Tiempo para un nuevo proyecto socialista
Qué difícil es este tiempo para la reflexión. Todo va muy deprisa: todo tiene que salir ya, sobre todo se tiene que opinar (además sin respirar, con el temporizador siempre puesto). Al mismo tiempo, debemos de tomar partido por algo o alguien, cerradamente, sin fisuras, sin apenas posibilidad de discernir entre la diferente gama de colores, opiniones o representantes.
Así está concebida nuestra sociedad, arrastrada por una agenda mediática que pulsó el botón del "turbo" ante la implosión de internet y las redes sociales, y que nos condena a admitir en nuestro día a día que lo de ayer ya es historia, y lo de ahora es ahora, sin mucho más recorrido. La cuestión es que no tenemos mucha más opción, más que nada porque cada uno de nosotros caemos en esta trampa día sí y día también.
Pero no escribo esto como una "oda a la resignación" sino que, humildemente, quiero con esta reflexión reivindicar el derecho a discernir, a abrir la mirada, a ver pros y contras, a escuchar a unos y a otros, y a proponer que entre esos "unos" y esos "otros" hay puentes y vías para reconocerse, entenderse y pensar en el bien común. Y eso lleva tiempo. Y esto lo es en nuestra sociedad, en el ámbito político, y concretamente, en el partido en el que milito.
Nos ocurre en ocasiones cuando conducimos: si tenemos prisa, despotricamos porque pensamos que todo el mundo va muy lento; si no tenemos prisa, nos molesta que los demás vayan tan acelerados. Pero el tiempo es el que es, y tanto a ir a doscientos kilómetros por hora en la autovía, como ir a 50, tiene sus riesgos.
Por eso, y entrando en la situación actual del PSOE, y tras el último Comité Federal celebrado, no sé si lo plazos elegidos se deberían haber acortado o extendido. No voy a entrar en un debate de semanas arriba o abajo mirando la agenda de Rajoy.
Pero sí sé, o mejor dicho, sí pido, que este tiempo que nos hemos dado no estén limitados a hablar de nombres –a modo de salvadores- sino que sirva para concretar con claridad y de manera entendible qué queremos representar dentro de la sociedad española, cuál es nuestro proyecto y de qué manera pensamos que este país, y sus ciudadanos y ciudadanos, pueden vivir mejor. Así lo planteó el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández en el propio comité y que respaldo completamente.
Y esto, no se hace en dos días. Lo tuve claro cuando se planteó erróneamente un congreso exprés, y criticaré si este proceso que está a punto de abrirse, solo sirve para hablar de personas, limitando el papel de quienes militamos como meros electores. Yo como militante socialista quiero algo más que ser llamada para votar de manera urgente; lo que quiero realmente es tener la posibilidad, y el tiempo de pensar, y poder trasladar mi visión de por dónde debe ir el futuro de nuestro partido. No sólo quiero opinar sobre de quién debe ser el dedo que marque ese camino, sino cuál es el camino.
Evidentemente, debemos votar, posicionarnos. Yo lo he hecho en uno de los órganos más importantes del partido, el Comité Federal. He tomado decisiones que han sido compartidas por muchas personas y que también han encontrado rechazo o respuesta en otras. Pero ninguna de estas decisiones me ha limitado mi actitud para hablar, debatir y compartir ideas y sentimientos con mis compañeros y compañeras, estuviera de acuerdo o no conmigo.
Y esto es algo que, lejos de lo que pudiera parecer, es lo que en mayor grado ha imperado en nuestro partido en estos tiempos difíciles. No todo es ruido, no todo es ruptura: también ha habido y hay debate, y reflexión, cuestiones que deben tomar su protagonismo para construir un nuevo proyecto, actualizado y orientado a los problemas de la gente, no a los nuestros.