El centro derecha gana en Italia (42-44%) con alta abstención: 35-37%
Reducción DEL parlamento italiano: de 945 a 600 miembros
En esta ocasión las encuestas se han aproximado bastante y solo cabe esperar los resultados oficiales.
En 2013, la abstención fue de casi un 25%, y algo más de un 27% en 2018, y ha continuado subiendo en 2022, hasta un 35-37%.
Todo acredita que Italia se encuentra con alta falta de interés hacia sus políticos, saturada de hartazgos y rechazos, y el no acudir a las urnas, en tan alto porcentaje, es un fiel reflejo de la aversión política y de verse sumergida en un varamiento económico de incalculables consecuencias.
La confianza hacia lo hasta ahora conocido por Italia se ha quebrado en su mayoría, y sólo queda la vaga esperanza de una regeneración política, a practicar por un nuevo Gobierno capaz de ilusionar a un País.
Podrían existir herramientas como la Reforma Constitucional de 2017, aprobada en referéndum y avalada por una Ley de 2020, denominada Ley Rosato, en honor a su Preceptor, la cual permite ahora a sus nacionales la reducción de 1/3 de los Parlamentarios existentes.
Es necesario que Italia levente cabeza, y estamos seguros a pesar de su fragmentación partidista y desesperación de sus ciudadanos, lo conseguirá.
Los 600 miembros que se eligen constituyen un importante avance para recortar la hipertrofia parlamentaria anterior y podría suponer más adelante, el cambio de un sistema parlamentarista a uno presidencialista, permitiendo a los italianos elegir a su presidente, por si mismos, en lugar del Parlamento.
Defensores y contradictores, se alinean a un lado y otro de los dos sistemas.
Adelantábamos a Uds. en Columna de anteayer, ¿si nuestros amigos transalpinos podrían convertirse en el espejo de las Elecciones de España en 2023?
Surge en estos momentos una respuesta afirmativa conducente de nuevo a qué ojalá hayan observado la necesidad de regeneración política con nuevo Gobierno y Parlamento.
Los nuestros, con continuos conflictos de intereses, persisten en equivocarse sin acabar de comprender sus políticas erráticas, cavando fosas para todos.