No hay gobierno ¿qué pasa?
No hay gobierno desde hace ya muchos meses y el turismo va viento en popa batiendo records en la entrada de visitantes, en su aportación al incremento de la demanda interna, en el incremento del PIB, en el crecimiento de divisas y en la creación de los puestos de trabajo necesarios para limpiar habitaciones, servir cervezas y hacer camas.
Sin gobierno, el gobierno en funciones continúa echando mano del fondo de reserva de las pensiones para compensar las bajadas de ingresos de la Seguridad Social. Y los pensionistas cobran mes a mes.
Sin gobierno se sigue desahuciando a quienes, sin trabajo, no pueden hacer frente a sus hipotecas y el número de coches matriculados también crece y un colectivo de españoles puede renovar su vehículo para irse de vacaciones y dar aire a un sector que genera mucho PIB aunque los beneficios se vayan a otra parte y los escuálidos sueldos sufran recortes y la constante amenaza de las empresas de desmontar sus instalaciones y llevárselas para montar los rompecabezas de cuatro ruedas a Polonia, a Estonia o a Vietnam. Allí los trabajadores son más dóciles y comprensivos con el sector y se conforman con cobrar menos.
Sin gobierno, la prima de riesgo está en 110 puntos básicos y los funcionarios cobran cada mes.
Sin gobierno, la banca trabaja con la palabra “eficiencia” en mente y sigue en su carrera de echar empleados a la calle y cerrar oficinas mientras incrementa sus comisiones.
Ante tal panorama -normal dentro de lo que cabe- parece que no solo no es malo que no haya gobierno, y hasta puede que esté bien que sigamos luciendo eternamente a Rajoy como cabeza provisional visible. Una cabeza decorativa que acumula cada vez más méritos. El más reciente es el del juez que acaba de dictar el procesamiento del PP por borrar los ordenadores que escondían la contabilidad en B de su partido. El borrado acabará con una multa de entre 21.600 y 3,5 millones de euros. Unos días antes, la directora general de la DGT ha tenido que dimitir tras haberse destapado algo demasiado normal: que los cargos son para el lucro personal y de los amigos. ¡Minucias! El asunto acabará con esa dimisión y con la directora general temporalmente apartada a la espera de una nueva ubicación.
Tenemos a un gobierno provisional, cuya provisionalidad no le impidió renovar, a la papelera ENCE, una concesión a 40 años para que pueda seguir contaminando legalmente la ría pontevedresa. Tampoco ha sido obstáculo para dar facilidades a EEUU para instalar un escudo antimisiles en Rota, (mi querida España, esta España mía, esta España ¿nuestra?) argumentando que iban a crearse no sé cuantos miles de puestos de trabajo. Una mentira que suena bien en la Andalucía de las altísimas tasas de paro.
No tenemos gobierno y la vice-presidenta se ha reunido con el “ogro” del separatismo catalán y le ha puesto encima de la mano 800 millones de euros y Rajoy ya se ha comprometido a recortar 10.000 millones que le exigen sus amigos europeos.
Para estar sin gobierno y el que lo ocupa ser provisional, está claro que no ha tenido las manos atadas para decidir sobre lo que le ha interesado decidir de acuerdo con su ideología o sus valores políticos ¡perdón!, quise decir por el bien de España.
Ahora en una nueva fase, el mismo gobierno en funciones nos habla de no sé qué plagas de Egipto que van a caer sobre todos los ciudadanos si los demás partidos no firman un manifiesto de adhesión y nombran, de una vez, a Don Mariano Rajoy presidente del gobierno.
Entre esas plagas, apuntan que los pensionistas, si no hay presupuestos, se van a quedar sin su incremento de 1,50 euros mensuales dificultándoles de ese modo el pago del alquiler de su vivienda. Nadie les recuerda que en 2011 Rajoy aprobó por decreto una subida de las pensiones porque los presupuestos de 2012 no estaban listos. Y el gobierno, que dicen que no lo es, ha cerrado con fecha 20 de julio (debía cerrarse en sepbre-octubre) el ejercicio administrativo en todos los ámbitos de gasto a excepción de suministros de material y sueldos de los funcionarios. El mismo gobierno que ha podido obligar a las empresas que satisfagan anticipadamente los pagos a cuenta del impuesto de sociedades.
Sin gobierno, está claro que este país funciona (igual de bien e igual de mal) y Rajoy, recostado en su hamaca fumándose un puro e instruyéndose en el Marca, recuerda los años de mayoría absoluta en los que se finalizaba un debate, entre aplausos, con el “quesejodan”. Ese líder tan carismático sigue meditando y espera paciente, sin hablar con nadie, a que los tertulianos, medios de comunicación y los barones del Psoe mejor situados, le digan al ambicioso e intolerante Pedro Sánchez cual es su responsabilidad y que es lo que España necesita para que todo siga “en orden”. O eso o a nuevas elecciones. Y ya se sabe que la corrupción “se limpia con las urnas” y los votantes ya absolvieron al PP como absolvieron antes a Carlos Fabra y a tantos Don Carlos que llenan las lista y tienen sus cuentas en Andorra, Suiza y Panamá.