Los Reyes Magos y el Arenal Sound
Cuando ayer, lunes 5 de agosto de 2024, a las 4h 30´ de la madrugada, un castillo de fuegos artificales al nivel de una mascletá de las que se lanzan en la plaza del Ayuntamiento de Valencia nos despierta de sopetón a todos los vecinos de la zona marítima de Burriana, es fácil comprender el enfado e indignación de muchos, entre los que me incluyo, por tal celebración, más aún cuando ese mismo día, solo 2 horas antes, también se había lanzado otro, pero éste no tan excesivo aunque también muy molesto para el descanso cotidiano.
Después de hablar con algunos vecinos, que tienen la misma opinión, y aún con el malhumor a flor de piel, me atrevo a redactar estas breves líneas. Pero sobre todo este mal cuerpo no lo es por soportar varias noches seguidas ruidos excesivos un verano más, sino porque piensas que después de 15 años de festival en Burriana todo sigue igual, la ciudad no pone en valor su franja marítima, el turismo no aparece por ningún sitio y la empresa nos sigue avasallando y haciendo lo que le viene en gana con la anuencia de nuestras autoridades, sean locales o autonómicas, tanto monta, monta tanto.
Y es que parece que tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Burriana, verano tras verano, hacen entrega al Arenal Sound de la llave maestra que abre las casas de todos los vecinos de la zona marítima de Burriana, para que puedan entrar en ellas y ofrecernos muchos regalos, como si se tratara de unos Reyes Magos de fuera de temporada.
Y vaya regalos que nos traen:
Nos traen regalos en forma de un impacto acústico por encima de la normativa local, no solo durante el día sino lo que es peor, durante la noche, impidiendo conciliar el sueño a casi todos los vecinos que se quedan en sus casas, aunque muchos optan por salir de la ciudad en estos días. Quizás este año, por las muchas quejas habidas y reflejadas en las redes sociales, el problema ha sido más grave puesto que a los ruidos provenientes de la zona del festival, se han añadido los de la zona del camping de la Malvarrosa, que amenizaba a los campistas y a los residentes con una gran orquesta hasta altas horas de la madrugada, saltándose los acuerdos con el Ayuntamiento cual Reyes Magos con poderes supremos.
Nos traen regalos en forma de problemas de accesibilidad a las viviendas, ya que ésta ha sido otra edición en que la falta de aparcamiento ha sido acuciante, lo que añadido a la falta de control de la policía local a la entrada de vehículos en la zona, ha supuesto el caos de todos los años o incluso mayor para los muchos residentes. Ni siquiera las medidas adoptadas por el Ayuntamiento han sido eficaces por cuanto la gran cantidad de vehículos existentes hacía imposible un mínimo orden en cuanto a las ubicaciones, ya que los sounders no aparcaban donde debían, sino donde podían, porque nadie les impedía llegar a la muy saturada zona aledaña a la de conciertos.
Nos traen regalos en forma de una notable suciedad en las calles, ya que a pesar de las medidas adoptadas para evitarlo, es imposible tener las calles a todas horas con un mínimo decoro, debido a la gran cantidad de asistentes que no solo hacían botellón en cualquier momento por doquier, sino también sus necesidades más íntimas.
Nos traen regalos en forma de ocupación por hordas juveniles de nuestras playas en la mejor semana del verano, así como dificultades de acceso a los residentes y turistas de siempre, con los obsequios envenenados que se pueden encontrar hasta una semana después tanto a la orilla del mar como unos metros adentro.
Nos traen regalos en forma de un mayor índice de delincuencia, consecuencia clara del excesivo número de asistentes y que se reflejan anualmente en las estadísticas del Ministerio del Interior en donde Burriana siempre está en las primeras posiciones en la provincia.
En cambio, hay algo que estos Reyes Magos no nos han traído, pero que nos prometieron cuando empezaron a venir hace ya 15 años:
Nos prometieron que todos esos jóvenes dieciocho-añeros que vendrían año tras año, volverían a la ciudad de mayores para disfrutar las maravillas de la costa de nuestra ciudad. Ese era uno de los motivos por lo que nos solicitaban paciencia a los ciudadanos frente a los inconvenientes, ya que en un futuro los beneficios serían muy grandes. No parece que esta promesa se haya cumplido, ya que más bien es lo contrario: con los malos recuerdos que los sounders se llevan de las pocas condiciones de estancia e higiénicas de los camping, más bien nadie se atreve a venir años después a Burriana ya pasada la intrépida adolescencia que todo lo soporta.
Nos prometieron también que con este festival, nuestra ciudad sería conocida en todo el país e incluso allende los mares, gracias a la gran publicidad que este evento aportaba. Esta promesa ha quedado diluida en los últimos años, ya que el resultado de esta propaganda ha sido más bien negativo, debido a los problemas ocasionados por un festival low cost como éste. Pero es que esta reciente edición el marketing prometido no ha sido ni negativo ni positivo, simplemente no ha existido, seguramente porque ya la empresa ha conseguido un nivel de conocimiento que le permite no seguir invirtiendo en publicidad de la ciudad, olvidándose la palabra dada, a pesar de las abundantes subvenciones anuales que para ello le otorga la Diputación y la Generalitat, que sobrepasan los 600.000€.
Por otra parte, es evidente que muchos jóvenes, o no tan jóvenes, de nuestra ciudad han disfrutado una vez más de este festival, aunque en esta edición las quejas por la falta de cartel musical han sido unánimes, lo que ha provocado que la asistencia de fuera de la ciudad haya sido mucho más reducida y que incluso la organización haya tenido que regalar entradas a última hora para que el evento mantuviera los niveles elevados de asistencia diaria.
Estos mismos jóvenes autóctonos son los que solo dentro de unas semanas volverán a tener unos envidiables días de jolgorio en la primera semana de septiembre con las fiestas patronales de la Misericordia que se empiezan a preparar y que sin duda se merecen, nadie puede estar en contra de ello.
Llegados a este punto, la cuestión a resolver es si es conveniente que para que estos jóvenes (que claro que nos importan) tengan unas divertidas fiestas, conjuntamente con los muchos más que vienen de fuera en estos días de festival (que nos deben de importar bastante menos), es necesario que los residentes sufran tantas molestias verano tras verano y que, además, se impida a la ciudad tener una política turística propia como pregonan las estrategias de los Planes Estratégicos de Turismo (PET) de 2017 y de 2022, la mayor parte en el cajón de los olvidos. Es una buena noticia que el nuevo equipo de gobierno haya hecho suya la propuesta del PET último de solicitar un informe sobre los impactos del festival en todos los ámbitos de la ciudad, que se ha contratado con la UJI y que en unos meses esperamos vea la luz e ilumine el camino a seguir.
Claramente muchos ciudadanos pensamos que no, que no vale la pena tanto inconveniente para los residentes y que estos Reyes Magos de pacotilla dejen cuanto antes de traernos esos regalos que no queremos y que podamos seguir el ejemplo de Benicàssim, que en la actualidad está ejecutando un recinto de festivales con una cuantiosa ayuda recibida de la Generalitat y de los fondos europeos, para permitir traer eventos en cualquier época del año para activar la economía local y evitando las molestias que aquí se ocasionan a los vecinos.
Estamos todavía a tiempo, ya que el inicio de los trámites de la tan deseada urbanización del Arenal, conjuntamente con los terrenos aledaños del Puerto, puede suponer un cambio radical en la existencia del Arenal Sound, que nos faculte para llegar a otro tipo de empresas que apuesten más por nuestra ciudad y a otro tipo de turistas de mayor nivel adquisitivo, que sepan de veras agradecer los grandes atributos turísticos que Burriana ofrece y no solamente exprimirlos para su mayor beneficio.
Seguramente, a la vista de lo que hemos merecido en la ciudad por la falta de criterio hasta ahora de nuestros gobernantes y por dejarse avasallar por instituciones superiores, estos Reyes Magos solo nos han traído hasta ahora carbón. Valga decir que el anterior gobierno, ahora en la oposición, contemplaba en su programa electoral que todo siguiera igual con respecto al festival.
Pero ya va siendo hora de que los nuevos Reyes Magos que están por venir sean los que esta ciudad lleva anhelando muchos años y que nos traigan los regalos que de verdad se necesitan que, por cierto, el nuevo equipo de gobierno ha incluido entre sus propuestas electorales: conjuntamente con el ya iniciado trámite del “desarrollo de la urbanización del Arenal para abrirlo a la generación de plazas hoteleras” y servicios, los otros regalos que nos vendrían muy bien, y que se incluyen entre sus propuestas, son “crear la marca Burriana ciudad de festivales, valorando la ejecución de un nuevo recinto que permita su celebración en diversas épocas del año, adquirir para el patrimonio de la ciudad los 16.600 m2 del Arenal para que sean públicos, eliminar el camping del Arenal Sound de su ubicación actual o garantizar los derechos constitucionales de los vecinos del Puerto mientras se celebre el festival”.
Hay mucho trabajo pendiente para deshacer los caminos seguidos hasta ahora y emprender el que Burriana necesita, pero seguro que va a valer la pena.
A quien corresponda, mucho ánimo en el empeño.