Mitos y José María Aznar

Adolfo Suarez fue un gran estadista cuya aureola ha ido creciendo con el paso de los años. Hay  muchos ejemplos de personas íntegras que han ocupado un cargo público, simplemente con dedicación, siguiendo sus principios (que unos compartirán y otros no) y con el noble afán de servir a los demás sin incrementar su cuenta corriente. A nivel local me atrevería a citar a Juan Ferrandis, Rafael Usó, Josep Miquel Ros, mi amigo Santiago Ríos, José Manuel Sabater y muchísimos nombres que podría añadir, tantos como me dejaría en el tintero. Siento un especial aprecio por Pedro y Roberto que se van y también por Yolanda que se aleja discretamente. Se fueron, se van, se alejan con la conciencia tranquila, sin chalet en Ibiza, sin dinero en Andorra y sin enchufes de consolación en su partido. No quiero olvidarme de mencionar a Gerardo iglesias que se marchó a su trabajo en la mina tras dejar el escaño, a Morán el de los chistes y a Julio Anguita que, tras tantas burlas, volvió  a su humilde casa y a su escuela. Pero no son estos ejemplos a los que voy a referirme sino a otros, como el de Aznar, cuyo mito es para mí poco razonable. Voy a explicarles mis porqués con datos que, estoy seguro, no va a aceptarme ninguno de sus  muchos admiradores.

Existe la creencia de que cuando Aznar fue presidente en el 96 la economía estaba en estado agónico. No es así, ya que el periodo de recesión había finalizado en el 93. Año en el que el PIB bajó el 1,1. En el 95 la tasa de crecimiento era ya del 2,4. Lo que quiere decir que Aznar tomó el poder cuando la economía  había cerrado un ciclo y estaba en curva ascendente.

Durante su mandato Aznar se mantuvo al margen del debate nuclear. Ahora, desde Faes toma partido con una convicción desconocida a favor de que se prolongue la vida útil de las centrales caducadas y de que se construyan otras nuevas ¿Por qué? Ahora Aznar trabaja para Endesa (en manos extranjeras) y le pagan para que defienda otros intereses.

Aznar no hizo nada para mejorar la administración pública, ni la sanidad y siguió impulsando la desregulación bancaria que con el tiempo ha causado esta Gran Recesión (según yo pienso y ha concluido recientemente  una comisión de congresistas  demócratas y republicanos estadounidenses).

El discurso xenófobo que ahora hemos visto utilizar por el PP en Cataluña, ya lo utilizó Aznar, mientras durante su mandato, la población extranjera pasaba del 1,6% al 8,4%.

Lo que sí hizo fue adelgazar el patrimonio del Estado vaciándolo de sus mejores perlas: Telefónica, Repsol, Endesa, Argentaria, REE, etc. ¿Cuánto valdrían hoy esas empresas de continuar siendo públicas? ¿Fue un buen negocio para el Estado desprenderse de ellas?

Con el Aznar de “España va bien”, se fue gestando  un monstruo inmobiliario al que le dio de comer con LRAUs y LUVs llenándolo tanto de grasa  que al final tuvo que explotar. Con Aznar se iniciaron en el 2004 la barbaridad de 700.000 viviendas y la bestia siguió hinchándose solo un pelín más con Zapatero en 2005 (740.000) y en 2006(760.000).  A partir de ahí la debacle.

Con Aznar la vivienda subió el 15,3 en el 2002. El 17,1 en el 2003. El 17,3 en el 2004 (Siguió creciendo con Zapatero en el 2005, 2006 y 2007). José María Aznar lo justificaba diciendo que “la vivienda sube porque la gente tiene más dinero”.

En el 2000 se pusieron de acuerdo Endesa e Iberdrola para fusionarse en una  gran empresa que hubiera sido muy grande y española. La fusión la frustró Aznar poniendo condiciones leoninas y abriendo el paso a la entrada de empresas extranjeras que han acabado anulando la españolidad de Endesa.

Ya fuera del gobierno, el que fuera presidente se puso a imaginar: ETA apoyaba a ZP a cambio de la independencia del País Vasco con Navarra incluida. Siguió diciendo que los terroristas habían ganado fuerza tras la tregua trampa. Los obispos le creyeron y fueron a manifestarse contra esos temores olvidándose de quienes  han provocado esta crisis dejando millones de parados, muchas familias desahuciadas y hambre. Solo recientemente hemos sabido que Aznar afirmaba al embajador de EEUU, (según dicen los cables de Wikileaks) que las negociaciones con ETA fracasarían porque “hay líneas rojas que el PSOE nunca traspasará”. Decía eso mientras se manifestaba en la calle para denunciar a ZP de “venderse” a los terroristas.

Aznar, tan extremadamente duro con todo lo que signifique hablar con ETA, no ha explicado a cambio de qué acercó los presos etarras al País Vasco y llamó a la organización terrorista Movimiento Vasco de Liberación. Tampoco porque Zarzalejos en sus conversaciones con la banda les dijo “No venimos a convencerles de que dejen de ser una organización armada” “Hemos hecho un esfuerzo de acercamiento” “No venimos a derrotarles”.

Aznar tuvo un gran defecto, por otra parte común en mucho líderes que se ven rodeados de aduladores que de tanto piropo acaban llenándolos de soberbia.

No dice la verdad Aznar cuando afirma  ahora que esta crisis es similar a la que él hizo frente en el 95 y que él “sabe como salir de ella”, algo que también repite Rajoy y que desconcierta al FMI, a la Reserva Federal y al BCE. No es serio afirmar que la solución es, otra vez, impulsar la especulación inmobiliaria.

Aznar fue, con Blair y Bush, autor intelectual de la masacre de Irak, que aun no ha finalizado dejando a una nación desangrada, en ruina y sin democracia. Pese  a las graves mentiras y las consecuencias que de ellas se han derivado, ni él ni los otros dirigentes han mostrado el menor signo de arrepentimiento.

El asalto de Perejil pudo haber ocasionado una respuesta semejante y meternos en una guerra por un desconocido peñasco con cuatro  insignificantes cabras.

Aznar tiene el dudoso honor de haber sido el primer líder occidental en viajar a Libia y tras dejar el gobierno ha seguido manteniendo relaciones con su amigo Gadafi al que ha expresado frecuentes halagos. Seguramente Aznar debe sentirse reconfortado pensando que una dictadura como la de Arabia Saudí que gana por puntos (bastantes) a la de Gadafi, es agasajada por nuestra monarquía y los políticos occidentales.

Con Aznar, durante el periodo de bonanza económica, de 1995 a 2004, los el poder adquisitivo de los salarios de los españoles bajó un 4%. Durante el mismo periodo los beneficios empresariales crecieron un 75%. Pero eso son detalles sin importancia.

Aznar tiene en su currículum la malísima gestión del desastre del Prestige y el accidente del Yakolev.

Aznar busca y logra, desde hace tiempo, un excesivo protagonismo en la sociedad y sobre el PP (al que a veces hasta incomoda), a través de su fundación FAES. Sus declaraciones dejan mucho que desear. Recientemente le hemos oído hablar de que España va a tener dificultades para pagar su deuda. Que lo diga él, aunque sea cierto, contribuye a incrementarlas, prestando un mal servicio a España como ex presidente.

Aznar simplemente ocupó la presidencia en un momento en el que la economía cerraba un ciclo de recesión y empezaba a crecer.

Menos mitos.

PARO. Es un escándalo el índice de paro de este país con gobierno del PSOE. La solución a ese desastre  se llama PP. Lo incomprensible es que el PP gobernando aquí con tan abrumadora mayoría haya ocasionado niveles de paro aún mucho más escandalosos.