¡ No olvidar el cambio climático, otra amenaza más bajo la condición humana!
Desde la CONFERENCIA MUNDIAL DEL CLIMA, celebrada en Madrid el pasado mes de diciembre, bajo el auspicio de NACIONES UNIDAS, venimos sosteniendo con undp-climate.exposure.co, algunos contactos destinados a observar, comentar y admirar el trabajo impagable realizado por miles de sus voluntarios a lo largo del mundo.
Es más, la asistencia durante dos semanas continuadas a las conferencias impartidas por destacados científicos, algunos españoles como el Profesor Melchor González Dávila, con el cual sostuvimos una amplia charla, nos condujo a que expusiera sus pensamientos sobre la baja de la huella del carbono en los Mares, su influencia sobre la protección de la vida bajo los océanos y la huida del pescado a la búsqueda de su particular resiliencia.
La acumulación de situaciones parecidas a desastres climatológicos en el mundo, impide se apliquen las mínimas atenciones a auténticos torrentes de vicisitudes como vienen ocurriendo en la agricultura, mediante inundaciones, sequías, como acontece en África, a la vez tan lejos y tan cerca.
Por ejemplo, cada quinquenio transcurrido, se hace más acuciante la particular desertización de España, es decir aquellas en que la proporción entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial se encuentra comprendida entre 0,05 y 0,065, viniendo a expresar dicha evapotranspiración, la demanda de agua por la atmósfera y las plantas en un lugar determinado, lugares, qué desde la mitad del siglo XIX, nos venimos planteando y restaurando en zonas áridas o esteparias mediante la restauración de terrenos degradados, según el M.A.P.A.
Otro ejemplo, extremo si se quiere, pero muy descriptivo de la condición humana tanto activa como pasiva, es la degradación de LA ZONA DEL MAR MENOR, extrapolable como “ejemplo de laboratorio”, si se desea, sobre la destrucción de los eco sistemas, aunque repito, lo esencial del caso es la “irresponsabilidad humana”, en este caso proveniente de la Agricultura.
Un medio local español llamaba la atención en febrero pasado sobre una imagen del mapa interactivo EOSDIS WORLDVIEW DE LA NASA, el cual describía “una sopa verde, convertida en sopa roja” alusiva a un periodo de unos 40 años de continuos vertidos dicho MAR MENOR situado en el Mar Mediterráneo, al este de España, desoyendo los clamores de la población.
Lo qué hace muchos años fue una amplia bahía abierta al Mar, lleva años agonizando convertida en cloaca.
No he podido evitar recrear en mi mente, repito, un caso rayando en la “ciencia-ficción”, imaginando una parte del LAGO NYASA en Malawi, fuente de riqueza para pescadores y seguridad alimentaria con el ejemplo del Mar Menor, sometido a todo tipo de continuos vertidos, los cuales producen excesos de fitoplancton y otros daños incuantificables.
Disponemos pues de una asignatura medio ambiental, altamente deficitaria, y además como si se tratara para un estudiante de una última convocatoria respecto a un clima de súbitas e imprevistas vicisitudes de sequías, inundaciones, DANAs, etc.