Después del artículo 50
El pasado día 29 de marzo la primera ministra británica, Theresa May, puso en marcha el mecanismo del artículo 50 para dar comienzo al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea. A partir de ese momento empieza una nueva época que plantea una serie de importantes retos para toda la Unión y en especial para España y la Comunidad Valenciana, donde muchos de nuestros sectores productivos tienen en el Reino Unido un importante mercado al que exportan sus productos. Y sí hay un sector de nuestra Comunitat que tiene especial relación con el mismo, ese es el turismo.
No vamos a empezar a repetir aquí lo que tantas veces se ha dicho sobre la importancia del turismo en la economía valenciana y el porcentaje que representa en el PIB de la misma, que alcanza ya más del 13%, porque es una realidad más que evidente de la que todo el mundo es consciente sin necesidad de que le den demasiadas cifras, especialmente en las zonas costeras de Alicante donde el turismo es una de las principales fuentes de su economía. Por eso es esencial anticiparse, preveer y planificar, para minimizar los efectos que pueda tener el Brexit en un sector que es vital para la economía de la provincia.
Esta relación turística con el mercado británico tiene además dos vertientes, una la de los viajeros que nos visitan, disfrutan de nuestras tierras y retornan a su país, y otra muy distinta que es la de aquellos nacionales británicos que han comprado y siguen comprando viviendas en nuestra comunidad y que no quieren verse afectados por las posibles restricciones que se puedan negociar entre la Unión Europea y el Reino Unido una vez que éste deje formalmente de formar parte de aquella.
Respecto del turista que se aloja en nuestros hoteles y apartamentos, en principio parece que las expectativas son buenas. La patronal hotelera de la Costa Blanca, HOSBEC, lanzaba en la pasada feria de turismo Fitur un mensaje de tranquilidad respecto de la campaña estival de este 2017, la cual parece que ya está afianzada y no va a sufrir en principio ningún tipo de reacción adversa por la puesta en marcha del mecanismo del brexit gracias a que las reservas vacacionales se hacen con mucha antelación, pero ello no significa que nos podamos relajar, porque los efectos económicos del brexit tardarán en conocerse con exactitud y estarán seguro sujetos a muchas variables.
Por eso resulta importante seguir trabajando e intensificar las campañas de promoción dirigidas al cliente británico, como está haciendo la Agencia Valenciana de Turisme, con Francesc Colomer al frente, en colaboración con el sector empresarial HOSBEC, para afianzar el mayor emisor de turistas hacia nuestras tierras e intentar mitigar los posibles vaivenes económicos que el Brexit pueda tener. Y ahí es donde juega un papel esencial la cooperación entre todos los agentes implicados, tanto institucionales como privados, porque ya no se trata de un asunto local o de menor entidad, sino de una estrategia coordinada, fuerte y potente que sea capaz de mantener la llegada de turistas británicos al ritmo que se viene produciendo hasta ahora y en ello deben de tener fijados los mismos objetivos y coordinar las acciones tanto instituciones autonómicas y provinciales, como agentes privados y profesionales del sector, porque sólo así, de manera coordinada, se podrá al menos reaccionar con eficacia ante cualquier fluctuación que se produzca como consecuencia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Pero como decíamos al principio, hay otra vertiente del turismo británico en nuestra comunidad y es la de los residentes, bien permanentes u ocasionales, que tienen su vivienda en propiedad aquí.
El mercado de la vivienda adquirida por extranjeros es otro de los sectores que se puede ver seriamente afectado por las repercusiones del brexit, porque dependiendo del valor que tome la libra respecto al euro su capacidad adquisitiva puede variar notablemente, lo cual podría verse agravado si además estos residentes se ven penalizados por algún tipo de tasa arancelaria por ser considerados extracomunitarios.
Aquí es donde el Gobierno central de la nación debe jugar un papel fundamental a la hora de conseguir que de alguna manera estos Nacionales británicos no vean su residencia amenazada por una serie de cargas burocráticas y fiscales excesivas, puesto que representan una fuente de ingresos considerable, ya no sólo desde el punto de vista turístico, sino para los municipios en los que residen durante muchos meses al año, y es lo que reclamamos en una proposición no de ley que recientemente he presentado en Les Corts Valencianes como portavoz de turismo del PSPV, con el fin de que se inste al Gobierno de Madrid a que tenga muy en cuenta el valor de las inversiones británicas en nuestro territorio a la hora de hacer sus aportaciones al proceso de negociación de salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Son innegables los retos que se presentan a partir de ahora y hasta que el Reino Unido abandone de manera efectiva y total la Unión Europea, y sobre todo para el turismo, pero creo que con coordinación, previsión y seriedad se puede seguir apostando por un mercado como el británico que sigue proporcionando un importantísimo crecimiento a nuestro sector turístico.