Más vale tarde -y cerca de elecciones- que nunca

Si después de 3 años y medio de legislatura municipal no ha habido tiempo para gobernar, para gestionar e invertir en Xàbia, la única alternativa para que el gobierno socialista salga airoso  de esta situación de incapacidad de gobernar y de gestionar es tirar un último cartucho con rebajas fiscales. Así que bienvenidas sean las rebajas fiscales!!.

Todos agradecemos que para combatir la galopante escalada de precios que sacude los bolsillos de las familias y la caja de las empresas, se aprueben medidas que supongan un respiro. El problema, es que se podría haber hecho mucho más, pero sobre todo, mucho antes.

Hubiéramos preferido que el gobierno socialista nos hubiera escuchado, cuando en plena pandemia le pedíamos la bonificación de la tasa de la basura, cuando la hostelería estaba cerrada y el sector suplicaba una bonificación, y frente a esto las  palabras de Chulvi fueron “que la bonificación de la basura no podía hacerse, que la basura es un servicio que se presta y que se tiene que pagar, haya o no haya basura para ser recogida”; y bien que nos decían a los partidos de la oposición que siempre estábamos con el mismo tema. En cambio, hemos pasado de no poder bonificar una tasa a un sector afectado, a que en 2023 todos los vecinos estaremos exentos del pago de la tasa de la basura, cuando casualmente nos encontramos a escasos meses de elecciones.

Es así como hemos pasado de que no se haya hecho nada en 3 años, ni siquiera haber mantenido y mejorado lo hecho por gobiernos anteriores, a todo lo que pretende hacer en 2023.  De esta manera es como llegamos a sentir una frustrante desazón, sobre todo al echar la vista atrás y caer en la cuenta de todo cuanto podría haberse hecho hasta ahora y no se ha hecho. Especialmente, porque resulta que desde finales del año 2020, con la suspensión extraordinaria de las reglas fiscales que limitan el gasto en los Ayuntamientos, se ‘descongelaron’ millones de euros que Xàbia venía acopiando y que han quedado sin usar.

No obstante, el peor pecado político es el poder gastar, poder invertir el dinero almacenado y que para sorpresa de todos que no se haya hecho, algo tan imperdonable como evidente. Tan solo hay que preguntarse qué proyectos, obras, mejoras o inversiones han visto la luz desde hace más de dos años hasta el momento. Ninguno, más allá de muchos anuncios y demasiadas excusas.

El penúltimo en caer, ha sido el proyecto de reforma del Primer Montañar de Xàbia, que tras su abrupta peatonalización parcial y mejorable estado de conservación, nos enteramos oficialmente en medio del último Pleno, que el proyecto de intervención en el Montañar, que recelosamente han evitado enseñarnos a la oposición, ha quedado pospuesto hasta nuevo aviso en un cajón. Un fiasco al que cabe añadir la eterna parálisis que sufren las obras del Auditorio, la ampliación del colegio Trenc d’Alba, no haber avanzado ni un solo milímetro en la modernización de la red de saneamiento o proyectos estratégicos que siguen sin salir, como el futuro Polígono Industrial, precisamente por tratarse de un proyecto prácticamente del pasado, desfasado y sin actualizar, que no puede venderse como un Polígono atractivo y competente de cara al futuro.

Con todo esto, parece que esos millones de euros ‘descongelados’ y listos para invertir, se les han hecho bola a un gobierno de Chulvi agotado, sin ideas ni proyectos, pero eso sí, con muchos millones de euros en los bancos procedentes del bolsillo de los vecinos.

Así que, para que el dinero de todos esté en el banco, en ese caso, lo mejor es que el dinero esté en nuestros bolsillos. Por eso mismo, que ahora se nos diga que la buena gestión económica del gobierno permite estas exenciones fiscales, deja en evidencia que en realidad no ha habido gestión económica, si no almacenamiento de dinero. Algo grave, ya que la finalidad de una administración no es otra que retornar lo recaudado en forma de servicios, infraestructuras y en el mantenimiento de todo lo público, así como hacer prosperar al sector privado que lo está costeando con sus impuestos. El gobierno no debe gobernar solo para custodiar dinero, sino para gestionarlo diligentemente.

Tampoco deja de sorprender el doble rasero de la rapidez y urgencia con lo que se tramitan según qué expedientes, clara prueba de esto, es que esta especie de rebaja fiscal se ha iniciado el día 3 de noviembre y el día 8 ya se ha anunciado a todos los medios, sin ni siquiera haber pasado por la comisión de hacienda del ayuntamiento, mientras que la otra cara de la moneda, es que frente al grave problema que tenemos en seguridad ciudadana, el expediente que regulariza las mejoras laborales de la Policía Local todavía no se ha remitido a la mesa de negociación.

Por todo esto, desde el PP de Xàbia entendemos que es una buena noticia que el Ayuntamiento deje de absorber una parte del dinero de los vecinos que el gobierno local no sabe gestionar, ni transformar en proyectos, infraestructuras, ni mejoras, y que, a estas alturas de legislatura, esto es lo que hay:  sólo dinero en los bancos y aun así, no queda otra que agradecer que se nos haga una rebaja fiscal en los vehículos históricos, en las licencias y autorizaciones, en la Escoleta municipal y por supuesto en que estemos exentos de la tasa de basura, al menos durante 2023. Al año siguiente, si se les antoja gestionar y devolver a los vecinos su esfuerzo, habrá que trabajar para recompensarles.

El único problema, es que estas medidas llegan tarde. Tarde, sobre todo porque para no haber sacado ni un solo proyecto, infraestructura ni mejora adelante en tres años y medio, el dinero que se ahorrarán los vecinos en 2023, podría haberse ahorrado también durante los años anteriores. No obstante, más vale tarde -y cerca de elecciones- que nunca.