Hablemos más del Arenal y menos del festival
Unas semanas después del paso de las hordas juveniles por nuestra ciudad cual hunos de Atila, y con los “Atilos” habiendo tomado posesión del mejor terreno que se tiene a cambio de una minucia, es un buen momento para reflexionar sobre la gran oportunidad que tiene Burriana de desarrollar el Arenal, de lo que tanto se ha hablado y que tanto se necesita.
A bastantes burrianeros, tanto de cierta edad como a los jóvenes, les gusta mucho este festival, pero para que ellos se diviertan no hace falta que tengan a su lado a 50.000 o 60.000 personas más de toda España para divertirse con ellos, por cierto, habitando en precario en tiendas de campaña tercermundistas y con un paupérrimo nivel adquisitivo. Esta tan intensa aglomeración humana produce unas molestias muy considerables por ruido o falta de espacio a esos otros ciudadanos que solo desean disfrutar en los meses de verano de lo mucho, o más bien lo poco, que Burriana ofrece.
Y el camelo de que el festival está trabajando por el turismo del futuro en nuestra ciudad es más bien eso, un puro camelo después de 13 años del primero, inventado interesadamente por políticos y empresarios a los que la ciudad les importa más bien poco, solo les importan sus beneficios, sean políticos o económicos. Y nuestros gobernantes no solo compran esta soberana mentira, a pesar de que la misma realidad la desmiente, sino que la defienden a capa y espada año tras año.
Tanto antes como después de su realización y durante unos meses, parece que este evento acapara todas las miradas de nuestros políticos, que llegan a intentar minimizar las molestias ciudadanas y a valorar lo mucho que dicen que aporta, emplazándonos así al próximo festival, del que los actuales gobernantes ya han prometido que seguirá igual si ellos gobiernan. Tampoco el PP sugiere alternativas claras cuando, viendo la cada vez mayor protesta ciudadana, plantea que hay que introducir modificaciones, pero ni dice cuales ni creo que tengan claro lo que quieren cambiar. Habría que recordar que fueron ellos los impulsores del primer festival en el año 2010 y siguen estando muy orgullosos de ello.
Tanto el PSOE como el PP o Compromís, el único que parece que se desmarca es VOX, siguen apostando por el festival cuando lo que deberían de veras apostar es por el desarrollo del Arenal de una vez por todas. Pero por un desarrollo que tenga en cuenta las necesidades de esta ciudad y la de sus ciudadanos, no las del festival.
Los antecedentes y la situación actual con la que nos encontramos en la propuesta de urbanizar el Arenal no pueden ser más pesimistas, puesto que después de más de 50 años en el intento, el actual gobierno municipal ha tenido la ocurrencia de plantear una solución que ni ellos mismo entienden. Y es que ni tan siquiera está bien definida en el anteproyecto contratado a unos técnicos, por cierto de su cuerda, sin el consenso entre todos los partidos políticos, ni tampoco al parecer entre los de dentro del propio equipo de gobierno, y sin la participación ciudadana que necesita este tema tan fundamental para el futuro de nuestra ciudad.
Y lo que es peor, hasta que la oposición no lo dijo en una comisión municipal, nadie en el equipo de gobierno se dio cuenta de que el suelo del Arenal no es urbano sino urbanizable, por lo que, para que se pueda urbanizar en él, habría que comenzar por el desarrollo de un Plan Parcial que defina urbanísticamente las propuestas de las infraestructuras, parques, jardines, comercios, zona hotelera o de servicios, que allí se quieran implantar. Eso es lo que hizo el gobierno anterior del PP en 2009, con la modificación del PGOU eliminando los usos residenciales y dejando solo terciarios, así como con el consiguiente Plan Parcial que se estuvo tramitando hasta principios de 2016, que el actual gobierno municipal, al entrar en el consistorio, desestimó y dejó caducar.
Por todo ello, lo importante ahora es definir con detalle y no de pasada, como ahora se pretende, esos usos y esas infraestructuras que impulsen una política turística que apueste por poner en valor nuestros grandes recursos naturales, sobre todo de la costa, tan poco tenidos en cuenta hasta ahora. Por otra parte, sabiendo que esta tramitación puede durar 3 o 4 años, la anterior tramitación incluso duró más, habría que comenzar cuanto antes.
Y en eso se tendrían que emplear nuestros gobernantes, los que ahora están o los que el año próximo electoral pueden estar, nos va en ello la reactivación y el impulso que nuestra sociedad necesita, que de una vez por todas dejemos de añorar nuestro pasado glorioso, que desaparezca la apatía y la complacencia del presente y que planteemos con ilusión nuestro futuro, que es el que nos hará mejores.
Y para eso es fundamental que, desde ya o en la próxima legislatura, se avance en muchos temas pendientes, pero sobre todo en el desarrollo del Arenal, desde la aportación de profesionales de renombre y de gran experiencia, con la participación de la sociedad civil por medio de sus ciudadanos, asociaciones o empresas, pero, sobre todo, desde el consenso, sin él no será posible una solución que puede trascender a varias legislaturas.
Esto es lo que no ha sido capaz de ver nuestro actual equipo de gobierno, que con sus gafas de mirada corta, sin hacer ni puñetero caso ni siquiera al Plan Estratégico de Turismo que ellos mismos aprobaron en 2017 o al documento del Foro Burriana 2030, que ellos mismos también impulsaron hace tan solo dos años. La última ocurrencia es que pretenden contratar a una empresa sin experiencia, pero muy cercana a la que realizó el anteproyecto, que por incompatibilidad no puede presentarse, para desarrollar la urbanización de solo unos 8.000 m2, no llega a un 5% del total, sin haber hecho los deberes de presentar un nuevo Plan Parcial que englobe la totalidad de la zona y que defina al máximo detalle lo que allí se pretenda realizar.
Y cuando eso se produzca, se hablará más del Arenal y de su futuro y se hablará a la vez mucho menos del festival, ya que la actual celebración de éste es difícilmente compatible con el desarrollo urbanístico que se proponga.
Con este nuevo desarrollo del Arenal deberíamos proyectar, entre otros, nuevos usos sociales, comerciales, hoteleros, deportivos o lúdicos, en los que incluso cabría hasta un recinto de festivales propio donde se celebren varios al año, seguro que mucho menos multitudinarios, pero que de veras repercutan en la economía de toda la ciudad y no produzcan tantas molestias a sus ciudadanos.
Al Arenal Sound y a sus impulsores quizás les debemos el habernos hecho ver las grandes posibilidades que tiene nuestro Arenal, pero bien que ya se lo han cobrado durante estos años. Incluso se han llegado a apropiar de 16.600 m2 de Arenal que no necesitaban para nada, que el Ayuntamiento nunca tendría que haber dejado perder y que, como no, tenemos la obligación de trabajar para que formen parte de nuestro patrimonio público.
Por eso lo importante a partir de ahora ha de ser que hablemos más del Arenal y menos del festival, es lo que Burriana espera para iniciar el camino hacia el turismo que necesita.
Y para nuestros gobernantes, los actuales y los futuros, mucho ánimo en el empeño.