¡España oé, oé ,oé, oé!

Sigue subiendo la deuda pública, no por la vía del repetido “derroche” sino por la vía de incrementar la ayuda a los bancos, con la que la deuda privada se convierte en pública.

Con la “ayuda” al sector financiero de 100.000 millones sí aumenta la deuda y sí aumenta el déficit, algo de lo que no parece enterarse Rajoy y su equipo, y si se enteran ¿cómo no se van a enterar si eso es economía de parvulario? , si se enteran -digo- están envueltos en unas maniobras de confusión que vuelven a refutar su repetitivo “Nosotros decimos la verdad”.

Rajoy y los suyos, considerándonos tontos, hablan de decirnos las cosas “con claridad”. Con esa claridad nos dicen que el gasto en intereses no afecta al déficit y que más deuda no es incremento de deuda. Va más allá y dicen esperpénticamente que “esto no es un rescate”, que “nos dan un crédito muy ventajoso, sin contrapartidas” porque “aquí hacemos las cosas bien y somos dignos de confianza”. Añade Rajoy con arrogancia y mintiendo otra vez: “No me han presionado. Soy yo quien ha presionado a Europa”. ¡Pobre infeliz que intenta ocultarnos a los “hombres de negro” que ya vimos en Mayo del 2010!

Mientras Europa se cabrea, Rajoy oculto en su mansión madrileña sigue echando balones fuera, infla pecho, calla y se marcha a Polonia, con la prima de riesgo por las nubes y el bono aún más alto, a ver un partido de fútbol “para apoyar a los nuestros, para defender a España”.

¿España? ¿Qué es España? ¿España es un puñado de millonarios caprichosos que dan patadas a un balón, muy bien pagados por unos clubes mimados por los poderes políticos que deben a las arcas públicas 700 millones de euros? Yo tengo otro concepto de España. Para mí España son nuestros paisajes, nuestra historia, nuestro patrimonio y sobre todo las muchísimas personas que sufren las consecuencias de esta dura crisis. Debo ser un patriota de onda corta por pensar como pienso o no debo ser español.

Y entre gritos de “España oéoéoéoé” Rajoy, cuando no se esconde, lo poco que habla es para echar la culpa de todo a quienes antes nos gobernaban “que hicieron las cosas tan mal.”

Es un recurso muy útil para negar comisiones de investigación; para tapar a Divar (el de los gastos suntuarios legales y las falsas coartadas); para controlar la TV pública; para defender a sus corruptos,.... El problema es que el PSOE ha hecho lo mismo en Andalucía para controlar la TV andaluza, defender a sus corruptos y bloquear a la justicia. Las próximas elecciones el bipartidismo va a reconvertirse en un rosario de partidos. Confiemos en no ser tan tontos para elegir a algún populista con vara de mando y paso marcial.

No deberían, pero también ven normal culpar al Banco de España y ¡faltaría más! a quienes “no reformaron hace tres años el sistema financiero.”

Seamos serios. Cuando las viviendas valían lo que valían, dicho por las Agencias de Valoración, la banca era muy solvente, tanto que hasta Sarkozy en Francia y también en la poderosa Alemania llegaron a decir públicamente que la banca española era un modelo que Europa debía copiar. ¿Decía algo el PP de la bomba de relojería que la banca española guardaba en sus entrañas? Nada. ¿Cómo es posible que Rajoy, si vio el problema como dice que lo vio hace tres años, no empezara por ahí sus reformas al ganar por mayoría absoluta y se distrajera con tantos recortes por doquier menos urgentes?

¿Apoyar a la banca para que fluya el crédito? Otra falacia. Solo con lo que necesita Bankia (al principio 4.000, luego 8.000 y finalmente 23.500 millones) se podría crear un banco público que empezara a apoyar, con esa cifra tan enorme, a los sectores productivos del país.

Que levanten la mano quienes han votado a estos embusteros, patriotas de pacotilla, sin carisma y sin ideas que solo saben echar balones fuera y encima van pregonando sus defectos con disfraz de virtudes. Ni estos tienen la solución ni aquellos la tenían, porque el que falla y está muy necesitado de tratamiento es un orden establecido que no puede seguir funcionando al capricho de los mercados, con gobiernos que serán muy democráticos pero también muy peleles.

La gravedad del momento requiere otra cosa. Deberían afrontarlo, unos y otros, con un poquito de humildad, conscientes de la gravedad de lo que está pasando.

CAJA DE AHORROS DE MADRID: UNA BREVE HISTORIA
Caja Madrid era una entidad bien gestionada. Jaime Terceiro la estuvo dirigiendo con profesionalidad hasta el 96.

Con la llegada de Aznar al poder, un grupo de grandes empresas pasaron a ser privadas y la presidencia se la dio a personas de su círculo de amistades.

El amigo de Aznar en Caja Madrid fue Miguel Blesa, un hombre sin antecedentes profesionales en el mundo de las finanzas, como Olivas en Caja Valencia. Ambos empujaron a sus respectivas entidades hacia la especulación en el ladrillo. Como El Pocero.

Blesa cayó por la lucha interna dentro del PP entre Gallardón y Esperanza Aguirre para controlar una Caja bicentenaria que nació de la mano del Padre Piquer para combatir la usura.

Con la caída de Blesa, el PP situó en el poder a Rodrigo Rato quien fue para algunos “el mejor Ministro de Economía que ha tenido España”. Su forzada dimisión viene a demostrar que es muy fácil ser bueno cuando el viento sopla a favor.

Ahora el PP, que tiene muy difícil a quien echar la culpa del desastre de la entidad, busca sacudirse el lodo mirando a pequeñas Cajas, ya que era ese partido quien controlaba también a entidades tan grandes como la CAM y Caixa Galicia.