Un ave perezoso circulando por Extremadura
Da la sensación de que comienzan de aquí a 2023, las fiebres de las inauguraciones, propias de los partidos políticos en crisis, las cuales se repetirán a lo largo del tiempo, dado el largo trecho aun por finalizar, hasta llegar a la última traviesa de vía, si fuera el caso.
De hecho, ya tuvimos el pasado 23/6, a través de la ministra el primer ensayo, sobre lo que hasta ahora es proyecto, con visos de convertirse en un híbrido.
El despliegue informativo ejercido, recuerdan antiguas crisis sociales y viejos tiempos, como si se tratase de un nuevo PLAN BADAJOZ en ciernes.
Actuaciones, principalmente, como dejar entrever y ufanarse de algo parecido a un Tren de Alta Velocidad, ávido de publicidad electoral, con deficiencias técnicas, groseras, compensaciones económicas a los viajeros bajo aquel viejo lema comercial de “todo a euro” etc. a estas alturas, “no cuelan”
Por otro lado, me ha venido a la memoria, un titular procedente del sabio refranero español el cual aludía en su rincón correspondiente, junto a otros calificativos expresados, a una especie de fábula ferroviaria de corto trayecto entre dos lugares de la provincia de Madrid, llamados, ARGANDA y RIVAS, de unos 4 kilómetros de recorrido, y unos 40-45’ de duración, que dejó de funcionar en 1997. (EL TREN DE ARGANDA, QUE PITA MÁS QUE ANDA).
Pero no desesperen, pues las prisas finales de inauguración nos traerán igualmente sobrecostes de obras, consecuencia de estas, con precios posiblemente alrededor de los 4.000 millones de euros.
Final y presumiblemente, D. Felipe debió poner cara de circunstancias en el interior del vagón.