Leviatan, retórica política y Hollywood para salvar al planeta
Necesarios: 100.000 Millones dólares U.S.A./Anuales
Titulábamos nuestra última crónica el pasado diciembre 2019, desde la COP-25 en Madrid, publicada en este Medio, como: “UN ACUERDO FINAL QUE NO PUEDE CATALOGARSE, NI TAN SIQUIERA, DE BAJO MÍNIMOS”.
Es decir, continuábamos inertes nuevamente en las fauces del Leviatán-Establishment.
Respecto al primero, una definición al uso sobre su espíritu, podría enmarcarse dentro de la ambición, soberbia, orgullo y arrogancia; y como colectivo, ya lo conocen como un conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido.
De esta forma podía expresarse el desánimo generalizado entre aquellos que esperábamos, mínimos avances, aunque fueran a base de “fórceps”
Y es que continúan vigentes los primeros grandes desafíos del Planeta: (a) Tráfico mercantil de las emisiones de carbono. (b) Sustituir al carbón como fuente de energía y (c) Falta de compromisos reales sobre la materialización/aumento de la mínima financiación necesaria, etc. pero rodeados de la indeterminación retórica, la cual reina a todos los niveles.
Si a lo anterior añadimos las importantes peticiones económicas realizadas previamente a la COP 25, en Madrid, por los presidentes de China y Francia, secundada días atrás en Glasgow por el secretario general de la ONU con el mismo rostro circunspecto que en Madrid, además de las “tiranteces” entre Macron y Johnson por los derechos de pesca, y con el complemento de la todavía “ebullición” entre Australia y Francia, nuevamente en Glasgow con motivo del “affaire” de los submarinos, entre otros, no se trataría precisamente del paisaje idóneo.
Quiérase o no, todo influye en los énfasis retóricos de los Participantes, por ejemplo, el del ministro de Finanzas del Reino Unido, anunciando los planes de su gobierno de una disposición de 130 millones de dólares en 2023, contributiva al financiamiento climático en el ánimo de alinearse con el Acuerdo de París.
Según 350.org. habría que recordarle al ministro, la nueva exhibición de retórica del Reino Unido, cuando este País ha recortado su propio presupuesto de ayuda, otorgando prioridad al beneficio de unos pocos sobre los medios de vidas de muchos.
Otro tanto sucede con el siempre difuso posicionamiento financiero y su responsabilidad final sobre una destrucción ascendente del Medio Ambiente a la hora de canalizar fondos específicos.
Otro ejemplo,
¿Qué ventaja inmediata supone para la problemática medioambiental actual, que el Fondo de pensiones más grande de Europa, anuncie desinvertir en 15.000 millones de euros en combustibles fósiles para el próximo 2023?
Bajo el conocido símil financiero de desinversión = ausencia de rentabilidad, se nos antoja prematura e indeterminada tal aseveración, dadas las actuales situaciones financieras cambiantes en el mundo, y, por ende, sus neblinas para los dos próximos años, y sin abandonar a los grandes Bancos, nos llenan de estupefacción sus declaraciones.
Llevamos en esta ocasión un tercio recorrido de la COP-26, y las similitudes con la anterior son alarmantes, salvo, como hemos mencionado, se ha mejorado en retórica esperanzadora, en cuanto a contenidos futuristas e intangibles dirigidos a márgenes de mejora, pero no visibles en la actualidad y por el contrario, miles de millones de dólares continúan esparciéndose por una especie de “Cuerno de la Abundancia” hacia la industria de los combustibles fósiles, y es que al ritmo actual, unos objetivos para 2050 y 2070, se nos antojan prácticamente irreversibles y contrarias para las generaciones futuras en cuanto retraso en inversiones y aumentos de producción de materias fósiles.
¿Qué esperar en lo que resta de COP26? El clásico “levantamiento” de una docena de países agraviados y sin medios, y unas decenas de miles de manifestantes, lo cual, tal y como se pronostica, será un calco del ya famoso “Día de la Marmota”.
Hablando de Cine, para finalizar algo jocoso, mientras sigan llegando astros de la pantalla.
Uno se pregunta desde lo más profundo de su ignorancia, hasta qué punto pueden llegar a pensar los Organizadores de estas Conferencias Mundiales del Clima, respecto al grado de utilidad e influencia sobre la opinión pública, la presencia de actores de Cine, que se aprenden un guion como profesionales que son con independencia de sus inclinaciones Medio Ambientales.
Resulta difícil asumir que los “cerebros” de las organizaciones, lleguen a la conclusión de que la presencia de estrellas “hollyvudienses”, algunas en declive, puedan ejercer algún tipo de influencia en la sociedad de nuestros días
Fuimos testigos directos en 2019, en el IFEMA de la presencia de Harrison Ford, mito de los ochenta, despertando en nuestra opinión, a sus 78 años, más curiosidad que expectación.
Desconocemos el “caché”, percibido o supuesta gratuidad por su asistencia, suponiendo, si hubiera sido este el caso, que al menos, se le abonarían gastos de desplazamiento y estancia para él y su equipo.
Con dos películas rodadas en 2019, según “Sensacine”, ha formado parte del Club de los CINCO MIL MILLONES DE DÓLARES, con el film K-19, rodado en 2002, como película independiente. (Se trataba del rescate de la tripulación de un submarino nuclear ruso, por uno USA), asumiendo nuestro protagonista el papel de capitán soviético, y, junto al resto de su filmografía, suponía su presencia en Madrid, una especie de espejismo a quiénes le recordábamos pletórico como protagonista dentro de su marco habitual.
Esperamos que la nueva presencia de Leonardo di Caprio augure mejores expectativas.