Educación sexual para no abortar, aborto legal para no morir
El 28 de Septiembre se celebra el Día Mundial por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El derecho al aborto es una conquista que ha llevado décadas en el mundo. Siglos de historia han demostrado que la criminalización y la clandestinidad del aborto, lejos de evitar su práctica los hace más peligrosos. La celebración este año tiene lugar en un marco de preocupación y reivindicación ante el anuncio del Ministro Ruiz-Gallardón de modificar la Ley este mismo otoño. Una decisión que nos sitúa en un escenario ni siquiera comparable al de 1985; que amenaza con una penalización total; que condena a la total inseguridad sanitaria y jurídica de las mujeres y de los profesionales de la sanidad, y que nos pone a la cola de Europa en cuanto a derechos y libertades de las mujeres.
La actual Ley sobre Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo de 2010, es una ley “que consagra el derecho a elegir la maternidad” y que se inspira en las leyes de plazos dominantes en toda Europa; una ley de libertades, y no de obligaciones.
La diferencia entre una ley de plazos y una de supuestos es que en este último caso la decisión de la mujer está supeditada a la interpretación de otros. El derecho a decidir de las mujeres sobre su maternidad, no se puede enmarcar en un debate ajeno a la libre decisión de las mujeres. Somos ciudadanas y nosotras somos las que tenemos derecho a decidir sobre nuestra vida, no ministros, obispos, médicos o jueces.
En 2011 (el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no ha facilitado datos del 2012) abortaron 118.359 mujeres y de ellas, 105.341 (el 89%) no podrían haberlo hecho si la situación se les hubiese planteado a partir de que entre en vigor la reforma propulsada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Lo más grave es que de todas las mujeres que se sometieron a una interrupción voluntaria del embarazo, el 56 % abortarían igualmente aunque sus circunstancias económicas, laborales o afectivas fuesen diferentes. Y ninguna ley les va a hacer cambiar de parecer. Y en ese país pasará lo que ha pasado siempre: que las mujeres que dispongan de recursos económicos abortarán en países de la UE donde existen legislaciones como la nuestra actual; y las que no, abortarán también, pero jugándose la salud y la vida en situaciones de clandestinidad y riesgo sanitario y jurídico. No existen dos grupos de mujeres, las que abortan y las que no, sino una misma mujer en diferentes circunstancias.
Una buena parte de la actual Ley de 2010, está dedicada incidir sobre la importancia de la educación sexual para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, pero esta parte no parece importarle lo más mínimo al Gobierno del PP. Lo cierto es que nuestras políticas sexual y reproductiva son insuficientes y peores, que las de países de nuestro entorno como Francia o Italia y suspendemos estrepitosamente en educación sexual en los colegios. La decisión del ministerio de Sanidad de excluir del Sistema Nacional de Salud ocho marcas de píldoras anticonceptivas de última generación está provocando que muchas mujeres vuelvan a las píldoras tradicionales, cambios totalmente desaconsejados por los profesionales y que pueden hacer disparar la cifra de embarazos no deseados. Asimismo, los recortes y la futura Ley de la Administración Local ponen en peligro de desaparecer los Centros de Planificación Familiar, servicios que facilitan información y asistencia médica en materia de sexualidad y anticoncepción.
En definitiva, innumerables políticas que, de desarrollarse y potenciarse adecuadamente, reducirían a buen seguro el número de mujeres que tienen que enfrentarse a la dolorosa situación de decidir sobre si continuar o no con su embarazo. Pero el ministro Gallardón decide empezar la casa por el tejado, aprovechando la oportunidad de complacer a los sectores más reaccionarios de su partido para cercenar los derechos y la libertad de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sobre su maternidad.
Sin derechos, no tenemos igualdad y sin igualdad no tenemos libertad. Educación sexual para no abortar; aborto legal para no morir.
Los 105.341 niños por la borda primero.