Benitroba’t o la magia del trabajo comunitario
Vivir en Benimámet tiene su encanto: es un barrio de València, alejado de las aglomeraciones de la ciudad, en el que, a pesar de las múltiples carencias, fruto de años de abandono institucional, se vive en tranquilidad, aunque siempre con la idea negativa de que esa lejanía de la ciudad provoca que sigamos padeciendo, en mayor o menor medida, ese olvido por parte de la administración.
Sin embargo, este fin de semana hemos podido disfrutar de una estupenda jornada, en el que los talleres educativos, los bailes, los juegos, la magia, llenaron unas horas del sábado, con más de veinticinco entidades educativas compartiendo experiencias e ilusiones.
Parecía imposible que tanta gente ilusionada y alegre compartiéramos el mismo espacio, pues en Benimámet hay pocas oportunidades en las que personas y entidades tan variadas se den cita y compartan su buen hacer. Porque aquí, aunque no nos lo parezca, aunque siempre estemos viendo lo negativo del barrio, aunque siempre mantengamos esa cruz a nuestras espaldas y ese sentimiento de hijo abandonado, se hacen cosas muy bien hechas, con mucho cariño y con profesionales magníficos.
Y eso es lo que pudimos comprobar este sábado, gracias a la iniciativa de un grupo de chicas y chicos con muchas ganas, que son la alegría de la Asociación Vecinal de esta pedanía, Acció Jove, que con su tesón consiguieron aglutinar a todas esas entidades de Benimámet.
Creo que vale la pena que mantengamos ese sentimiento de comunidad que nos unió el sábado y que sigamos trabajando en positivo, para que esta pedanía, alejada del centro neurálgico de València, siga creyendo en sí misma y en que, a pesar de las dificultades, vale la pena apostar por ella, por sus gentes y por mantener viva esa llama comunitaria que prendió este fin de semana y que nos hizo pasar unos momentos inolvidables y muy emocionantes, en los que personas jóvenes y mayores, niños y adultos, convivimos y compartimos.