Las instalaciones de golf, proyectos de desarrollo sostenible (II)
La defensa de los campos de golf, desde el punto de vista del Desarrollo Sostenible, se sustenta en los parámetros de tipo económico, social y ambiental y a la evolución de los mismos a partir de su implantación. Es claro que, en ese sentido, todos ellos evolucionan de forma positiva y por tanto estamos en condiciones de decir que estas instalaciones son claramente favorables al desarrollo sostenible.
Desde el punto de vista económico, la rentabilidad de estas inversiones está fuera de duda. Cada Ha. de golf genera unos ingresos globales de 50.000 euros, casi cinco veces lo que genera esa misma extensión dedicada al cultivo de cítricos, y desde luego mucho más superior al cultivo de secano.
El golf genera en la Comunidad Valenciana unos ingresos anuales aproximados de 150 millones de euros por turismo, lo que significa más del 2% de la facturación global del sector, siendo el gasto por día de un turista de golf de 250 euros, muy superior la media de consumo de un turista que se sitúa en 60 euros/día.
Desde el punto de vista social, además de lo que significa la práctica deportiva, como factor de corrección de los desequilibrios sociales, de integración social y de calidad de vida, de un deporte que puede ser practicado a cualquier edad, es con mucho uno de los factores más relevantes, su importancia en cuanto a la generación de empleo. Más del 75% de los campos de Golf que existen en España tienen una cantidad mayor de 10 trabajadores fijos en cada instalación, además de los empleos inducidos por el turismo que se genera como consecuencia de la implantación de estas instalaciones, al que nos referíamos anteriormente.
Desde el punto de vista del medio ambiente, estas instalaciones producen una serie de impactos favorables, especialmente en lo referente a la vertebración y cualificación del territorio. Son instalaciones apropiadas para el suelo rústico que pueden dinamizar las áreas rurales, complementando la actividad agraria, fomentando el desarrollo rural y por tanto fijando la población en el interior y en consecuencia ayudando a una mejor vertebración del territorio. Además estas instalaciones pueden jugar un papel importante en el fomento de la biodiversidad, en la mejora del paisaje, incluso en la protección de especies vegetales autóctonas mediterráneas, caso de los olivos del interior por ejemplo en Sant Jordi, y por descontado pueden funcionar perfectamente como zona de amortiguación de impactos de los espacios naturales protegidos o de los interfases entre zonas de uso terciario y zonas de uso urbano, por citar algunos casos. Son en definitiva corredores verdes que pueden colaborar también a la recarga de acuíferos, a la protección contra la intrusión salina, etc.
Estas instalaciones pueden pues ejercer funciones ambientales importantes, sin agotar los recursos en mayor medida que los usos tradicionales del suelo, en nuestra Comunidad. Así, un campo de golf de 50 ha. consume unos 8.000 metros cúbicos de agua por hectárea, que es similar al consumo de un campo de cítricos con riego tradicional y mucho menos que cultivos como el arroz o los hortofrutícolas. Además el uso de aguas depuradas par este fin va a facilitar el que estas instalaciones puedan servir como reutilizadoras de agua en los casos en que ello fuera posible y en cualquier caso por su consumo nunca van a producir un desequilibrio hídrico.
Son además instalaciones que pueden favorecer el uso de energías renovables (como la solar, eólica, etc.), la construcción bioclimática y otras formas de uso sostenible de los recursos por ser un consumo muy localizado, permitiendo su autoabastecimiento en algunos casos.
Estamos, sin ninguna duda, ante uno de los usos del suelo que más claramente casa con el concepto de desarrollo sostenible y que abre unas perspectivas de futuro muy importante, al desarrollo también del interior y por tanto a la corrección del desequilibrio costa-interior, tan típico en nuestra Comunidad. Ahora sólo queda que el Proyecto de Normativa para regular la construcción de estas instalaciones que tan acertadamente ha planteado el Gobierno Valenciano, vea la luz y que la demagogia política de algunos líderes del PSOE, desaparezca, para que lo que sus propios alcaldes plantean no se vea criticado y pueda convertirse en una realidad, en beneficio de todos los ciudadanos.