30 monedas de plata para Pedro Mancebo
Al final lo has hecho, Pedro, has vuelto al redil. Vuelves junto a quienes se codean con delincuentes como Luis Fernando Cartagena o José Manuel Medina, ambos condenados. Vuelves junto a los amigos de Ángel Fenoll. Vuelves junto a Mónica Lorente y David Costa, ambos imputados y comienza tu romance con Pepa Ferrando, a quien haces alcaldesa y quien como tal vez recuerdes afirmó aquello de “España fue una república, después vino la España grande y libre” (27/07/2008) o que “Orihuela no le debe nada a Miguel Hernández” (12/07/2010).
Lo que no debes recordar, Pedro, son las siguientes declaraciones en referencia a los concejales imputados del PP “son unos cobardes y unos indecentes, y eso no lo podemos consentir” (21/05/2011), aquello de que no pactarían con el PP porque “CLR no se relaciona con personas vinculadas con la corrupción pública” (06/05/2011), la calificación de unas declaraciones de Pepa Ferrando como una «incontinencia verbal sin límites», o una «bajeza moral» y una «indecencia política que realiza con total impunidad» y la censura de la «poca vergüenza» de Ferrando y Lorente, tras dejar el Ayuntamiento en «ropa interior» debido al derroche y al gasto sin control de estos «personajes» y la exigencia a la edil que pida disculpas públicas por su «ineptitud y maledicencia», y más tarde dejar su acta de concejal y dimitir (11/10/11) y digo que no te acordarás porque cuesta creer que quien haya dicho todo esto, que fuiste tú, vaya a darle la alcaldía a estas personas o en tus propias palabras “personajes”.
También fuiste tú, Pedro, quien dijiste que Pepa Ferrando es incapaz de distinguir entre el bien y el mal, lo que «en medicina legal tiene un nombre» y sí, Pedro, lo tuyo también tiene un nombre. No hace falta que te lo diga yo, porque lo verás en los rostros de muchos oriolanos.
Me gustaría acabar recordándote Pedro cuando dijiste aquello de que Mónica Lorente "es presidenta del PP de Orihuela y alcaldesa gracias al empresario Ángel Fenoll" (22/01/2010) y decirte que, al final, tú no has sido más que otro títere. Condenas a Orihuela y te condenas a ti mismo. Y descuida, que alguien te llevará tus 30 monedas de plata.
