La desaparición de acampadas y refugios en la Comunidad Valenciana, crónica de una muerte anunciada

No es ningún descubrimiento que la Comunidad Valenciana es conocida por sus costas y playas. Pero algunos también conocemos el potencial de nuestro territorio, lleno de montañas, en cuanto al valor de sus paisajes y sus habitantes.   Nuestra región cuenta con 22 parques, más de 50 parajes naturales municipales y diferentes figuras de protección. Y el visitante dispone de una red de más de 9.000 kilómetros de senderos homologados para caminar, correr y practicar marcha nórdica y de zonas y vías de escalada y barrancos para estar en contacto con la naturaleza a través del deporte al aire libre

Estos ecosistemas de montaña son, desde hace más de un siglo, objeto de disfrute tanto por parte de montañeros, como de alumnos de centros educativos, asociaciones scouts o familias que quieren disfrutar del entorno natural de forma sostenible. No obstante, en estas dos últimas décadas las entidades deportivas y educativas que salimos habitualmente a la montaña, observamos y padecemos la falta de atención e inversión por parte de la Administración Pública (especialmente de la Generalitat Valenciana), que se ha traducido en un progresivo cierre refugios de montaña y de zonas de acampada, así como de campamentos de uso público. Esto ha provocado la degradación de las instalaciones y que un gran número de colectivos juveniles y excursionistas no dispongan de instalaciones en zonas forestales. Todo ello aderezado con unas normativas para realizar travesías por los senderos de Gran Recorrido (GR) incoherentes, sin casi zonas de pernocta autorizadas y que han están provocando que se dejen de practicar estas rutas itinerantes.

Atrás han quedado aquellos años 70 donde el ICONA creó numerosas zonas de acampada, refugios, miradores, áreas recreativas, etc. Ya forma parte del recuerdo el programa “Senda verde” que impulsó en la década del 2000 para un uso ordenado y sostenible de la montaña. Ambas iniciativas parecen instaladas definitivamente en el cajón del olvido, ya que la inversión pública ha sido escasa. Y ahora asistimos al desmantelamiento progresivo de la oferta pública de instalaciones al aire libre, dejando a los colectivos sin apenas opciones para poder realizar sus actividades en la naturaleza.

Como ejemplo de lo que está pasando en la Comunidad Valenciana tenemos el caso de algunos refugios forestales que gestiona la Generalitat Valenciana que han ido cerrando, como el de la estación del Palancar en Barracas, el Tristán en la sierra-Calderona, los refugios de Agres en Mariola y otros refugios y zonas de acampada que ya no formar parte de la oferta de uso público. A esto se le añade el grave problema que supone para algunos ayuntamientos ubicados en pequeños municipios de interior y con escasos recursos públicos, la gestión de estas instalaciones en óptimas condiciones, ya que muchos de estos.

Ante esta situación los colectivos que salimos a la montaña, llevamos años denunciando esta falta de inversiones. En muchas ocasiones nos vemos obligados a desplazarnos a otras comunidades vecinas con mejor oferta o a reservar albergues y campamentos privados.

La Generalitat Valenciana ha promovido un modelo de uso de la acampada y refugios que nada tiene que ver con lo que desde hace décadas vienen realizando grupos scouts y entidades montañeras, hasta nos vemos obligados a compartirlas con otros colectivos que hacen uso de ellas para el botellón y la fiesta.

Vemos con impotencia cómo la Generalitat, ante la falta de medios, está optando por cerrar las zonas de acampada y refugios forestales, dejando la oferta de pernocta en manos de las instalaciones privadas, sin apoyar a los pocos ayuntamientos que mantienen estas instalaciones con graves problemas de masificación y de mal uso, y todo ello sin cambiar el modelo de gestión de estas instalaciones públicas al aire libre.

Tenemos el compromiso con la juventud de educar e inculcar valores de responsabilidad, respeto y conservación del medioambiente, combinado con la realización de actividades deportivas y educativas en estos entornos. Ellos son los principales responsables para que en un futuro nuestro patrimonio natural siga vivo y se respete como se merece. La Administración Pública juega un importante papel para dotar de los medios y recursos necesarios que permitan disfrutar de la naturaleza, ya que una educación ambiental correcta no será posible sin una oferta pública de instalaciones al aire libre en condiciones y bien regulada, que pueda atender la demanda de miles de jóvenes amantes de la naturaleza que buscan conocerla y disfrutarla de manera ordenada y sostenible.

La Federación de Deportes de Montaña y Escalada de la Comunidad Valencia, que agrupa a 22.000 federados y 500 Clubs, siempre estará dispuesta a colaborar con las diferentes administraciones trabajando para dar un giro en positivo   que beneficie tanto al entorno natural como a los usuarios que hagan un uso responsable y educativo de las zonas de acampada y refugios de nuestras montañas.