Ucrania, banco de pruebas de la OTAN cara a occidente
La realidad del artículo V de la OTAN
Últimamente con motivo del conflicto “poliédrico” USA-RUSIA-OTAN, se viene especulando sobre lo que supondría una aplicación automática de defensa basado en dicho Artículo V, con relación a sus países miembros ante una supuesta agresión externa a uno de los mismos.
Dicho Artículo V, que recordemos, (mecanismo de defensa conjunta), fue llevado a la práctica simbólicamente en una única ocasión, y sucedió en los ataques a las “Torres Gemelas” en EE. UU durante 2001, legitimándose respuestas inmediatas como acción aliada, o ataque contra todos, pero soportando el protagonismo el país agredido, actuando al margen a la OTAN hasta el abandono final del lugar.
Este modesto Columnista siempre intenta desgranar e interpretar este tipo de Artículos mayores a fin de intentar verificar lo que en realidad pueda subyacer en sus contenidos, sobre un Texto pródigo en ambigüedades, y, preferentemente, en todo aquello que pudiera afectar a las formas en que se respondería ante un ataque inesperado o no y su posible significación real de incidencia activa o pasiva de los países miembros, entre ellos, naturalmente España.
No se trata en absoluto de sembrar inquietudes, no, pues ciñéndonos a nuestro país el último conflicto bélico de España, si alcanza a calificársele de tal manera, ocurrió por un lado en 1957, (SIDI IFNI) y posteriormente en 1975, la invasión de la MARCHA VERDE, dentro de un escenario internacional distinto del actual, aunque con puntos oscuros posteriores como la presencia en Ceuta y Melilla, recientemente de 10,000 marroquíes ante la pasividad de Rabat.
Lo anterior viene a colación, en lo relativo a Ceuta y Melilla, qué a pesar de tratarse de ciudades españolas, se encuentran excluidas explícitamente desde la firma del Tratado, a pesar de haberse solicitado en distintas ocasiones su inclusión, independientemente que la propia Organización y expertos aseguren qué aun no figurando en el Tratado, se llevaría a cabo su defensa por la propia OTAN ante una hipotética agresión. Menos mal que contaríamos ante esta ambigüedad con el propio ejército español.
Ambigüedad de su Texto cuando viene a indicar a grandes rasgos “a que la parte o partes atacadas, de acuerdo con las otras partes, adoptarían las medidas que juzgue necesarias….
Supondría ello, en la práctica y de forma previa, entre otros, la comprobación del alcance de la legislación del tercer país interviniente, aprobación parlamentaria en su caso y varios etcs. de salvaguardia del tercer país ante un supuesto respeto a su legislación.
Ya redactábamos desde los primeros momentos, nuestra incredulidad a que el tema que nos ocupa pudiese desembocar en operaciones bélicas, tal y como se encuentra el mundo en la actualidad, salvo que el mismo se volviese loco, y una de las partes ha caído en esquizofrenia, probablemente envuelta ante supuestos desconocidos, bajo lo que viene denominándose “desviar la atención”, repito, ignorados por el gran público.
Nos toca contemplar ahora la certeza o no de lo que se viene pregonando sobre el insistente declive de la OTAN desde septiembre 2001, aupado por Trump como una OTAN residual o bien, prevalece el de alianzas tradicionales proclamadas por la nueva Administración Bidden.
Anecdóticamente, nos referimos ahora al exmandatario estadounidense, recordando la Columna publicada cuando no acudió a inaugurar su propia Embajada en Bruselas de mayo de 2017, por desacuerdo presupuestario, aprovechando para recordar a la OTAN el sobrecoste de un 30% de la nueva sede de ésta. Tirón de orejas de un Trump en estado puro.
Nos queda por último valorar financieramente, el esfuerzo disuasorio que la OTAN pueda desempeñar para Occidente.
Según Swiss info.ch. el pasado 21.12.21, la OTAN aprobó un Presupuesto para 2022, por valor de 289.1 millones de dólares para gastos civiles y de 1.560 millones para gastos militares. adopta fuentes de dicha Organización, la OTAN, mediante aportaciones no coercitivas que oscilan según acuerdo (2014-2024) para gastos militares de un 2% de su P.I.B.
En Julio 2018, fecha de los últimos datos cerrados por OTAN a 2017, el país que más desembolsó fue EE. UU con un 3,57%.
En vigésimo octavo lugar, Luxemburgo con un 0,46%, y en los puestos vigésimo sexto y vigésimo séptimo (ex aequo) Bélgica y España con un modesto 0,93%.
Asistamos pues a unos acontecimientos dignos de un 2022, que informativamente se presentará lleno de sorpresas.