Pobreza energética frente a la avaricia de las eléctricas
Imaginen esta escena: Familia en la que el padre, de alrededor de 50 años, en situación de desempleo desde hace más de un lustro, debido a esta crisis en la que estamos inmersos, [que según la ministra de empleo, doña Fátima Báñez, ya estamos saliendo de ella y que se está regenerando el trabajo (y lo dice sin un atisbo de ironía ¡¡¡Espectacular actriz!!!)] que han ido viendo cómo sus posibilidades económicas se iban reduciendo según se iban acabando las prestaciones, y que subsisten con grandes dificultades gracias a los trabajillos eventuales que van haciendo los miembros de dicha familia, que les sirven para poder comer y que no les corten los servicios más mínimos, como el agua o la luz. Y suerte, que esta familia que imaginamos, ya tenía su piso pagado cuando comenzaron a ir mal las cosas, pues otras muchas debieron dejar su casa y trasladarse a otros espacios menos confortables y adecuados...
Bueno, sigamos imaginando... aunque estoy segura que los lectores y lectoras conocen a más de una familia en esta situación, ¿verdad? Bueno, ahora imaginemos que llega el invierno y es necesario ducharse con agua caliente (los pobres, señora Báñez, también se asean, comen, beben y tienen necesidades que es necesario cubrir), pero el recibo de la luz ya es demasiado alto (todas sabemos de los incrementos que ha sufrido la factura en los últimos tiempos, un 11% más cara que en el resto de la UE) y no pueden pagarlo, por lo que se van a tener que enfrentar a que llegue la "Empresa Eléctrica" (así, con mayúsculas, porque las eléctricas son las diosas del mundo empresarial) y les corte el suministro por falta de pago.
Ahora imaginemos un gobierno municipal, preocupado por sus vecinos y vecinas y que piense (con que piense en ellas ya es mucho decir, pues no estamos muy acostumbradas a que eso ocurra) en esas personas que lo están pasando mal, ya que sus recursos económicos están muy limitados, como los de nuestra familia imaginaria. Ese gobierno decide incluir una cláusula en el contrato con las "Empresas Suministradoras de Energía" de su ciudad, para paliar esa pobreza energética de tantas familias, obligando a dichas "Empresas" a no cortar el consumo de quienes no paguen, si antes no hay un informe de los Servicios Sociales municipales.
Esto ya pasó en Barcelona y ganaron las "Poderosas" frente al consistorio y todas esas familias en situación de precariedad y en riesgo de exclusión social. El gobierno de Ada Colau se ha visto obligado a redactar de nuevo el convenio, ya que el Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público dio la razón a Endesa y Gas Natural...
Ahora estamos viviendo en València la misma situación y con los mismos actores: Por un lado, el equipo de gobierno de Joan Ribó y por el otro, Endesa y Gas Natural, las "Poderosas", que han recurrido el contrato eléctrico que propone el consistorio valenciano, por la cláusula social, cláusula, que en este caso, se ajusta a la Ley 3/2017 de Pobreza Energética de la Generalitat Valenciana.
Era de esperar que las grandes compañías eléctricas no estuvieran por la labor de perder ni un solo céntimo de sus sustanciales beneficios, pero habrá que buscar las fórmulas para que esas personas en riesgo de exclusión (que, además, la mayoría se encuentran en esa situación por los abusos cometidos anteriormente por éstas y otras poderosas: Bancos, Constructoras, etc) puedan disponer, al menos, de los recursos mínimos... ¿No les parece?