Pregunta abierta a la consellera de Educación
Comienza el curso escolar con las carencias de siempre agudizadas por los duros recortes de los últimos meses. Pero no hemos escrito estas líneas para mostrar lo evidente, sino para dar cuenta de los graves riesgos que se corren cuando una administración es incapaz de responder a las responsabilidades que tiene encomendadas.
Una clara apuesta por la enseñanza privada y concertada lleva a las graves carencias en la pública. Los jugosos conciertos de más de 540.000 euros durante el verano de centros del OPUS DEI como Miralvent o Torrenova de Betxí, que junto a La Salle en Benicarló o el Diocesano en Segorbe, no cumplen varios requisitos legales que sí cumplen las públicas, más allá de su elitismo y discriminación por sexos de algunos. El Consell además ignora las sentencias contrarias a este tipo de conciertos en Cantabria o Navarra y obliga a UGT a denunciarlas. La paradoja de estos conciertos es la red pública provincial dispone de plazas suficientes para que no sean necesarios estos nuevos conciertos. Por el contrario, se condena al alumnado de enseñanza pública a convivir con más de 330 barrancones en sus centros, con un coste de 2 millones de euros. El ejemplo más sangrante en la capital es el de los alumnos/as del colegio Benadressa, tras años de promesas de construcción de Font de Mora, Gascó, Alberto Fabra y ahora Vicent Sales. Con todo, desde hace años están pendientes de ampliaciones, reformas o con barracones, centros como el: Ejercito, Manel García Grau, Soler y Godes, Elcano, Jaume I, Vicent Castell o Matilde Salvador, que sufren el olvido institucional.
La reducción de las becas y líneas de transporte, han dejado a más de 47 alumnos/as del colegio Blasco Ibáñez sin autobús. Las becas de comedor, también se han reducido llegando a tener que asumir además a quienes asisten con una fiambrera, lo que va a provocar aún más colapso y deudas en los comedores que en su mayoría llevan todo el año 2012 sin cobrar los retrasos de pago de las ayudas por parte del Consell y el Ayuntamiento. Las becas para libros, que junto al incremento espectacular del IVA del material escolar en general, es todo un quebradero de cabeza para padres y profesores, forzados a la creación de bancos de libros, tratan de llenar los vacíos que ha dejado el Consell al reducir 14 millones de euros el crédito para libros. Hay que aplaudir en Castellón las iniciativas como las del 15M o las Juventudes Socialistas que tratan de paliar estas carencias con éxito. Los gastos escolares medios de una familia valenciana son de 973 euros, cuando en el resto de España ronda los 830 euros.
Quiero referirme especialmente, quizá al abandono más absoluto de todos, el de quienes están abocados a un mercado laboral deprimido y a los que no se les ofrece la más mínima garantía de formación para su reinserción laboral. Su futuro laboral que pasa por el formativo, no es nada halagüeño si no cambian radicalmente las cosas. Los alumnos de la ESO se enfrentan este año a una nueva reforma educativa, llamada LOMCE, que pretende evaluar indiscriminadamente al alumnado y cuyos resultados segregarán al alumnado a los 12 años. Un grave riesgo que podría crear una bolsa de frustración en edades muy sensibles y tempranas, en las que decisiones tan trascendentes pueden ser muy difíciles de tomar sin segundas oportunidades, como las actuales. Unido al 37% de fracaso escolar en la CV, no superado por ninguna CCAA puede hacer que junto al aumento de las tasas universitarias de entre el 30 y el 100 %, se esté empujando aún a más alumnado al abandono de los estudios en una sociedad cada vez más competitiva y que cada vez pone más obstáculos a la formación.
De tercermundista podríamos calificar la situación de las saturadas Escuelas de Adultos, y de la única EOI en toda la provincia, incapaces de responder a las fuertes demandas actuales. Por ellas pasan las posibilidades de incorporación y reinserción laboral de muchos castellonenses y su oferta se limita a las pocas plazas disponibles en el mes de junio. Al igual que los centros de Formación Profesional, a los que apenas pueden acceder alumnos que acaban la ESO, y mucho menos en septiembre. Todo ello, no permiten que los aspirantes a sus pruebas de acceso se formen adecuadamente para estudiar las distintas familias profesionales.
Por último, las eternas asignaturas pendientes en este país parecen ser los idiomas y la asignatura de religión. Los famosos decretos de Plurilingüismo del Consell, han olvidado al autóctono y a la Ley de Uso del Valenciano. En cuanto al inglés, su incorporación a las aulas parece estar ligada a la contratación en infantil de personal externo en precario, mientras se suspenden muchos de los programas de formación del profesorado en general y de idiomas en particular. La saturación de los propios EOI, en los que no se articulan programas de formación y aprendizaje del inglés para profesores ahondan estas contradicciones. En idiomas como el chino, el alemán o el francés, la apuesta ha sido tan limitada y efímera, que al igual que en el inglés, nunca se acaban de aprovechar las potencialidades del profesorado en estos idiomas. En cuanto a la situación excepcional de la asignatura de Religión, con la ratio más reducida, disfruta de una situación muy ventajosa, al disponer de un personal de contratación indefinida que a diferencia del interino, ha seguido cobrando durante todo el verano. Su alternativa denominada Atención Educativa, obliga al resto de profesores a ocuparse de una asignatura sin curriculum, sin posibilidad de ser evaluado y que resulta, en ocasiones difícil de gestionar por esta circunstancia. ¿Cómo explica la señora Consellera los drásticos recortes en la educación pública cuando se aumentan los conciertos, las contrataciones externas y las retribuciones en religión durante el verano a los no interinos?
