OPINIÓ
Acuerdo Zapatero-Rajoy: vamos a la guerra
21/03/2011
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Mientras la luna llena lucía su enorme tamaño en un cielo libre de nubes y los falleros con sus ruidosas charangas cantaban a coro viejas y repetitivas canciones populares en el último día de las fiestas josefinas, Sarkozy, hundido en las encuestas, mostraba mucha prisa en hacer cumplir la resolución 1973 de la ONU en la que, el día antes, se había acordado bloquear el espacio aéreo libio “para proteger al pueblo”. De inmediato se ha puesto a lanzar bombas ocasionando, solo el primer día, más de 140 muertos. (Los actos de brutalidad de Gadafi contra su propio pueblo han ocasionado un centenar de muertos).
Para detener al dictador, terrorista, benefactor y amigo, con el que se han abrazado hasta ayer desde Aznar hasta Sarkozy, se ha actuado con una rapidez inusual ante un levantamiento popular con características muy especiales, dentro de las revueltas que están sacudiendo el mundo árabe.
La coalición encabezada por Francia ha tenido el apoyo de Cameron, de Obama (prematuro premio Nobel de la Paz) y de Zapatero (el de “noalaguerra” reconvertido al “aznarismo-busheriano”) a los que se han unido países árabes que desconocen el significado de la palabra democracia: Catar, Marruecos y Emiratos Árabes. Mención especial merece el líder de Catar, Hamad bin Jalifa al Thani, que no ve contradicción en masacrar a los que piden libertad en Bahréin el mismo día en que se lanza contra Gadafi para defender al pueblo libio oprimido.
Nuestro Zapatero empezó su doctorado en “Mutación si cambiar de chaqueta” con duras medidas de recortes sociales que el mismo Rajoy no se hubiera atrevido a promover (no porque no quisiera, sino por miedo a una fuerte contestación social). Ahora, al ZP del diálogo y de la Alianza de las civilizaciones, le acabamos de ver investido con la coraza de defensor del pueblo libio vomitando proclamas belicistas idénticas a las de Aznar en la invasión de Irak: “Diga lo que diga Gadafi (Hussein) y haga lo que haga no le vamos a creer”.
Con la excusa de defender “al pueblo oprimido” finalmente ZP se ha inflado de valor castrense, para meternos en una guerra que me llena de dudas: ¿Implantar la democracia? ¿Cómo podemos creer que vamos con fines democráticos si hemos bendecido y seguimos apoyando a los dictadores que gobiernan Marruecos, Guinea, Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes, Kuwait, Argelia…? ¿Defender los derechos humanos? ¿Solo en Libia o luego vamos a seguir defendiéndolos también en la larga lista de países del mundo en donde no se respetan?¿Cumplir las resoluciones de la ONU? ¡Con las resoluciones que la ONU tiene archivadas sobre el bloqueo a Cuba, el referéndum en el Sáhara, la ocupación de Palestina y las que deberían haberse dictado sobre el régimen marroquí, Guinea y los asesinatos de ciudadanos de Yemen y Bahréin a manos de policía y ejército!
En el aire demasiadas preguntas sin respuesta: ¿Qué hilos tejieron la ocupación, en pocos días, de un tercio del territorio libio? ¿Por qué tuvimos prisa en bendecir a un autoproclamado gobierno provisional? ¿Por qué se embargaron con inusitada rapidez los bienes libios? ¿Por qué las advertencias del TPI? ¿Quién ha armado a los rebeldes? Un portavoz del gobierno provisional ha dicho que “han sido millonarios” ¿Desde cuando a los millonarios les preocupa derrocar a un dictador? ¿No nos decían que Gadafi tenía un ejército dotado con escasos medios y que había descuidado el gasto en armamento? ¿Pretendemos demostrar que hay que seguir invirtiendo en armas? ¿Pretendemos demostrar que somos fuertes actuando contra un, nada presentable dirigente, supuestamente débil? ¿Pretendemos mostrar nuestros modernos arsenales armamentísticos? ¿Pretendemos destruir para que nuestras empresas cementeras puedan construir después? ¿Pretendemos poner en “buenas manos” el petróleo libio? ¿Cómo podemos bendecir por la mañana a un dictador y declararle enemigo por la tarde? Gadafi es un terrorista, pero un terrorista con el que hemos negociado ¿Se negocia o no con terroristas?
Demasiada oscuridad y Zapatero metiéndonos en una guerra incierta que puede tener graves consecuencias por estar nuestras ciudades situadas en el radio de cualquier misil que apunte en esta dirección. Con los bombardeos también florece el radicalismo.
Alejada de la coalición la primera potencia europea se distancia y tal vez piensa: “Yo no me implico porque si os sale mal la aventura vais a hundiros con costes que no podréis soportar”.
Zapatero, con esta última decisión de su ya corto mandato, va a acabar el curso con un broche de sangre en su hoja de servicios que nos repugna a quienes rechazamos las guerras y soñamos con un mundo organizado de otra manera muy distinta. Decir que vamos a evitar muertes, causando destrucción y más muertos, es una barbaridad que nos sitúa en el primer día de la prehistoria. Ante ese pragmatismo habría que gritar otra vez como en el Mayo del 68: ¡viva la utopía!
Cuando ZP hablaba de diálogo, del “no a la guerra” y del famoso “no os fallaré”, alguien debería haberle preguntado: ¿a quién no iba a fallar?, porque recortar pensiones, bajar los sueldos, privatizar las cajas, volcarse en apoyo multimillonario a los bancos, abaratar el despido y ahora bombardear un país, debería haberlo hecho a cara descubierta sin ir disfrazado de otra cosa.
Zapatero, con el apoyo de Rajoy, ha declarado una guerra que hace un mes están vendiéndonos como justa, contra un dictador tan impresentable como los vecinos que le rodean, afiliados al mismo execrable club de impresentables. ¿Pretenden Zapatero y su coalición superar esta grave crisis encendiendo la mecha de un conflicto similar con el que solucionaron la crisis del 29? ¿Esa era la reforma del capitalismo propugnada por el dirigente francés? Que los dioses se apiaden de nosotros.
Para detener al dictador, terrorista, benefactor y amigo, con el que se han abrazado hasta ayer desde Aznar hasta Sarkozy, se ha actuado con una rapidez inusual ante un levantamiento popular con características muy especiales, dentro de las revueltas que están sacudiendo el mundo árabe.
La coalición encabezada por Francia ha tenido el apoyo de Cameron, de Obama (prematuro premio Nobel de la Paz) y de Zapatero (el de “noalaguerra” reconvertido al “aznarismo-busheriano”) a los que se han unido países árabes que desconocen el significado de la palabra democracia: Catar, Marruecos y Emiratos Árabes. Mención especial merece el líder de Catar, Hamad bin Jalifa al Thani, que no ve contradicción en masacrar a los que piden libertad en Bahréin el mismo día en que se lanza contra Gadafi para defender al pueblo libio oprimido.
Nuestro Zapatero empezó su doctorado en “Mutación si cambiar de chaqueta” con duras medidas de recortes sociales que el mismo Rajoy no se hubiera atrevido a promover (no porque no quisiera, sino por miedo a una fuerte contestación social). Ahora, al ZP del diálogo y de la Alianza de las civilizaciones, le acabamos de ver investido con la coraza de defensor del pueblo libio vomitando proclamas belicistas idénticas a las de Aznar en la invasión de Irak: “Diga lo que diga Gadafi (Hussein) y haga lo que haga no le vamos a creer”.
Con la excusa de defender “al pueblo oprimido” finalmente ZP se ha inflado de valor castrense, para meternos en una guerra que me llena de dudas: ¿Implantar la democracia? ¿Cómo podemos creer que vamos con fines democráticos si hemos bendecido y seguimos apoyando a los dictadores que gobiernan Marruecos, Guinea, Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes, Kuwait, Argelia…? ¿Defender los derechos humanos? ¿Solo en Libia o luego vamos a seguir defendiéndolos también en la larga lista de países del mundo en donde no se respetan?¿Cumplir las resoluciones de la ONU? ¡Con las resoluciones que la ONU tiene archivadas sobre el bloqueo a Cuba, el referéndum en el Sáhara, la ocupación de Palestina y las que deberían haberse dictado sobre el régimen marroquí, Guinea y los asesinatos de ciudadanos de Yemen y Bahréin a manos de policía y ejército!
En el aire demasiadas preguntas sin respuesta: ¿Qué hilos tejieron la ocupación, en pocos días, de un tercio del territorio libio? ¿Por qué tuvimos prisa en bendecir a un autoproclamado gobierno provisional? ¿Por qué se embargaron con inusitada rapidez los bienes libios? ¿Por qué las advertencias del TPI? ¿Quién ha armado a los rebeldes? Un portavoz del gobierno provisional ha dicho que “han sido millonarios” ¿Desde cuando a los millonarios les preocupa derrocar a un dictador? ¿No nos decían que Gadafi tenía un ejército dotado con escasos medios y que había descuidado el gasto en armamento? ¿Pretendemos demostrar que hay que seguir invirtiendo en armas? ¿Pretendemos demostrar que somos fuertes actuando contra un, nada presentable dirigente, supuestamente débil? ¿Pretendemos mostrar nuestros modernos arsenales armamentísticos? ¿Pretendemos destruir para que nuestras empresas cementeras puedan construir después? ¿Pretendemos poner en “buenas manos” el petróleo libio? ¿Cómo podemos bendecir por la mañana a un dictador y declararle enemigo por la tarde? Gadafi es un terrorista, pero un terrorista con el que hemos negociado ¿Se negocia o no con terroristas?
Demasiada oscuridad y Zapatero metiéndonos en una guerra incierta que puede tener graves consecuencias por estar nuestras ciudades situadas en el radio de cualquier misil que apunte en esta dirección. Con los bombardeos también florece el radicalismo.
Alejada de la coalición la primera potencia europea se distancia y tal vez piensa: “Yo no me implico porque si os sale mal la aventura vais a hundiros con costes que no podréis soportar”.
Zapatero, con esta última decisión de su ya corto mandato, va a acabar el curso con un broche de sangre en su hoja de servicios que nos repugna a quienes rechazamos las guerras y soñamos con un mundo organizado de otra manera muy distinta. Decir que vamos a evitar muertes, causando destrucción y más muertos, es una barbaridad que nos sitúa en el primer día de la prehistoria. Ante ese pragmatismo habría que gritar otra vez como en el Mayo del 68: ¡viva la utopía!
Cuando ZP hablaba de diálogo, del “no a la guerra” y del famoso “no os fallaré”, alguien debería haberle preguntado: ¿a quién no iba a fallar?, porque recortar pensiones, bajar los sueldos, privatizar las cajas, volcarse en apoyo multimillonario a los bancos, abaratar el despido y ahora bombardear un país, debería haberlo hecho a cara descubierta sin ir disfrazado de otra cosa.
Zapatero, con el apoyo de Rajoy, ha declarado una guerra que hace un mes están vendiéndonos como justa, contra un dictador tan impresentable como los vecinos que le rodean, afiliados al mismo execrable club de impresentables. ¿Pretenden Zapatero y su coalición superar esta grave crisis encendiendo la mecha de un conflicto similar con el que solucionaron la crisis del 29? ¿Esa era la reforma del capitalismo propugnada por el dirigente francés? Que los dioses se apiaden de nosotros.
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Hombre, hablo de bloqueo toal, y si China y Rusia y Alemania no han estado de acuerdo en arrojar bombas y más bombas, tal vez si podría haberse cerrado un acuerdo con todos de ese estilo. Lo que ocurre es que ni lo han intentado. ¡A las armas! Eso si que es pragmatismo.