El encaje de la infrafinanciación valenciana
Por Jesús Salmerón (@Salmebe)
La financiación, ese gran problema sin solución, al menos eso es lo que nos han querido hacer creer hasta el momento. A la vista queda, tras los modelos de financiación aprobados por los distintos Gobiernos que han ocupado la Moncloa hasta el momento, con un último modelo, el aprobado en el año 2009, caracterizado por su complejidad y escasa transparencia, pero especialmente, por el notable desequilibrio en el reparto de recursos por habitante que efectúa, el caduco modelo de financiación actual, cuya necesaria reforma constituye el único denominador común entre las distintas Comunidades Autónomas, aunque obviamente, cada una de ellas pretende su reforma del sistema de financiación en aras a la defensa de sus legítimos intereses.
Por ese mismo motivo, los valencianos, al igual que los extremeños, murcianos o madrileños merecemos un sistema de financiación que garantice un reparto equitativo de los recursos entre las diferentes Comunidades Autónomas, que asegure la correcta prestación de los servicios públicos esenciales, como son la sanidad, educación y servicios sociales.
No obstante, pese a las veladas reivindicaciones y demandas acerca de la necesidad de reformar el actual modelo de financiación, hasta la saciedad ignoradas desde Madrid, resulta aún más preocupante a juicio de este columnista, que el bipartidismo que nos ha gobernado, lejos de dar solución al atávico problema de la infrafinanciación de Comunidades Autónomas como la nuestra, se ha dedicado a aumentar el paquete de privilegios, con opacidad, prisas y complejidad de por medio, al País Vasco, la segunda renta más elevada de toda España.
Pese a esto, contrariamente a cuanto pudiera pensarse, la gravedad del problema, por inverosímil que pueda parecer radica, no solo en el expolio y saqueo de las instituciones por parte de los gobernantes del Partido Popular en la Comunitat, sino también de la desidia del Gobierno de Mariano Rajoy, ignorando los problemas de infrafinanciación de la Comunitat Valenciana.
Mientras tanto, las fuerzas del Tripartito valenciano, que acalorada y fervorosamente se autoproclaman defensoras de los intereses de los valencianos, son cómplices, por acción, omisión y postureo político, del aumento de privilegios económicos que van en detrimento de nuestra Comunidad, tal como demostraron en el último Pleno de Les Corts, al no apoyar una iniciativa de rechazo al actual cálculo del Cuponazo vasco, tal como ha planteado Ciudadanos, tanto en el Parlamento que nos representa a todos los valencianos como en el resto de España.
Es por ello que, el victimismo y confrontación que insuflan quienes se jactan de ser los acérrimos defensores de los derechos de los valencianos, se desvanece por sí mismo. En un sentido, porque los valencianos tenemos un Presidente de la Generalitat sobre cuyo partido pesa la losa de haber pasteleado con el principio de igualdad de todos los españoles, y poner por encima sus intereses partidistas a costa de poner en jaque los intereses de los valencianos, aprobando un sistema de financiación claramente nefasto y discriminatorio para la Comunitat Valenciana.
Por otro lado, porque el postureo político se extiende al resto de partidos del Botànic, que no hacen otra cosa que rasgarse ahora las vestiduras por los problemas de financiación y déficit que sufrimos los valencianos, sin mover un solo dedo cuando se trata de beneficiar y dar más recursos a quien más tiene, pactando a puerta cerrada. Que se miren al espejo, analicen cuanto han votado, gestionado y defendido, y verán que cuanto han rasgado y atropellado, son los intereses y derechos de los valencianos.
Defender los intereses de los españoles y valencianos, a juicio de este columnista, va mucho más allá de utilizar partidistamente hasta la saciedad el problema de infrafinanciación que sufrimos, para omitir la incapacidad de gestionar los recursos de que se dispone, como hacen los partidos del Botànic, o seguir negando a los valencianos y a todos los españoles, la financiación que nos merecemos, mientras se juega a pactar a puerta cerrada dar más recursos a quien más tiene, como hace el Partido Popular.
Velar por intereses de los valencianos, y de todos los españoles, consiste en sentarse a hablar y consensuar un modelo de financiación equitativo para todos los españoles, para todas las Comunidades Autónomas, establecer un sistema que garantice la igualdad de todos los españoles a la hora de acceder a los servicios públicos esenciales, tal como ha propuesto Ciudadanos desde un primer momento, sin cambios de discurso, sin mensajes narcisistas ni victismistas y sin el inmovilismo de un Partido Popular al que lo único que le preocupa es la permanencia en el poder a costa de las desigualdades de los ciudadanos.
Si de verdad pretenden, unos y otros, acabar con las desigualdades territoriales en el reparto de recursos, si de verdad quieren, poder hablar de principios como el de solidaridad interterritorial, transparencia, corresponsabilidad o gestión eficiente de los recursos, sin seguir engañando a los ciudadanos, que desbloqueen de una vez, la reforma de un sistema de financiación tan caduco y obsolescente como discriminatorio para los españoles y los valencianos.
