Si yo fuera Papa
Si yo fuera Papa desprendería a la iglesia de palacios, iglesias y catedrales para convertirlos en museos. Con ellos, todo el oro y riquezas mundanas ocuparían el lugar que les corresponde por su valor histórico, y ordenaría como trasladar el culto a naves sencillas y diáfanas, en donde los fieles mirasen a Dios en su interior y las almas pudieran reencontrase consigo mismas.
Si yo hubiera sido Papa, en la época de Juan XXIII, no hubiera permitido que el cardenal Alfredo Ottaviani mandara a todos los obispos la carta “Crimen Sollicitudinis” que, ante los casos de pederastia, hablaba de que “los clérigos culpables fueran tratados del modo más reservado” y a ellos y a sus víctimas les imponía “la obligación del silencio perpetuo” amenazándoles con la pena de excomunión en el caso de que no guardaran el secreto.
Si yo fuera Papa, desde mi privilegiado altavoz, recordaría que Jesús se situó al lado de los más pobres, dejándolo dicho con una claridad que no ofrece dudas: “es más fácil que un camello pase por la ojiva de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos”. También como Papa seguiría las recomendaciones de Jesús de Nazaret a los apóstoles: “No cojáis nada para el camino ni bastón (como arma defensiva), ni alforja, ni pan, ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas (propio de gente acomodada). Quedaos en la casa en que os alojéis (no ser exigentes en cuanto alojamiento) hasta que os vayáis de aquel lugar. Y en el caso de que no os reciban, sacudíos el polvo de los pies. Ellos se pusieron encamino y fueron de aldea en aldea anunciando la buena noticia y curando en todas partes” (Lucas 9 3-6). Nota: El viaje del Papa costará 200.000 euros por hora. Mas importante que lo que dijo Jesucristo es lo que podría decirme Rouco Varela: “Hijo mío debes aprender el significado profundo de las palabras. Distingue entre lo que se dice y lo que quiere decirse. Encuentra el alma de las palabras” Y añadiría: “Hay que respetar la voluntad de Dios. Yo te diré cual es”.
Si yo hubiera sido el Papa Pío XII no hubiera legitimado la dictadura de Franco con el Concordato de 1953 ni hubiera corrido un tupido velo sobre la represión franquista tras la Guerra Civil.
Si yo fuera Papa entregaría a centenares de curas pederastas a recibir el castigo que las leyes determinan y una vez cumplido les mandaría a purgar sus pecados a la cueva de los anacoretas hasta el fin de sus días.
Si yo hubiese sido el Papa Pío XII no hubiera guardado silencio ante los crímenes del nazismo que sufrieron, entre otros, además de los judíos, polacos, gitanos, homosexuales y enfermos mentales. El mismo Papa Benedicto XVI, siendo Secretario de Estado bajo Pío XI, ya firmó con el nazismo el Concordato Imperial.
Si yo fuera Papa clamaría en voz muy alta contra las injusticias y exigiría que todos contribuyeran a que el mundo fuera más justo, sin gente sin techo, sin hambre, sin niños explotados sexual y laboralmente. No podría tolerar que en una sociedad tan hipócrita se dicten leyes para prohibir ayudar a los inmigrantes.
Si yo hubiera sido Papa no hubiera archivado las denuncias que, contra Marcial Maciel fundador de Los Legionarios de Cristo, llegaban a Roma.
Si yo fuera Papa explicaría desde el púlpito que todos somos hijos de Dios y recordaría que el Creador no hizo un mundo con fronteras; que el mundo es de todos y que todos deben ser tratados como personas, con dignidad, sin desprecios y sin rechazos.
Si yo hubiera sido el Papa Pablo VI no hubiera publicado en 2001 la carta “De delictis gravioribus” mostrando acuerdo con la doctrina de imponer silencio dictada por el Cardenal Octtaviani ni habría condenado la homosexualidad.
Si yo hubiera sido Papa, hubiera ordenado que rectificara la teóloga Rosemary Redford Ruerther quien dijo que “ordenar sacerdote a una mujer es peor que el abuso sexual a un niño. Esto es solo un desliz reprobable producido en un momento de debilidad.” Ordenar a una mujer es “un escándalo, un sacrilegio”.
Si yo fuera Papa, después de que tras largos debates, se consensuara que las mujeres también tienen alma, ordenaría que ellas ejercieran como presbíteros y que hombres y mujeres clérigos pudieran casarse, como lo hicieron muchos de los primitivos cristianos. También permitiría que, en todo el mundo y principalmente en las bolsas de sida de África, se pudiera utilizar el preservativo para evitar embarazos indeseados y la expansión del Sida.
Si yo fuera Papa no hubiera suprimido la autorización para que los curas obreros ejercieran como tales para vivir la cercanía de los que más sufren y sus problemas. Si yo fuera Papa bendeciría a los pocos obispos que dejan su mitra, sus pompas y estatus y se marchan a vivir humildemente con los más pobres.
Si yo fuera Papa ordenaría situar en los últimos bancos de las iglesias a quienes exhiben sus estatus y lucen sus abrigos de piel y sus joyas. Ordenaría sentar delante, en los primeros bancos, a los que se instalan en las puertas de las iglesias pidiendo unas monedas o los que van por las noches registrando contenedores en busca de algún resto con el que alimentarse.
Si yo fuera Benedicto XVI, después de visitar España, tal vez pensaría en de cambiar de agencia viajes y la próxima vez buscar a otra que me lleve a los suburbios de la Cañada Real o al Barranquet de Almazora. De ese modo yo, como Papa, vería otra realidad y mi viaje sería auténticamente pastoral.
Yo, como Papa, debería haber pensado en algún instante ¿Se han alejado los ciudadanos de la fe o somos la Jerarquía los que nos hemos alejado de ella al estrechar lazos con los poderes terrenales?
Si yo fuera Papa, pensando de así, me habrían acusado los iluminados poseedores de la verdad, de representar al anticristo y me hubieran quemado en la hoguera o me hubieran envenenado, como ya ha ocurrido con tantos sucesores de Pedro.
Hice bien de no elegir el celibato, porque de haberlo hecho habría negado la existencia a mis hijos y nietos y no podría perdonármelo.
Traté de suavizar su comentario. "No entiendo" ""Parte superficial de la dialectica"" "Dentro de poco no pensaré lo mismo" "Yo lloro cuando escucho "Casta Divina" De Norma Coincidimos en lo fundamental y usted lo sabe. Cordiales saludos