¿Hay líderes en Europa?
Europa fue la Europa de las libertades, del estado del bienestar, de la democracia, de los derechos sociales… De aquella Europa hoy no queda nada más allá de un grupo de naciones que cada una camina por su cuenta con el único vínculo de una moneda común (de momento). En esa Europa crecen los partidos xenófobos y antieuropeos, sin que ello sea considerado un problema grave. De esa Europa, Inglaterra, que nunca estuvo dentro, amenaza con irse. En esa Europa, sus socios, se pelean como los niños en un patio del colegio, para no dar acogida a 40.000 refugiados que huyen de sus países en guerras. Esa Europa que tras celebrar el derrumbe del muro de Berlín, levanta nuevos muros en la frontera de Serbia. Esa Europa que rompe con los tratados de Schengen y deja libertad solo a las multinacionales. Esa Europa que habla de Derechos Humanos e incumple el art. 14 sobre el derecho al asilo de los perseguidos y no presta ningún tipo de ayuda, a países como Jordania acoge a 400.000 de ellos.
En esa misma Europa sus líderes son incapaces de entenderse con uno de sus socios más débiles: Grecia, a la que le exigen lo único que consideran importante: que pague su deuda. La misma Europa de la democracia que se enfurece cuando el gobierno de ese país se dispone a consultar a sus ciudadanos si el plan que les ofrece Europa deben o no aceptarlo. ¡Estos griegos! Inventaron la democracia y no saben que las urnas y los programas electorales son puro trámite. Estos griegos no saben que una vez el voto depositado, acaba el formalismo y a partir de ese momento el gobierno elegido ya puede hacer lo contrario de lo que prometió en su programa electoral. ¿No ven lo que ha pasado en España? Primero fue Zapatero el que lo incumplió. Luego vino Rajoy y se olvidó completamente de todo lo que dijo.
¡Malditos griegos! ¿Qué se han creído? Hay que darles un ejemplo por su osadía y por haber elegido a un gobierno radical que vive en la utopía. Para eso está el gobierno español, duro entre los duros, para exigirles que hagan lo que se les ha ordenado y que se dejen de referéndums y pamplinas. Que paguen, que sigan acumulando deuda, que aprieten más a los pensionistas y a los asalariados, que suban el IVA, que no penalicen las ganancias de quienes obtienen más de 500.000 euros y que callen y acaten órdenes.
A nosotros el impago griego va a costarnos 40.000 millones y muchísimo dinero en la subida de la prima de riesgo y muchísimo en pérdidas bursátiles. Todo eso no importa. El gobierno sabe muy bien quienes van a pagar esa deuda y quienes van a pagar el incremento de la prima de riesgo y quienes van a sufrir las pérdidas bursátiles.
El utópico gobierno griego, apenas fue elegido por los votantes, comenzó su gira europea y algunos como Hollande o Rentzi les miraron con simpatía. El malhumorado diablo alemán sobre ruedas fue el encargado de poner a todos en su sitio abroncando a Varoufakis la primera vez que se citó con él. Se le sumó De Guindos poniendo toda su pasión en la tarea. Tras tiras y aflojas y cuando se estaba muy cerca de un principio de acuerdo apareció Lagarde, presidenta del FMI, con el encargo de defender ciegamente a los acreedores, y apretó aún más las clavijas a los helenos en la recta final. ¿Qué se creían esa gentuza? ¿Cómo podían ser exigentes con sus acreedores si necesitaban dinero e iban a pedirles que se lo dieran? La respuesta de quienes han repetido muchas veces ese argumento está clara: El deudor, cuando no ve la salida, solo tiene un arma, dejar de pagar, con ello sus deudas pasan a ser cero y el problema estalla con toda su fuerza en la cara del acreedor.
Ahora, en medio de la tormenta, ya se empieza a hablar del miedo de contagio a países como Macedonia, Rumania, Chipre o Bulgaria. Se teme también por Portugal y por España, aunque el BCE “va a soltar todo el dinero que sea necesario” (recordemos que en el último momento la diferencia entre las partes negociantes era de solo 3.000 millones).
Europa, la Europa de las libertades, nos muestra imágenes de Grecia. ¿Ven -nos dicen- las colas en los cajeros? Se ven las colas en los cajeros, pero en esas colas no se verá, con toda seguridad, a nadie de los grandes fondos que ya han apretado el botón para salir de ese país, tampoco a los que han apostado por la salida de Grecia del euro y se frotan las manos para dirigir su mirada al próximo país en el que, con su crisis, prevean ganar mucho dinero ¿Será España?
La política auspiciada por el ideologizado y malhumorado diablo alemán sobre ruedas (al que le encantó que De Guindos le dijera “hemos hecho un reforma laboral extraordinariamente dura”) está llevando a una desintegración de Europa de consecuencias impredecibles. Van a sufrir mucho los griegos, pero no solo los griegos. ¿Tendrán los lideres europeos un segundo de lucidez para sacarnos de donde nos han metido con su ideología radical?
Lo que esta ocurriendo en Grecia es simplemente el resultado de una unificacion en falso ,poremos opinar desde diferentes puntos de vista ,pero la realidad es que el gran capital durante estos ultimos 15 años esta viendo como sus veneficios han ido bajando la unica forma de poder volver a sus principios es meter el miedo a los ciudadanos .Seguramente dentro de 5 años cuando las cosas se estavilicen y ellos vuelvan a ganar "pasta " a qui paz y gloria y que!!! viva el patron!!! P.D Enrique tomo nota de tu texto con tu permiso y lo remito a mis compañeros para que digan la suya