El Ribalta, la hora de la sentencia
En el último pleno el alcalde de Castellón en boca del concejal delegado Macián, se comparaba con ciudades como Cracovia, Copenhagen, Amberes o incluso Montreal en donde existen transportes públicos que circulan en sus zonas verdes. Ignoran que las zonas verdes en dichas ciudades son mucho más extensas, no dividen un parque en dos y que como muy bien indica el informe de la Uji encargado por el propio Ayuntamiento, el tiempo de paso no debería de ser menor de 10 minutos, a una velocidad no superior a 20 km/h. Dicha comparación, por tanto, queda invalidada a la vista de este informe que ellos mismos encargan.
Pero dice más, ante todo, el citado informe deja claro que habría que contemplar otras alternativas viables no agresivas, de forma respetuosa con la integridad, singularidad y autenticidad del Parque Romántico de Ribalta. Añade que no se puede ser partidario de los hechos consumados, aceptando lo que se haya ejecutado con informes desfavorables por parte de diversas instituciones.
Avisos no han faltado a este desmán costoso para las arcas municipales, pero ¿que pesquisas y seguimiento se ha hecho de toda esta pífia?. La respuesta es ninguno, ni por parte del anterior alcalde ni del presente. Por no preocuparse, no ha hecho ni los deberes para dar cumplimiento a las 10 mejoras del parque que como condición previa exigian los informes para favorecer su paso de cara a los tribunales. Se repite la historia del archianulado PGOU de Castellón. Sólo preocupa la imagen aunque haya que financiarsela a Alberto Fabra a 18 mil euros diarios hasta el día de las elecciones.
Todo está derrumbándose, en este imperio megalómano made in Calatrava, a los 3 millones del CCC, Centro de Convenciones de Castellón, otro capricho de Fabra, habrá que añadir los más de 80 millones del kilometro y medio que recorre el TRAM, que iguala al del Agora, en descomposición como le ocurre al Palau de les Arts. Si a eso le añadimos otros 15 millones por la maqueta de 3 rascacielos no construidas, a estos despropositos si se podrían presentar unas cuantas demandas por la mala calidad de los materiales, sobrecostes, entre ellas las propios recursos judiciales, así como por la mala ejecución de los proyectos que podrían situar a Castellón al nivel de la capital valenciana en el podio de chapuzas, retales y pastiches en que se ha convertido la obra pública valenciana.
Frente a la sentencia del Tribunal Supremo, si que no cabe apelación posible ya. La solución a esta involución del equipo de gobierno municipal pasa, para ser estable, por un transporte público, que respete las sentencias judiciales, con un trazado alternativo, útil y que supongo el menor coste para el contribuyente.
Para ello, el pasado 1 de agosto, tras la celebración del referido Pleno Municipal, todos los grupos en la oposición y las entidades ciudadanas que han respaldado la demanda presentada en su día por el Grupo Municipal Socialísta y secundada por entidades ciudadanas, consensuamos un documento en el que exigíamos a los distintos organismos que deben cumplir y hacer cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que así lo hagan, en el sentido de recuperar el uso social del Jardin Romántico del Ribalta.
De nada sirve recurrir a la Justicia para luego intentar zafarse con intenciones que contradicen lo que esta dictamína. Esta ciudad no soportaría otros 10 años más de parálisis urbanística, de caos circulatorio y de insumisión judicial que la han sumido en la irrelevancia económica y turística, el disparate y han supuesto un retroceso que ninguna ciudad merece.
