Martirio y muerte de Sant Gregori

Ninguneados desde que en el despacho de Ferrada se tomó la decisión de promover la urbanización de S. Gregori y martirizados con el pago de avales y cuotas de IBI durante años, los pequeños propietarios hemos visto, impotentes, cómo se destrozaban nuestras casitas y nos cambiaban nuestros huertos por las líneas imaginarias de un solar dibujado sobre unos planos.
Mientras eso sucedía el gobierno municipal iba a los suyo pasando totalmente de los afectados, muchos de los cuales, carentes de información, vendieron por dos pesetas sus hanegadas en el primer minuto. Otros, con más suerte, se beneficiaron de la especulación que allí se desató, y algunos que no hemos entrado en ese juego estamos donde estábamos al principio, pero con nuestras propiedades arruinadas.

Ya con el agua al cuello, el anterior alcalde que ejerció sus funciones investido con el mismo traje de Rajoy de “dejar pasar el tiempo sin hacer nada”, nos convocó a una primera reunión para hablar del tema. Salimos como entramos.

Ahora, el nuevo gobierno, con un hierro incandescente en sus manos y viéndole las orejas al lobo, nos acaba de convocar a una segunda reunión. ¡Dos reuniones en 16 años! ¡Viva la democracia participativa!

¿Ha habido esta vez claridad informativa? No la ha habido. Hemos asistido perplejos a un debate político de baja altura, lleno de descalificaciones y malos modos: “Mentira” “Eres tu el que miente”. Todo en un tono de mitin barriobajero muy lamentable.

De los asistentes que tomaron la palabra, bastantes dijeron que no querían seguir aportando ni un euro más.

Miguel A. Bodí, dijo ser propietario del 20% del proyecto (logrado con el regalo envenenado que le hizo Bankia huyendo de la suspensión de pagos y de las deudas). Como no podía ser de otra forma vendió optimismo: “Un proyecto único en la Comunidad, con todas las bendiciones, en el que están interesados muchos fondos de inversión en un momento en el que hemos superado una grave crisis económica.”

Punto de interés fue el debate entre Garrigues y Juan Planelles, demostrando este último su conocimiento profundo del tema.

Otros propietarios se manifestaron en la necesidad de seguir con un proyecto importante para el desarrollo turístico de esta ciudad. Por mi parte no tengo ninguna duda de que Burriana debe dotarse de un sector turístico, pero las tengo todas de que la crisis esté superada en España y en el resto de Europa. Prueba de ello es que el BCE acaba de emplearse a fondo, sin futuros márgenes de maniobra, poniendo a cero los tipos de interés e incrementando las compras de deuda a Estados y empresas.

¿Hay realmente inversores interesados en el proyecto? Permítanme que lo ponga en duda.

Del proyecto de S. Gregori se ha salido Bankia para no invertir ni un euro y para quitarse de encima responsabilidades. Otro inversor importante, la SAREB, está ahí a la fuerza y con el propósito de vender, si puede, cuanto antes, y los bancos que aun tienen hipotecas gregorianas en sus balances no están para seguir acumulando más solares.

Visto así el panorama, parece que lo único interesante de S. Gregori está en el beneficio de urbanizar, pero todos los candidatos a urbanizador saben que pueden tener problemas de cobro de cuotas y que necesitarán acudir a la vía judicial. Saben que hay más propietarios dispuestos a salir que a quedarse. Y, de los que quieren quedarse, muchos lo hacen solo con la esperanza de vender en cuanto puedan. Difícil panorama para un inversor serio.

Me calificarán de pesimista si digo que, para mí, el proyecto está muerto y que no creo en el milagro de la resurrección. (Apunto que cuando empezó esta grave crisis a quienes decíamos que iba para muy largo también nos calificaban de pesimistas.) Ojalá pueda escribir en el futuro que estaba equivocado.

Ante tal situación, este gobierno -como nadie de la oposición- no quiere ser responsable de enterrar el cadáver, debiera dejarse de dilaciones y de encuestas y hablar con mucha más claridad.

En la reunión, yo propuse que desde el Ayuntamiento, apoyándose en abogados urbanistas y técnicos, nos trasladen esquemáticamente todas las opciones posibles que están sobre la mesa a partir de este momento con sus pros y sus contras. Es tan fácil como anotar:

• Opción A: Dejar el proyecto latente. Desde ahí se derivan dos nuevas opciones, A1: dejarlo por un tiempo limitado o A2, dejarlo para siempre. Consecuencias.

• Opción B: Volver atrás y deshacer la parcelación. Costes. Tiempo. Pros y contras.

• Opción C: Seguir adelante con el proyecto. Hay tres caminos para ello:

• • C1: Agruparse los propietarios en una Unidad de Actuación Urbanística.

• • C2: El Ayuntamiento se convierte en Agente Urbanizador.

• • C3: Encontrar un Fondo o una empresa inmobiliaria dispuestos a invertir.

Y partir de cada uno de estos apartados, realizar las siguientes subdivisiones:

• • c1 Qué pasa con quienes no quieran acogerse.

• • c2 Costes.

• • c3 Riesgos. Responsabilidades jurídicas.

• • c4 Plazos.

¿Es tan complicado? ¿No es posible informar verazmente de lo que puede suceder a partir de hoy para que todos podamos decidir con datos en la mano? Déjense de marearnos con lenguajes mitineros sobre el injusto IBI. Aclaren si legalmente puede o no rebajarse. Si se puede dígase cómo. Olvídense de pelearse sobre informes, oscuros o no, de Garrigues. Tráigannos los inversores si existen y díganos si son solventes y en qué condiciones vienen, pero déjense de marearnos, y olvídense de intereses políticos… y de fantasías malayas.