Las manadas y el cambio necesario
Hace unos días, nuestra Vicepresidenta y Ministra de Igualdad, Carmen Calvo, hablaba de la necesidad de introducir cambios en la Legislación, de que “no es no” debe ser suficiente, es decir si una mujer no expresa consciente y explícitamente su consentimiento, se debe considerar negativa, y por tanto violación.
No faltó tiempo a los de la “caverna” para llenar las redes sociales con memes y burlas a “semejante ocurrencia”, incluso colgando un documento ah hoc, con el que se “iba a tener que salir a ligar”, donde se establecía un contrato de consentimiento, con comentarios como “que disparate, a ver si vamos a necesitar un notario a la hora de ligar”, etc. Lo triste además no son los comentarios en sí, sino quienes los dicen y toman a burla la necesidad de consentimiento de la mujer, como si esto fuese algo superfluo e innecesario, y que entre los comentarios se hallen muchos de mujeres, madres supongo, a las que no les gustaría que sus hijas fuesen víctimas de violación, pero que entenderían, parece ser por los comentarios, el derecho de sus hijos a tener ese tipo de relación no consentida.
Pues bien, nuevas noticias de esta última semana, justifican, bajo mi punto de vista, la necesidad de cambio. No solo en la Legislación, sino que evidencian la necesidad de un cambio en la educación, donde se deben de fomentar e inculcar los valores de respeto e igualdad, y un cambio en la propia administración de Justicia, con la creación de más juzgados de violencia de género y la necesidad de dar formación en género, sensibilizar, a las personas que han de prestar sus servicios en dichos juzgados.
La sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante, con respecto al caso de una violación de una mujer, por varios tipos, ocurrida en Torrevieja en el año 2008, y que se ha juzgado en abril de este año, DIEZ AÑOS DESPUES, pone en evidencia falta de sensibilización, la exigua legislación y la falta de medios de la justicia.
La sentencia habla de unos hechos que ocurrieron en el parking de una conocida discoteca de Torrevieja, donde tres individuos llevaron a una mujer a un coche y en el interior del mismo “abusaron sexualmente” de ella, llegando a la eyaculación y turnándose entre ellos, además de ofrecer a los que se encontraban en el citado parking, sexo con la mujer.
La misma Audiencia confirma que” la mujer se encontraba bajo los efectos del alcohol y alguna otra sustancia que anulaba su voluntad”.
Tanto la Fiscalía como la acusación solicitaban tres delitos de abuso sexual, pero, a mi juicio, aquí empiezan las, “injusticias de la justicia”, ya que la Audiencia cita la jurisprudencia de T. Supremo relativa a abusos sexuales cometidos en grupo, que dice: “los implicados contribuyen a la situación en la que se producen los hechos, e intercambian los papeles en las prácticas sexuales” para así imputar un solo delito, y no tres.
A este hecho se une el atenuante por dilación indebida del proceso, ante lo cual, los inculpados, en LIBERTAD provisional desde que se cometieron los hechos, han sido condenados a cuatro años de cárcel, seis meses más de la pena mínima por el delito.
Al mismo tiempo otra sentencia emitida por el mismo tribunal de Navarra, vuelve a incidir en una sentencia de cinco años, a un individuo que encontró a una mujer muy bebida en una acera y se la llevó, abusó sexualmente de ella, y además le robo la cartera, pero como no ofreció resistencia, pues no es violación.
A mi juicio, se utiliza la ingesta de alcohol por parte de las mujeres, como agravante hacia ellas mismas, cuando el abuso del alcohol o incluso el miedo se utilizan como atenuantes o incluso eximentes en la comisión de un delito.
Como he dicho, creo muy necesario el cambio anunciado por la Ministra, así como la introducción en el plan educativo de una asignatura de educación en valores y ética. Creo muy necesario el cambio de mentalidad de nuestra sociedad, un profundo cambio, donde se crea firmemente en la igualdad de derechos para todos y todas, en el respeto a la diferencia. Creo en la valoración de la mujer más allá de un objeto de disfrute y procreación. Creo en una sociedad donde nuestras hijas puedan disfrutar sin miedos, donde nuestras hijas e hijos puedan realizar las mismas hazañas y las mismas “locuras” sin que las consecuencias sean diferentes para unos y otras.
No quiero fomentar el consumo de alcohol entre las jóvenes, sino que puedan hacerlo en las mismas condiciones de libertad.