Actos previstos para el año mariano

¿Se puede dudar si esas políticas conducen a algo positivo? ¿No agravarán aún más la enfermedad? Tres años después de aplicar esas recetas ¿Han dado algún resultado?
Rajoy que no duda, ha tomado nota de la forma de vender el “regalo” a la italiana.

El paquete navideño que nos tiene preparado el nuevo presidente, procede de Alemania (como el que nos vino -y tanto nos cabreó a todos - en la época de Zapatero) paquete que contendrá subidas de la gasolina, de la luz, del gas, etc. Incluirá incremento de las tasas escolares y universitarias. Nos dirá (o lo hará diciendo que no lo hace) que nos olvidemos de la Ley de Dependencia y de ayudas a colectivos como minusválidos, drogadictos, mujeres maltratadas, enfermos del Sida, etc. Ahora, o más tarde, también rebajará los sueldos y las pensiones quitando las pagas extras. Por supuesto que se abaratará más el despido y se privatizará (además de lo poco público que queda) un modelo sanitario que es ejemplo en el mundo por su eficiencia y bajo coste, para que otros tomen de él la parte más rentable y le añadan el coste de su beneficio empresarial. Rajoy aumentará las retenciones, nos empujará a trabajar más horas, se reirá del cambio climático y será aún más generoso con los bancos para socializar las pérdidas de los mayores responsables de la crisis. Combatirá el desempleo juvenil favoreciendo la contratación a cambio de dos monedas o un ramito de violetas. También ordenará cortarle las alas a TVE, ya que no mola su pluralismo ni su liderazgo de audiencia. Tras el globo sonda de la crecida CEOE de echar a 1.700.000 funcionarios, Rajoy se sentirá generoso por mandar a la calle a solo 500.000.

Ellos dicen ahora que no pueden sacarnos solos de la crisis y que debemos ayudarles generosamente en la tarea de hacer todo éso y a la vez quitar impuestos a los más ricos para “darles confianza” y que no se lleven todo su dinero a paraísos fiscales. Cuando se habla de no subir los impuestos, hablan de éso: de no subir los impuestos directos y de subirlos a todos a través de la injusta subida del IVA (injusta para mí con Zapatero y con Rajoy).

Rajoy está pensando que “el regalo”, al estilo italiano, nos lo entregue la Cospedal con el rostro compungido y con una lágrima resbalando por su mejilla, si en su actuación, ella es capaz de olvidarse de sus altísimos sueldos (dije “sus”, no “su”) y pensar un instante en la viuda que no podrá pagar el recibo de la luz o en el anciano que no tendrá la ayuda de una asistenta o en la divorciada que no sabe de donde sacar el dinero para el alquiler o en el matrimonio joven que el banco está a punto de desahuciarles o en el minusválido que va a tener que pedir auxilio a su vecino o en el parado que se va a quedar sin la ayuda para comprar pan, leche y gas o en el que, por haber nacido en otro país, teme que le expulsen hacia una miseria aún mayor.

En el fondo, la ideología neoliberal de María Dolores de Cospedal le dicta que ya basta de derroches: que la viuda, el anciano, la divorciada, el matrimonio joven, el minusválido, el parado y el ilegal deben dejar de ser lacras y espabilar, para ganarse un sueldo tal como ella se lo gana “porque trabaja mucho”.

A todas esas duras medidas, de obsesivo control del déficit y de recortes sociales, la ideología que nos gobierna lo denomina “poner en orden la economía dejando de derrochar”.

Sus mensajes calan aunque sean tan falsos como éste: “No hay que gastar más de lo que se tiene”, ya que cualquiera que pretenda montar un negocio o comprarse una casa necesita endeudarse mediante un crédito y eso tan normal, es “gastar más de lo que se tiene.”

Los que nos gobiernan, aquí y en Europa, no saben hacer otra cosa que fijarse en el déficit y aplicar su receta de “recortes, recortes, recortes”. Yo pienso que esas políticas lo que hacen es hundirnos cada vez más y que lo que habría que hacer es una política de estímulos que nos aleje de la depresión a países con problemas tan graves como Italia y España. No es importante que yo lo piense, sí lo es que lo piensen prestigiosos Nobel de Economía.

Medidas especiales para la Comunidad Valenciana
No lo hará, pero nuestra Comunidad Valenciana requiere unas medidas específicas que Rajoy no va a mencionar.

Aquí las empresas suministradoras de la administración están al borde de la quiebra; los farmacéuticos engañados se manifiestan en las calles; los colegios concertados privados no cobran lo que les deben y amenazan con denunciar el concierto educativo; muchos colegios públicos llevan años en barracones; la sanidad está desbordada (al Hospital Provincial de Castellón ya no le fían farmacéuticas como Roche), los agricultores naranjeros arruinados; de la Ley de Dependencia aquí solo sabemos que no la aplican, y con todo éso… y más, nuestras cifras de paro son de las más altas de España y las emisiones de la Generalitat no las queremos ni los valencianos, porque nos asusta una deuda de 20.000 millones (la primera de España respecto al PIB y la segunda en números absolutos.)

Con ese panorama ¿cómo va a plantear medidas especiales, si la única medida sensata sería anunciar que va a mandar al paro a toda una tropa, la suya, que lo ha hecho tan mal? ¿A quién echar las culpas de nuestra ruina económica sin llevan dos décadas gobernando? ¿A quién culpar de los contratos oscuros que han firmado con Julio Iglesias, Ricardo Bofill y Urdangarin?
Atentos, que la solución la van a decidir desde Valencia los mismos autores del desastre.