El Gran Hermano nunca pierde
En primer lugar, y antes de que se pongan a hurgar en las líneas siguientes, sepan que condeno el asesinato de Isabel Carrasco, ni me alegro, ni me he alegrado nunca de la muerte de nadie. Una muerte es algo terrible, hay muchas historias detrás de un nombre, esta mujer tenía familia, una hija, amigos. Deberíamos tener todos un respeto hacia la fallecida y hacia esas personas a las que se les ha arrebatado un ser querido.
Sin embargo, a nuestro “querido” gobierno, se le ha ido la mano.
De entrada, el asesinato de la diputada popula, no ha tenido nada que ver con la política; rencillas, venganzas, vaya usted a saber, pero nada tiene que ver con política. Sin embargo, nos quieren vender una paranoia galopante que los persigue desde hace un tiempo, pues mire, por ahí no paso. En 24 horas, el señor Rubalcaba pasó de jurar que jamás habría un gobierno de pacto mientras quedara una gota de aliento en su cuerpo políticio, a pedir a voz en cuello el apoyo de la bancada popular para sacar adelante una especie de ley mordaza para las redes sociales. Cuanto menos, me parece curioso. PPSOE solo juegan juntos cuando les interesa, y de momento, solo les interesa que no se les pueda insultar por internet.
Alguien debería explicarles que el insulto viene con el cargo. Bien que les pagamos sus sueldos y sus jubilaciones, así que lo mínimo es aguantarse, y si no lo soportan, lo tienen muy fácil, dimitan y vuelvan a su trabajo. Y no me refiero a las apologías del asesinato. Cualquiera que haga apología del terrorismo o del asesinato debería ser castigado por ley. Pero no ahora, que se ha puesto de moda; siempre deberían haberlo castigado. Para esto, como siempre, llegan 30 años tarde, pues yo estoy harto de ver manifestaciones en favor de presos de ETA... pero claro, a estos les tienen un poco de miedo y los dejan a su aire.
El peso de la ley, que por lo visto debe ser peso mosca, tiende a caer siempre sobre el más débil, en este caso el ciudadano. Ellos siguen siendo impunes, ahora ya, ni insultarlos podemos, pero ojo; ellos pueden insultarnos impunemente desde sus congresos, sin que pase absolutamente nada. Me viene a la cabeza aquel simpático: “Que se jodan”, que la tal Andrea Fabra nos dedicó a los afectados por los recortes del gobierno.
Hay una clara falta de decencia en la política de este país, y esa es la imagen más clara de la pésima calidad de la democracia española. El insulto a los políticos es nuestro derecho, porque nosotros les votamos, nosotros les pagamos los sueldos, y somos nosotros los que soportamos el horror de la situación en la que nos han metido, somos nosotros los que soportamos el insulto constante de sus señorías, la humillación y la violencia; que una persona no pueda alimentar a su familia o tenga que dormir en la calle es una forma más de violencia, levantarse y abandonar la sala cuando el padre de un niño con cáncer tiene la palabra, eso también es violencia. Aunque no les dé la gana aceptarlo.
El insulto es el medio por el que la sociedad está mostrando su desesperación, su enfado y el hartazgo por una situación de la que son culpables todos ustedes, señores políticos, que han causado ustedes, y que nos afecta a todos, menos a ustedes. Si les insultan, como dijo Andrea Fabra: Se joden.