Un nuevo curso pastoral
Después de la pausa del verano, nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón se dispone a comenzar un nuevo curso. Lo haremos con la ya acostumbrada Jornada diocesana de apertura del curso pastoral el próximo sábado, día 16 de septiembre, en el Seminario diocesano Mater Dei. Todos estáis invitados.
Este año estrenamos un nuevo Plan Diocesano de Pastoral para los próximos cuatro cursos, que será presentado en la Jornada diocesana. Su título y objetivo principal es Unidos en Cristo, enviados con esperanza a la misión, con un objetico específico para cada curso. El Plan Pastoral es el fruto granado de un proceso sinodal de toda nuestra Iglesia diocesana a largo de los dos últimos años, dedicados a la oración, la reflexión y el diálogo para discernir juntos los caminos que el Señor nos pide hoy para llevar a cabo nuestra misión evangelizadora. Hemos escuchado la Palabra de Dios y, abiertos a la acción del Espíritu Santo, hemos analizado con realismo y humildad la situación de nuestra Iglesia diocesana para discernir y acoger con docilidad las llamadas que Dios nos hace a través de ella y de la sociedad, y para señalar así las prioridades y los caminos de la misión aquí y ahora.
Este curso pastoral, bajo el lema Cristo, encuentro de Amor, nos centraremos en el primer objetivo específico del Plan Pastoral: el Primer Anuncio o el Kerigma. Todos -bautizados, comunidades, asociaciones, movimientos y grupos- estamos llamados a anunciar con obras y palabras a Jesucristo, muerto y resucitado, para que todo el que crea en Él tenga vida en plenitud, la vida eterna. Este anuncio responde al anhelo de infinito que hay en todo corazón humano. No puede ser sustituido por ningún otro mensaje. Tiene como objetivo ayudar y llevar a cada persona al encuentro con el amor de Dios, manifestado y ofrecido en Jesucristo, nuestro salvador; un encuentro que mueva a creer de corazón en Cristo vivo, a entrar en una relación existencial personal con Él y a orientar toda nuestra vida según su Evangelio en el seno de la comunidad de los creyentes. Entre todos queremos promoverlo mediante la manifestación explícita de la fe y el anuncio del Evangelio para facilitar el encuentro personal con Cristo.
Hablamos de primer anuncio no porque sea el primero que se hace y después se olvida; sino porque es el principal y el fundamento de todo: es el anuncio que siempre hay que volver a anunciar, escuchar y renovar de una forma o de otra a lo largo de la vida de todo cristiano.