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Per J. P. Enrique
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Me indigna, me extraña, me rebela, me desconcierta

    Me indigna escuchar a Sarkozy, Obama, Cameron y Zapatero iniciar, con coraza humanitaria, una guerra contra el dictador libio por “apalear a su pueblo y asesinar inocentes”. Me indigna porque a esos mismos líderes les veo guardar silencio ante el dictador yemení, el mismo que el pasado día 18 mató a 31 manifestantes e hirió a más de 100. Me indigna porque también les veo callar ante el sátrapa de Bahréin disparando contra su pueblo y hasta permitiendo que otro del gremio, el líder de Arabia Saudí acuda a protegerle. Me indigna porque les veo ponerse del lado del dictador marroquí mientras masacra a su pueblo y a los saharauis. Me indigna porque guardan silencio ante decenas de condenas de la ONU por la violación de los derechos del pueblo palestino. ¿Cómo con los mismos valores, se puede apoyar en unos países al pueblo y en otros al dictador de turno?

    Me resulta extraño que haya personas dispuestas a pagar un precio alto por una buena comida y que no acepten pagar un poco más para disfrutar de un aire no contaminado, de un agua bebible y de una energía limpia. Me desconcierta que haya tantos intereses a favor de la energía nuclear capaces de minimizar lo que ocurrió en Chernóbil y ahora en Japón con tecnología americana. “No podía volver a ocurrir”, decían. Me desconcierta también que algunos confíen en los “expertos” del Consejo de Seguridad Nuclear formado por las propias empresas en defensa de sus intereses.

    Me rebela que Artur Mas reste dinero a la Sanidad al tiempo que elimina el Impuesto de Sucesiones y va en camino de rebajar impuestos a los que ganan más de 120.000 euros.

    Me suena extraño oír a creyentes elevar plegarias a Dios o a las mil Vírgenes para que Zapatero se marche, desaparezca un dolor de muelas o que llueva; como si Zapatero, el dolor y la sequía estuvieran ahí en contra de la voluntad divina. Cuando rezan diciendo: “hágase tu voluntad” ¿querrán decir “hágase mi voluntad”?.

    Me rebela que se nos vendiera la reforma laboral como un instrumento para crear empleo y que se aprovechen de esa reforma empresas como Telefónica, para echar a 6.000 empleados a la calle, mientras Alierta “incentiva” con 450 millones a sus altos cargos “para retener talentos”. Talentos capaces de relacionarse muy bien con el poder político y fichar a Zaplana, Aznar o González. Es legal. Delito es vender en la calle lo que algunos encuentran en la basura. Eso sí es delito.

    Me indigna que sólo cuatro eurodiputados catalanes votaran a favor de auto suprimirse prebendas. Luego, palabras y mucho morro para explicar lo inexplicable a los votantes.

    Me indigna que mientras a Garzón se le sienta en el banquillo por “no respetar la intimidad de los acusados”, los acusados estén en las listas electorales y reciban votos y aplausos.

    Me desconcierta que el gobierno japonés hable de las dificultades que va a tener para obtener los 70.000 millones de dólares que necesitaran para reparar los daños del terremoto y que el día 14 abra la Bolsa y ese día el Banco de Japón inyecte, sin problemas, 132.000 millones de dólares y el día siguiente otros 150.000 millones más, para “lograr la estabilidad financiera”.

    Me rebela que en 2010, los millonarios de más de 1.000 millones de dólares no sólo no ganaran más que en 2009, en plena crisis, sino que -según la revista Forbes- el club incrementó el número de afiliados. No me importaría que hubiera más millonarios si no fuera que, en relación directa, crece a la vez el número de pobres en el mundo.

    Me extraña que tantos que gozan del cielo en esta tierra pretendan alcanzarlo también en la otra vida mirando con desprecio a quienes sufren aquí el infierno.

    Me rebela, después de conocer el escándalo de miles de curas pederastas, saber que una alianza entre médicos, curas y monjas trapichearan durante años para robar bebés primero a madres republicanas y luego a las que les tocaba en sorteo. Estos hechos también forman parte de la criticada memoria histórica. A las madres les decían que los bebés habían muerto en el parto y hacían caja al cobrar de los adoptantes que solían ser personas “de moral y buenas costumbres”. “Buenas personas” para entendernos.

    Me rebela que los kosovares (apoyados por nosotros contra los malvados serbios) fueran los que se dedicaran a engordar a presos serbios para luego vender sus órganos, según un informe que ha llegado documentado al Parlamento europeo: Un corazón 80.000 marcos, un riñón 40.000.

    Me indigna que “las noticias” las elaboren y las remitan a los medios de comunicación los propios partidos políticos y los grupos de presión, en lugar de los periodistas, cada vez más sumisos y pendientes de que les entren ingresos publicitarios. Si quien paga manda averigüen Uds. quien manda.

    Me extraña que los judíos quieran valerse de las palabras de Jesús de hace dos milenios para apropiarse de Palestina y no quieran tener ninguna responsabilidad sobre la muerte del Nazareno.

    Me desconciertan los que creen que Rajoy, cuando nos gobierne dentro de un año, vaya a ocuparse de la economía sumergida, de los contratos basura, de la especulación, de aumentar sueldos y pensiones, de la vivienda, de la precariedad en el empleo, de bajar el IVA, de los bancos,… y poner a raya a grandes empresas como Telefónica.

    Me indigna que quienes tienen capacidad para ir a esquiar todos los días o cambiar de coche cada año, carezcan de la suficiente solidaridad para aportar más dinero al Estado. Considero injusto que encima reclamen y obtengan bajadas de impuestos. Siendo así, deberían denunciarlo los curas desde su púlpito, en lugar de ocuparse tanto de ETA, del condón o de cuidar a las ancianas beatas y viudas, de las que logran de vez en cuando, que testamenten en su favor.

    Me indigna saber que muchos que claman contra los inmigrantes tienen a uno de ellos ocupado en labores domésticas y aceptan dejar al abuelo en sus manos para que lo cuiden.

    Me extraña saber que tras las revueltas de Túnez, han salido de sus cárceles 972 presos políticos, sin que nadie nos hablara anteriormente de ellos, mientras los medios informativos nos recordaban una y otra vez que régimen cubano tenía 72 presos encarcelados. Por cierto, en Arabia Saudí su gobierno reconoce la existencia de 13.000 “detenidos sin juicio contra el terrorismo”. La Asociación por los Derechos Cívicos y Políticos eleva la cifra a 30.000 ¿Cómo podemos guardar silencio ante esas cifras tan escandalosas?

    Me desconcierta saber que unas hermanitas recluidas voluntariamente en un monasterio cisterciense puedan haber hecho voto de pobreza y a la vez tener 1,5 millones de euros escondidos en un armario.

    Me indigno ante tantísima mentira, desfachatez e hipocresía.

    LA COMUNIDAD VALENCIANA según datos del Banco de España fue en el 2010 la más endeudada: 17.600 millones de euros, un 17,2 % de su PIB. El aumento fue de 3.255 millones que supone el 22,7% en términos relativos. La portavoz del Consell lo tiene claro: “Si hay una deuda es porque ha habido una inversión en infraestructuras, área social y hemos aumentado la calidad de vida de los ciudadanos” ¡Qué fácil es aumentar nuestra ¿calidad de vida? echando a otros las culpas del endeudamiento y de los parados!

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    comentaris 9 comentaris
    Vigorhumus
    Vigorhumus
    25/04/2011 09:04
    ¿Nos tenemos que resignar?

    Decía un filósofo alemán que la diferencia entre una dictadura y una democracia está en la cantidad de corruptos. En una democracia hay más. Pero, eso sí, se puede denunciar aunque no te hagan caso. Y ¿por qué no hacen caso a las denuncias?. Porque los más corruptos de todos son los medios de información, que viven de los anunciantes y por ese motivo prefieren callar o distorsionar la verdad antes que enfadar a su cliente. De esta forma se convierten en complices. Asi, dependiendo que periódico se lea, que emisora se oiga o que canal de tv se vea, se forma uno una opinión hacia el gobierno o hacia la oposición. Y si se es tan atrevido, como yo, para leer, oir y ver las dos tendencias acaba uno diciendo "y tu más" o acaba vomitando. Yo prefiero vomitar. Y a ellos que les den... porque mis denuncias no pasan de ser un "derecho al pataleo".

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