Tras un año en blanco
Ha pasado ya un año desde que el Partido Popular de Orihuela, encabezado por Emilio Bascuñana, asumió la gestión del ayuntamiento gracias al apoyo de Ciudadanos. Tras este tiempo conviene recordar lo prometido y lo realizado, puesto que ha sido un primer año de legislatura lleno de promesas y de “estamos trabajando en ello” con muy pocos resultados.
El alcalde comenzaría su legislatura elevando su salario y el de sus compañeros gracias al apoyo de su socio de gobierno López Bas, decisión contraria a otros muchos municipios donde los políticos aprobaban disminuir sus sueldos considerando la realidad actual.
Tras esto, todos esperábamos que comenzaran un trabajo digno de sus promesas electorales. Pero un año después nos encontramos con los mismos problemas que entonces teníamos y algunos nuevos que se han ido sumando.
Hoy seguimos sin ver voluntad por mejorar los servicios de Orihuela Costa y nuestras pedanías, algunas todavía sin pedáneo. Y debo aclarar aquí, que cuando nos referimos a mejorar los servicios no estamos hablando de cambiar la luz de una farola o arreglar un bordillo, siendo esto también importante, sino ofrecer recursos para conseguir que en las pedanías y en la costa también existan instalaciones deportivas, bibliotecas, espacios para eventos culturales, suficientes policías, bomberos, ambulancias, etc.
Dentro del núcleo urbano tampoco han cambiado mucho las cosas. Ejemplos de ello pueden ser el estado del casco antiguo que se sigue cayendo sobre los vecinos perdiéndose así nuestro legado histórico, el estado lamentable de la Plaza de Toros, el Palacio Rubalcava que dependía de una subvención que se perdió debido a un problema de gestión y otras muchas promesas electorales. Recordemos también que Bascuñana en campaña nos dio su palabra diciendo que su primera medida tras llegar al gobierno sería aprobar unos presupuestos generales, presupuestos que a día de hoy todavía están sin hacer.
Además de todos estos deberes, y algunos más, que el equipo de gobierno tiene sin hacer, han ido apareciendo otros problemas que se le están atragantando al ayuntamiento. Entre ellos podemos recordar la problemática de la ORA, cuyo contrato se renovó a pesar de la enorme deuda que los ciudadanos debemos asumir, las irregularidades de Orihuela Cultural por las cuales todavía no se han tomado unas medidas claras, la gestión al servicio de la atención temprana que realiza Dinoco o las últimas noticias sobre las acusaciones de falsificación de documentos del concejal López Bas, apoyo del gobierno del alcalde.
Es cierto que un año no es suficiente para llevar a cabo todas las medidas que necesita Orihuela, pero nos ha servido para evidenciar la falta de solvencia y eficacia que nos espera en los próximos tres años si todo sigue igual.