Nosotr@s y nuestras basuras
Al igual de aquello de que “somos lo que comemos” también se podría aplicar a nuestros desechos, quedando algo así como “somos los residuos que generamos”. Y si, cuando nos alimentamos mal, nuestro organismo se bloquea y comienzan a aparecer graves problemas de salud, al consumir en exceso y sin control, estamos generando una serie de desechos que están poniendo a nuestro planeta en una situación bastante comprometida, con una grave oclusión intestinal que le impide digerir ni una más de nuestras basuras.
Parecía que China iba a ser el protector estomacal del occidente para siempre, ya que muchos países derivaban allí 24 tipos de residuos plásticos, que ella acogía con la intención de reutilizarlos como materia prima, pero a este gran país también se le han atragantado tantos desperdicios contaminados, por lo que desde el uno de enero de este año ya no admite basuras extranjeras, provocando con ello una crisis en Europa y el resto del mundo, que ahora se lamenta de no haber encontrado una solución para el tratamiento de los residuos que no pasara por su exportación a este país asiático.
Pero ¿cómo se resuelve esta saturación de basuras mundial que ha producido un coma ambiental? Y, ¿cómo paramos el consumo indiscriminado de plásticos y otros componentes electrónicos que forman parte nuestra vida consumista sin entrar en un coma industrial?
En España, se producen 450 kilos de basura por habitante al año, alta cifra que superan en Dinamarca y en Alemania, con 789 y 631 kilos respectivamente, quedando la media europea en 477 kilos. Sin embargo, los países que más desechos producen, son también los que mejor los gestionan, teniendo unas cifras de entre el 44 y el 66% de basuras recicladas, que en Suecia llega al 99% del reciclaje de basuras para su reutilización.
Nuestro país ha hecho un esfuerzo en cuanto a la gestión de los productos de desecho, con la consolidación de los contenedores de colores y campañas de concienciación ciudadana, pero nos queda mucho recorrido aún, si queremos compararnos con otros países vecinos, que tienen unas normativas mucho más rígidas y un control exhaustivo de las basuras y de lo que la ciudadanía hace con ellas, imponiendo fuertes sanciones a quienes no las cumplen.
Queda claro que los países deben aumentar considerablemente las inversiones para sacar al medio ambiente de este estado comatoso en el que ha quedado tras la ingesta indiscriminada de nuestros desechos. Sin embargo, nosotras, la ciudadanía, también podemos ayudar a conseguir esta meta. ¿Cómo?:
- Reciclando. A pesar de tener cada vez más cerca los contenedores para separar las basuras, hay muchas personas que no lo hacen, con el burdo argumento de que ya pagan sus impuestos para que alguien lo haga.
- Reutilizando. Hay muchos productos a los que les podemos dar una vida más larga, volviéndolos a utilizar antes de enviarlos al contenedor.
- Comprando los productos que menos embalajes tengan. Si podemos comprar la fruta y la verdura a granel, estamos evitando una gran cantidad de plásticos en nuestra basura. Lo mismo ocurre con otros muchos productos como los vasos, platos y cubiertos desechables, o las cápsulas de café que usamos habitualmente y de los que deberíamos prescindir.
Hemos de ser conscientes del grave problema al que nos enfrentamos, actuando en consecuencia y exigiendo a nuestros gobiernos que tomen medidas ante ello, ya que de no ser así, en un futuro no demasiado lejano, no quedará nada para echarnos a la boca que no esté contaminado, como ya lo están nuestros mares y los pescados que consumimos…
La verdad es que me he quedado sorprendida con este artículo, puesto que no sabía que los residuos se "exportaban". Vivimos tranquilos y felices, sabiendo que nuestras basuras son recogidas por eficientes emplead@s de la limpieza y siempre tenemos los contenedores listos para seguir vaciando nuestras basuras, por lo que no nos preocupamos de pensar qué hacen con ellos. De verdad. yo creía que gestionábamos nuestros propios deshechos y que éramos autosuficientes. Este artículo me ha hecho ver que generamos más basuras de las que podemos gestionar y me invita a un acto de reflexión medioambiental y entonar el "mea culpa" tomando conciencia de la importancia universal del reciclaje. Gracias. Por otro lado, no dejo de pensar en los "productos de caducidad programada" que invita a las empresas a producir y fabricar productos defectuosos (que podían ser de mucha mejor calidad) para promover el consumismo. Que no deja de estar interrelacionado con la cantidad de basura que generamos.