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Per Paco Sanz - Abogado y militante socialista
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No tengo fuerzas para rendirme

    Posiblemente, si se aplicarán algunas ordenanzas de civismo está pintada nunca habría sido escrita, ni leída. “No tengo fuerzas para rendirme”, resume en cinco palabras un estado de ánimo, una actitud ante la vida, un modo de estar y de verse a sí mismo, en su insignificancia y grandeza. Dice Galeano que “cada de uno de nosotros está hecho de átomos, pero de historias también.”

    Milan Kundera en su novela “La vida está en otra parte” refleja el escepticismo, la vivencia de la derrota, tras otra derrota y el reconocimiento trágico de la ausencia de una salida, de una solución, que no sea el refugio en el ensueño y la nostalgia.

    Entre tanto Václav Havel, otro escritor y dramaturgo, buen conocedor de las cárceles checas por su oposición al régimen comunista, no encontraba hueco para el escepticismo en su lucha por la democracia y, polemizando con Kundera, instalado en su exilio de París, afirmó, desde las calles de Praga: “La historia no está en otra parte! Havel fue el último presidente de Checoslovaquia y el primero de la República Checa (1)

    Si, la historia está aquí, todos los días y por todas partes, puede que algunos hayamos decidido vivirla con ingenuo voluntarismo, quizá estemos instalados en una especie de “cultura de la resistencia”, aunque, debería advertirse que, no despreciamos el saber acumulado, el saber de lo aprendido en el fracaso. Nos es útil el consejo de Hirschman, citado por Daniel Innerarity, de “abordar causas públicas con entusiasmo, pero sin el arrebato y las expectativas milenaristas que garantizan el fracaso y la decepción generalizada.” (2)

    Pero, cuesta rendirse ante lo que se ve, ya escribió Orwell que “para ver lo que hay debajo de la nariz de uno requiere una lucha constante”. Ver lo que pasa, lo que cambia y se mueve y hacerte preguntas que te incomodan porque te obligan a despejarte de una pereza mental asentada en verdades conocidas, en prácticas habituales con las que buscas confirmar lo que sabes.

    Como en la cita anterior, Tony Judt nos recuerda a John Betjeman “Nuestra nación defiende la democracia y unos buenos desagües”. ¿Alguien cree que la democracia no necesita de demócratas?, ¿alguien cree que las escuelas, los hospitales o los buenos desagües no son cosa de todos?. (3)

    ¿Ha sido derrotado el 15-M?, puede que el problema no esté tanto en la respuesta como en la propia pregunta, fruto de una siniestra simplificación que nos hace ver acontecimientos y fenómenos como si de un partido de futbol se tratara. Y la simplificación no deja de ser un atajo que crea más problemas que los que resuelve, mentalidades conservadoras que van desde el que mira de reojo y desconfianza y cierto apetito electoral a una movida que le ha roto los esquemas, a quienes creen que el comunismo se puede hacer en la plaza del Ayuntamiento, una vez superadas esas trabas burocráticas de partidos envejecidos, convertidos, de repente, en nada. En ambos casos, suenan a rentas de palabras agotadas.

    Creíamos que la democracia nos tenía a salvo, que la democracia y las tuberías se dan por hecho en los países civilizados, que a los países civilizados vienen a trabajar los de los países menos civilizados, modernos y ricos. Los tiempos revueltos, el tratamiento de shock, puede hacer milagros y deberíamos tener en cuenta que la capacidad de adaptación de la gente a nuevas situaciones en retroceso, como es el caso, tiene pocos limites, sobre todo si lo que ve es que los demás lo aceptan y…también emigran.

    Así las cosas no encuentro más que razones para la política, no me hacen falta demasiadas certezas, al contrario, sé que es un camino plagado de incertidumbres, me basta con saber y aceptar que es necesario.

    La política entendida como arte, “el arte de lo posible”, como actividad humana en toda su plenitud, con todos sus cauces de expresión. De una mejorada y en permanente cambio, democracia representativa, de unos partidos refundados desde la radicalidad democrática, desde la integración y la pluralidad, y desde unos movimientos e iniciativas alternativos que exploran su capacidad de madurar sin miedo, que encauzan la fuerza de la democracia participativa desde la deliberación y la mirada respetuosa e inteligente a quienes se mueven en marcos de la política que tienen mucha historia, muchas historias personales y colectivas.

    Si, somos átomos, pero también historias y “Para bien o para mal, “socialismo” era una palabra que encendía el corazón de los mejores hombres de nuestro siglo. Muchos hombres y muchas mujeres de valor dieron su vida por esa palabra. Murieron por una idea que, con el tiempo se ha revelado poco funcional, aunque ellos mismos encarnaron virtudes a las que difícilmente puede aspirar la mayor parte de nosotros. Han sido las personas mejores, más apasionadas y admirables de nuestro tiempo.” (4)


    (1) Libertad como pasión. Daniel Innerarity. Eunsa 1992
    (2) La transformación de la política. Daniel Innerarity. Península 2002
    (3) Algo va mal. Tony Judt. Taurus 2010.
    (4) Izquierda Punto Cero. VV.AA. ¿Cantaremos nuevas canciones?. Richard Rorty. Paidós 1996.

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