Empieza una legislatura ilusionante
Después del resultado de las elecciones locales del pasado domingo se clarifica el panorama político y el futuro de la ciudad con la victoria abrumadora, que pocos fueron capaces de predecir y casi todos ahora son capaces de explicar, del PSPV-PSOE de la mano de la actual alcaldesa Maria Josep Safont.
El motivo de estas breves letras no es efectuar un análisis de las causas que han llevado a esta holgada mayoría absoluta del bloque de las izquierdas o a la desaparición de partidos como CIBUR o PODEMOS, que de eso ya se encargarán más sesudos comentaristas, sino valorar las expectativas que se presentan frente a una nueva legislatura en la que concurren de inicio tres circunstancias que la hacen diferente a otras anteriores.
La primera circunstancia a resaltar es que, a diferencia de la anterior, en esta legislatura van a gobernar la ciudad personas y equipos con experiencia, ya avezados en las lides municipales, que conocen en profundidad la casa consistorial con las complicaciones burocráticas de la gestión del día a día, por lo que pueden ser más capaces de sortearlas para conseguir una gestión más eficaz.
La segunda, gracias sobre todo a la administración de los recursos municipales de estos últimos cuatro años, es que se encontrarán con una situación envidiable en las arcas públicas, con una deuda reducida al mínimo, unos gastos controlados y una capacidad de ingresos al alza, no solamente por los tributos, que seguirán estando congelados como en la legislatura anterior, sino por la consecución de subvenciones importantes tanto de Europa, el Estado, la Comunidad y la Diputación. Ahora ya no va a ser necesario seguir reduciendo deuda y, salvo los obstáculos administrativos de la actual regla de gasto del ministro Montoro de la que se espera pronto pase a mejor vida, los mayores ingresos podrán dedicarse a las inversiones que esta ciudad necesita desde hace mucho tiempo.
La tercera circunstancia es la existencia de un programa electoral muy ambicioso, que lo será de gobierno en unas semanas, al que los ciudadanos le han dado su aprobación en las urnas. Sin miedo a equivocarnos se está en condiciones en esta legislatura de relanzar Burriana mediante unas importantes inversiones que desde hace mucho tiempo esta ciudad está echando en falta.
Sin entrar en el detalle de este nuevo proyecto de ciudad que se va a gestar, cabe resaltar, sobre todo, el inicio del Proyecto de Sant Gregori, que seguro que marcará un antes y un después en la actividad económica de la ciudad, así como proyectos muy anhelados por la ciudadanía, entre los que cabe destacar la remodelación del centro urbano con la creación de un aparcamiento en el Plá, la construcción del nuevo Instituto Jaume I, el nuevo Llar fallero, el nuevo edificio multifuncional del Puerto, el desarrollo del Parque de Ribera del Clot o la remodelación de la Avenida Mediterráneo para cerrar el anillo biosaludable entre la ciudad y la zona marítima. También van a poder ver la realidad en esta legislatura otros proyectos financiados por Europa como el desarrollo del Parque Litoral del Arenal, la adecuación del entorno de la Iglesia de Sant Blai, la remodelación del barrio de la Bosca, la acera y carril bici de la carretera del Grao, el edificio de servicios sociales en el antiguo ambulatorio o la adecuación de la Plaza de la Estación, entre otros.
No cabe duda de que la concurrencia de todas estas circunstancias hace que esta legislatura se presente ilusionante y esperanzadora, para que se pueda desterrar definitivamente el permanente pesimismo sobre las expectativas económicas de la ciudad, más aún en un momento en que nuestra principal actividad económica durante decenios está atravesando una complicada situación de la que será muy difícil salir.
Como dijo Jorge Luis Borges “el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer”. Burriana sigue teniendo mucho futuro y ha llegado la hora de ilusionarnos para hacer los proyectos que van a cambiar la ciudad.