Hay que trabajar para situar a Burriana en el mapa
Hace unos días el portal inmobiliario nacional Fotocasa presentó un informe en el que Burriana tiene uno de los alquileres más baratos de las ciudades costeras de toda España, a la vez que conjuntamente con Gandía es la población costera de la Comunidad Valenciana donde las inversiones inmobiliarias presentan una máxima rentabilidad.
También la alcaldesa de Castelló, en la presentación hace unos días de un evento en la playa, pregonó que “Castelló ha de estar en el mapa”.
Si esto lo manifiesta Castelló, que ya posee infraestructuras turísticas importantes, cómo no tiene que añorarlo Burriana, cuyas dotaciones turísticas siguen en mantillas después de tantos años.
Es una evidencia palpable que actualmente tanto Burriana como Castelló no están en el mapa del turismo nacional y se podría decir sin temor a equivocarse que tampoco la provincia de Castellón lo está como otras zonas de la costa mediterránea, a pesar de los muchos esfuerzos que administraciones, instituciones y empresas están realizando en los últimos años, porque si no fuera así, entre otras muchas cuestiones, grandes proyectos como los PAIs del golf de Burriana y Torreblanca ya habrían pasado de las promesas a los hechos después de más de 20 años de tramitación.
Volviendo a nuestra ciudad, es de sobras conocido que nos queda mucho por hacer, que ojalá el impulso de la provincia nos pueda ayudar, pero que tenemos la obligación por nuestra parte de definir el camino a seguir para no estar siempre deseando lo que no somos sin alcanzar lo que queremos.
Con la entrada hace poco más de un año de un nuevo equipo de gobierno la situación está empezando a cambiar, ya que parece existir una estrategia clara para relanzar nuestro “polígono industrial” en palabras de nuestra máxima autoridad, refiriéndose a nuestra franja marítima y nuestros atributos de ciudad costera.
En efecto, al comienzo del desarrollo del Plan Especial del Arenal, que definirá los usos y características de los casi 250.000 m2 de primera línea de playa más de 50 años abandonados, se une la voluntad de desarrollar urbanísticamente las segundas líneas de edificaciones, con graves carencias históricas de infraestructuras, o el impulso a proyectos ya iniciados como los Tornillos de Arquímedes en la Serratella o el proyecto de Escollera y playa al sur del Puerto o los del Grao y Terrasses, éste último pendiente de las importantes alegaciones municipales presentadas al proyecto del ministerio para no encorsetar el desarrollo de la primera línea del Grao.
También la nueva depuradora, con los trámites iniciados de la ubicación definitiva tierra adentro, va a suponer un impulso al desarrollo de la zona de la Serratella, eterna olvidada históricamente, a pesar de las innumerables promesas por gobiernos de todo tipo.
Por otra parte, esta misma semana se ha presentado el proyecto de la mejora de los accesos al Puerto con un nuevo diseño de rotonda y eliminación de la inutilizada báscula de pesaje, con lo que parece que la Dirección autonómica de Puertos empieza a tomarse en serio la mejora de la conexión Puerto-Ciudad, prometida en la anterior legislatura, y de la que incomprensiblemente nada se había iniciado hasta ahora. Es un proyecto muy discreto, pero esperemos que vengan muchos más y mejores pronto.
Pero no cabe duda de que todavía quedan otros temas importantes por definir como que la zona portuaria entre los terrenos del Arenal y la lámina de agua del Puerto, de más de 60.000 m2, también tendría que integrarse en el proyecto de franja marítima, tal como se pretendió hace unos años cuando en 2010 la propia Generalitat presentó un diseño conjunto del Arenal y de la zona portuaria en donde se ubicaba un nuevo puerto deportivo que llegaba incluso al grupo Roger de Flor, aparte de usos dotacionales, hoteleros y de ocio para todo el conjunto.
Si queremos de verdad preparar un proyecto para el futuro turístico de nuestra ciudad, no se puede pretender, al lado de los terrenos municipales del Arenal, con las infraestructuras deportivas, sociales, de ocio u hoteleras que se quieren implantar, exista una superficie de 40.000 m2 de asfalto que solo se utiliza una semana al año para un festival que aporta muchos problemas a vecinos, negocios o visitantes y que coarta nuestro futuro turístico, así como unas naves en desuso frente a la lámina de agua del Puerto que podrían servir para ubicar usos de ocio o gastronómicos de todo tipo, como en muchas ciudades de costa ya existen, valga el ejemplo de Castellón o más recientemente Peñíscola con el recinto Nudo Beach integrado en su puerto y recientemente inaugurado.
No hay que olvidarse tampoco del proyecto de Sant Gregori, ya con casi 24 años de tramitación y que tendría que reinventarse, ya que a pesar de que la seguridad jurídica que el actual equipo de gobierno está intentando implementar es muy necesaria, no parece que sea lo suficiente, ya que si no aterrizan inversores interesados en su desarrollo, inversores que no solo quieran urbanizar sino también construir muchas de las 6.000 viviendas proyectadas, hoteles, campo de golf y grandes zonas verdes y dotacionales, seguirán pasando los días y las noches sin ver el final del desarrollo de las 250 hectáreas de terrenos ya perdidos para la actividad agrícola de forma definitiva.
Incluso Burriana podría ser también el destino de nuevos negocios que están surgiendo en la sociedad para el grupo social de personas mayores, los llamados en el sector inmobiliario como “senior living”, que son complejos de viviendas para mayores no dependientes con múltiples usos comunes donde vivir con todas las comodidades en una última etapa vital, que solo se pueden desarrollar en zonas no consolidadas, sin un turismo masivo como es nuestra costa y cerca de importantes dotaciones sanitarias, que se está empezando a implantar en España después que en otros países de Europa o incluso EEUU, está ya muy consolidado.
No cabe duda de que las diversas administraciones, nacionales o autonómicas, tiene mucho que ayudar en este futuro turístico de Burriana, por lo que no hay que dejar de patear todo tipo de despachos, lo que parece que ya se está haciendo como lo demuestran las noticias recientes de visitas políticas de la Dirección General de Urbanismo de apoyo al proyecto de Sant Gregori o en la próxima semana del Conseller de Infraestructuras, Costas y Puertos.
A todos ellos les tenemos que exigir que Burriana necesita cambiar, que Burriana puede tener un futuro muy prometedor en el desarrollo de su franja marítima, y que no solo puede sino que quiere, y que vale la pena que apuesten por ella.
Por todo ello, es muy importante que trabajemos para situar a Burriana el mapa, porque si no lo está muchos inversores y proyectos pueden pasar de largo.
Situar a Burriana en el mapa supone tener un proyecto claro de turismo sostenible, con un desarrollo armónico de toda su franja marítima, evitar ciertos eventos masivos que van en la línea opuesta a lo que se pretende (no puede ser sostenible que en un recinto cerrado situado en el mismo centro de la zona marítima se aglomeren cada día el doble de personas que de habitantes tiene la población), patear todo tipo de administraciones solicitando ayudas e implementarlo con un plan de etapas riguroso pero real, estando a la vez abiertos a nuevos usos turísticos que una ciudad de las características de Burriana puede albergar.
Trabajar para situar a Burriana en el mapa y conseguirlo es lo mejor que le podremos dejar a las próximas generaciones.
A quien corresponda, mucho ánimo en el empeño.