Aeropuerto, AVE y AIR BERLIN
No ha sido sólo el AVE. En cualquier provincia, cualquier dirigente como aquí Carlos Fabra, se ha empeñado en que también era necesario disponer de un aeropuerto en su terruño.
Lo lógico, lo de sentido común, hubiera sido que se fijara una estructura nacional que dotara de esas infraestructuras a las zonas que realmente las necesitaran. Nada de eso. Cualquier político con sueños de faraón se ha alzado con la bandera del localismo generador de votos para gritar: “aquí queremos que llegue el AVE y también queremos un aeropuerto para esta provincia”.
Estamos empezando a darnos cuenta -no todos- de que el aeropuerto de Castellón (construido con el interés oculto de dar servicio a los turistas que iban a ocupar la macro urbanización de Oropesa a Cabanes y a pasearlos por no sé cuantos campos de golf de toda la provincia) se encuentra ahora con que las compañías aéreas no lo ven interesante y el futuro es poco alentador ya que ni se va a construir el parque de ocio Mundo Ilusión, ni hay nuevos campos de golf, ni macro urbanización de 12,5 millones de metros cuadrados.
Otro aeropuerto, el de Ciudad Real, impulsado con capital privado, se encuentra en concurso de acreedores. Y la locura persiste: El Ayuntamiento de Madrid (en el podio de los más endeudados de España) está promoviendo el aeropuerto privado de El Álamo y deja una reserva de suelo para construir un aeropuerto internacional en Campo Real. Otro dato: Las pérdidas de AENA superiores a 400 millones de euros las pagamos Ud. y yo y también todos los parados de España.
Dice AENA (que pierde dinero en Barajas, Manises y el Prat) que se necesita al menos medio millón de pasajeros para hacer un aeropuerto medianamente rentable. ¿Conseguiremos esa cifra en Castellón? ¿Podremos robarles viajeros a Valencia o a Reus? ¿Qué subvenciones habremos de darles a las compañías aéreas para que les sea atractivo venir aquí?
Si antes de iniciar unas costosas obras se hubiesen hecho estudios serios, no nos hubiéramos topado con las palabras que pronunció ya hace tiempo Pablo Caspers, subdirector para España y Portugal de Air Berlín: “Como nosotros somos una empresa privada puedo decir lo que pienso. No es cuestión de tener un aeropuerto, sino de ser un destino apetecible en los mercados de turistas. Un aeropuerto en sí mismo no sirve para nada si no es para un destino turístico. Nos resulta más fácil llevar gente a un destino si tiene aeropuerto, pero un aeropuerto no genera un destino. Deberían hacer, no voy a decir hacer los deberes, pero sí que hagan un esfuerzo para promocionar Castellón como destino turístico”. Palabras con mayor claridad y dureza no se pueden pronunciar, en la misma línea a lo que acaba de decir el director de la misma compañía, Álvaro Middelmann, el día de la solemne inauguración de Aeroport Castelló: “Primero habría que poner a Castellón en el mapa” Añadiendo: “Las subvenciones son pan para hoy y hambre para mañana. Muchos aeropuertos tenían rutas sólo para estar en el mapa, aunque tuvieran pérdidas que pagaba AENA”. Yo añado: AENA, Lubasa y Bancaja; empresas muy sumisas ante las presiones políticas.
¿Realmente es necesario y de interés público un aeropuerto al que ha habido que dotar de autovías para acceder a él, cuando tenemos el de Valencia a media hora de autopista y autovía? ¿No hubiera sido más barato prolongarlas, mejorarlas y ampliarlas? ¿Era un gasto (déficit del Estado y Generalitat) realmente necesario?
El aeropuerto de Castellón que inicialmente estaba previsto costara 112 millones, se tragado 150. Es una barbaridad pero es solo el principio. A esa cifra tendremos que sumar lo que haya que pagar al gestor privado (que juega con garantía de no tener pérdidas) y a algunas compañías para que programen rutas a un destino turístico en pañales.
Ajenos a todos los problemas, el sábado 26 de marzo de 2011, Francisco Camps, Carlos Fabra y el escultor Ripollés, aplaudidos por más de 1.000 invitados, han disfrutado de un hermoso día brindando en la inauguración de unas instalaciones que empiezan a escribir el futuro sin aviones aterrizando en sus pistas.
CORRUPCIÓN
Al eurodiputado Pablo Zalba a quién acabo de ver en un vídeo prestándose a recibir un soborno, debo decirle que la corrupción no nos preocupa a los votantes españoles como tampoco le preocupa a los italianos que siguen apoyando con el mismo fervor a Berlusconi.
Has apuntado bien. Ahi está el futuro que como tu sabes ya está en marcha.