De absurdeces vamos hoy

¿No les ha pasado nunca llegar a un hotel, sobre todo los de nueva construcción, y tener la sorpresa (desagradable) de que el baño esté construido con cristales transparentes, asemejándose a una pecera en la que la intimidad deja mucho que desear?

Pues a mí no es la primera vez que me ocurre, pero el pasado fin de semana, la situación fue mucho más absurda e incómoda, pues compartía habitación con una compañera a la que no conocía de nada, por lo que esa inexistente intimidad resultaba una dificultad añadida… y no es por el pudor de tenerse que vestir o desvestir con una persona desconocida, sino porque esto de sentarse en la taza del inodoro viendo el mar (y que el mar te vea a ti y de paso todo el vecindario) no me parece un plato de gusto, aunque pueda parecer hasta cómico, ni siquiera compartiendo habitación con una amiga o con tu pareja.

Igual de absurdo, incómodo, poco funcional y cómico que un baño transparente resulta la moción de censura presentada por el partido innombrable y más, si cabe, el señor que va a defenderla y presentarse como candidato a ocupar la presidencia del gobierno.

No me joroben.

¿De verdad vamos a tener que aguantar durante dos días a esta panda de machirulos reaccionarios soltando absurdeces por sus bocas?

¿Ciertamente este señor, Ramón Tamames, que en sus años mozos y en su adultez posterior estuvo en las antípodas de lo que ahora va a defender y del partido al que va a apoyar, nos va a deleitar durante horas con frases lapidarias como que “España se asemeja a una autocracia”? ¿O aquella otra de que los españoles (y las españolas) estamos divididas y nos están llevando a una “segunda república idealizada”?…

Lo suyo es reconocer que aquello de la división de nuestro país está más que claro, pues ya se han encargado los de este partido y los de la otra derecha que se proclama “moderada” (liberales-capitalistas) a agitar bien el avispero con medias verdades y otras paranoias propias, para construirla a diario y enfrentando, de nuevo, a la ciudadanía de uno y otro lado.

En fin, lo que pasa en este país merece un análisis sociológico en profundidad, pues lejos de curar las heridas del pasado hay quien se encarga de echarles sal y vinagre con soflamas ideológicas fuera de lugar y, permítanme, fuera del espacio temporal.

En este momento de nuestra historia, y de la historia planetaria, se debería estar trabajando codo a codo para mejorar la calidad de vida de las personas, que ya sufren cada día los estragos de esta división, de las crisis mundiales que nos afectan y de la aplicación de ciertas políticas que nada tienen que ver con el bienestar general, que, en definitiva, es lo que todos los partidos deberían buscar, aunque ya sabemos que algunos solo están por el bienestar de quienes más tienen…

Muy absurdo todo, incluido el baño de cristal.