que un juez haya sentenciado “que no hay delito en el chiste de Zapata”, cuando todos sabemos que sí lo hubo. Lo mismo ha pasado con otro juez que acaba de dictar sentencia diciendo que “los de Podemos no se han financiado con dinero de Irán y Venezuela” ¿cómo que no? ¡si es algo que tenemos todos muy claro! Este país está lleno de jueces y fiscales corruptos que solo acusan al PP, que no atienden las instrucciones del Ministro del Interior y que cambian o se saltan pruebas. Ya pasó en el sumario del 23-F.
Los radicales quieren ir mucho más allá. Han anunciado que van a exigir a Europa una reducción más dilatada del déficit y me pregunto cómo se saneará nuestra economía con medidas de ese tipo. Hay más. También han anunciado que incrementarán los impuestos a las rentas de más de 60.000 euros. Con medidas como ésa van a dejarnos a todos sin poder comprar la leche y el pan para nuestros hijos. ¡Es intolerable! También anuncian su determinación a acabar con las puertas giratorias ¿Quieren dejar sin trabajo a los políticos cuando abandonen el Congreso? ¡Paremos de inmediato a esa gente! ¡Difunde el mensaje!
GRAN BRETAÑA DA UN PASO MÁS
Inglaterra ha jugado siempre a estar en Europa y a no estar. Ahora acaban de chantajear a sus socios con la amenaza de irse, para reducir sus cargas sociales y la libertad de movimiento de las personas.
Con el pacto se limitará la entrada de inmigrantes (los españoles allí lo son) y se reducirá a la mitad los 100 euros que pagan a los menores comunitarios residentes, sin estar sujeta a las sentencias que dicte el TJ de la UE. También han decidido quitar complementos salariales a los trabajadores extranjeros (recuerdo, otra ve que los españoles allí somos extranjeros).
Rajoy se ha entusiasmado con la propuesta británica. La Europa débil ha aceptado el chantaje. La Europa de la unión política y de los derechos sociales se muere. Solo sigue viva la Europa de las grandes empresas y la del estatus especial de la City.
HAY DOS TIPOS DE REACCIONES ANTE LA CORRUPCIÓN DEL PP
Ante el rosario de casos de corrupción que golpean al PP tras el paréntesis electoral y que sitúan a ese partido en el centro de los medios de comunicación, observo dos reacciones:
1) La primera es la de los militantes y simpatizantes más incondicionales que se niegan a verla y ponen el ventilador en marcha buscando en otros partidos algún caso aislado en donde agarrarse o diciendo que “todos son corruptos” o que los jueces van contra ellos, como ha afirmado el Ministro del Interior que parece estar a punto de gritar como cualquier antisistema: “¡Que no, que no, que no nos representan! ¡Los jueces no. Que no nos representan!”.
2) La segunda es la del presidente del PP de Vizcaya: “estamos hasta los cojones de tanta gente de PP pringada” o del alcalde de Moncófar que en su columna en este mismo periódico empieza diciendo “perdón, perdón, perdón” o de Alberto Fabra que habla de sentir “vergüenza, rechazo y bochorno” o Pablo Castellano que dice estar “hasta las narices”.
Yo, también he visto y oído por televisión a los de Podemos decir que son socialdemócratas y hoy he escuchado a Sánchez en la 2ª Sesión de investidura decir que en dos años va a reducir el paro a la mitad. ¡cuidadin también con lo que se ve y se oye! no es la verdad. Los datos son datos e, insisto, difíciles de desgranar. Las opiniones unidas a las valoraciones de cada cual interpretando lo que se ve y se oye, sí abundan.