¡Que llega el banco malo!
Por fin está aquí SAREB (la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria). Hace ahora casi un año escribía, en este mismo periódico, sobre la necesidad de desbloquear el sistema financiero con la creación del “banco malo”. Entonces aún no tenia nombre.Y aunque ya indicaba que no me parecía lo más justo, si lo veía como la herramienta necesaria para evitar la quiebra generalizada del sistema financiero español.Siendo hoy ya una realidad y a punto de publicarse en el BOE su nacimiento, me pregunto:¿Por qué no se ha hecho antes? ¿Acaso no teníamos ejemplos latentes en lugares como Suecia, Bélgica, Alemania, Austria, Suiza y el Reino Unido? Hemos perdido cuatro años en comparación con otros países que han acelerado su proceso de saneamiento del sistema financiero afectado por el “ladrillazo”.
Y no sólo eso, ¿Por qué no puede utilizarse el “banco malo” por las PYMES? Porque, evidentemente, las necesidades son las mismas, y se aliviarían los balances y las cuentas de resultados de las pequeñas y medianas empresas.¿Por qué seguimos permitiendo que la Administración canibalice la totalidad del crédito disponible? Ahora, encima, tenemos que convivir con un novedoso y peligroso concepto: el efecto “crowding out” o de expulsión de las PYMES del mercado financiero.Como nuestros gobiernos (el estatal y el autonómico) necesitan dinero para cubrir el déficit, acaparan todo el crédito disponible, tanto en los mercados como en el sector financiero.
Entonces, si tan necesitados están, la pregunta es: ¿Falta dinero ó es que sobran gobiernos y administraciones? Es evidente que el adelgazamiento de las administraciones no llega en la medida necesaria, únicamente se han quitado las guindas del pastel del despilfarro y algunos lazos con que se adornaba el botín conseguido por facinerosos de todas las actividades y ocupaciones. Ahora se pretende seguir rebajando los salarios de los funcionarios y las pensiones de los que durante años trabajaron para mantener nuestro “estado del bienestar”, y que unos cuantos han convertido en el “estado del miedo”.Estas rebajas provocarán más corrupción y la conversión de nuestro país en una “banana republic” cuando todo el mundo sabe que lo que hace falta es un verdadero ajuste en el tamaño de la administración, no en la retribución de los funcionarios.Es imposible e insostenible seguir gastando el 42 % del PIB, casi la mitad del valor de todo lo que producimos en un año, en Administración Pública.
¿Por qué no existe demanda de crédito solvente? Quizá sea porque las PYMES no pueden enjuagar sus balances en el dinero público como hacen nuestros bancos, que ocupan los primeros puestos en el ranking mundial y que ejecutan sin piedad las hipotecas de sus propios rescatadores. Incógnitas y pronósticos hay muchos, pero ¿Qué va a pasar de ahora en adelante?Pues, de la forma y con el retraso en que se ha montado, el banco malo perderá mucho dinero y lo pagaremos entre todos los contribuyentes, como siempre; además, el crédito seguirá sin fluir porque la capacidad de la administración ahora está completamente agotada. El momento de crearlo era hace dos o tres años, mucho antes de llegar a la situación actual.
¿Qué pasa con la convergencia financiera? Es evidente que seguirá luchando por concentrarse más todavía, convirtiéndose en la trampa perfecta y mortal para las PYMES, pequeñas empresas de las que todos “se llenan la boca” para decir y resaltar lo importantes que son y los empleos y riqueza que generan pero que, a la hora de la verdad, no importan en absoluto, porque las previsiones e inquietudes de gobiernos y sistemas financieros son de un día para otro.
¿Será éste el único problema que tendremos?Pues, desgraciadamente no, porque tenemos al sector energético, donde las empresas han conseguido incrementar sus beneficios por encima de un 20% donde el oligopolio también provocará una nueva burbuja que será necesario rescatar en el futuro.Sin ir más lejos y pendiente de nuevos incrementos, el suministro eléctrico ha subido un 70% desde 2006, el triple que en Europa según Eurostat, lo que está aniquilando cientos de miles pequeñas industrias.
En Nueva York, (Manhattan, más concretamente), con menor población que Madrid, existen 76 gasolineras y 36 empresas petroleras diferentes, la mayoría extranjeras –desde Repsol a Lukoil–. Madrid capital tiene mucha más población y sólo dos empresas, Repsol y Cepsa que copan el 80% de la distribuación y el servicio, un auténtico grito a la “libertad de competencia” que hemos sabido crear en nuestro pais.¿Y el resto de mercados? Pues nada, a sumar y seguir ¿Cuantos operadores telefónicos tenemos?Por eso también pagamos las tarifas más caras de toda Europa.¡Menudo panorama tenemos las pequeñas empresas para sobrevivir!