La València discriminada
Siempre se ha dicho que las comparaciones son odiosas, pero no dejamos de comparar… a los hijos e hijas con sus hermanos o hermanas, la nueva adquisición (coche, piso, vacaciones…) que ha hecho un familiar con la nuestra, o si tenemos el jardín mejor cuidado que el del vecino… Y así, las comparaciones, nos sirven para identificar (y, tal vez, mejorar) las diferencias entre cosas más o menos insustanciales, o para cuestiones de gran importancia, como sería la educación, para lo que incluso existe, en la Universidad de València, un Departamento de Educación Comparada donde se comparan (valga la redundancia) sistemas educativos y sus funcionamientos, algo directamente relacionado con los dineros que se destinan a ellos… y de dinero y de comparaciones voy a hablar.
Resulta odiosa la discriminación salarial de las mujeres respecto a los hombres, que nos obliga a trabajar gratis un par de meses al año… parecida indignación produce cuando se es consciente de las necesidades sociales que tenemos en nuestro país, que no son cubiertas por falta de inversión, y, sin embargo, sí que hay dinero para pagar rescates a autopistas y bancos… Pero al final, acostumbradas a que estas cosas pasen con una habitualidad pasmosa, hemos llegado a asumir que estamos supeditadas a un neoliberalismo, que, como diría la monologuista Pamela Palenciano, está casado con el patriarcado, y ese es el yugo del poder que nos somete.
En estos días, en los que se han presentado los Presupuestos Generales para el 2018, hemos vuelto a caer en la tentación de comparar, y las personas que vivimos en la Comunidad Valenciana, nos sentimos muy defraudadas, ninguneadas y engañadas con las cifras injustas que se destinan a nuestro territorio, ya que somos la penúltima comunidad con un presupuesto de 150 € por habitante, teniendo solo a Canarias por debajo, cuyo presupuesto es de 134 €, siendo la media del estado de 318 € por persona, lo que significa que no llegamos ni a la mitad. La comunidad autónoma con mayor presupuesto es Cantabria con 469 €, seguida de Melilla con 440 € y de Castilla y León con 413 € por persona.
Si la comparación la hacemos en base a lo otorgado para el transporte metropolitano, en València nos quedamos, por segundo año consecutivo, sin nada. Es decir, CERO euros destinados a esta partida, mientras que Madrid recibirá del Estado 126,9 millones de euros, Barcelona 109,3 millones y Canarias tendrá 47,5 millones. Esto significará que los y las valencianas no podremos tener grandes mejoras en el transporte urbano, ya que Montoro nos ha castigado sin una partida para ello.
No me gusta que parezcamos unas lloricas que piden lo que a sus hermanas mayores les han regalado, pero desde luego, es muy injusto que, siendo la tercera capital de España, “papá estado” nos trate de esta manera discriminatoria… Aunque viendo los 40 millones de euros (de los 200 acordados inicialmente por los partidos) destinados a poner en marcha el Pacto contra la violencia de género, me queda claro que a nuestro “padre” se la trae bastante al pairo lo que les ocurra a sus hijas “autonomías”, tanto como lo que les suceda a sus “hijas del patriarcado”.