La cultura de Benidorm no puede perder sus raíces
“Cuando se anula una cultura y termina por perderse, es la Humanidad misma la que pierde un poco de su savia y un poco más de su saber”.
Wilhelm von Humboldt
Quisiera realizar ciertas reflexiones sobre la cultura de mi pueblo. Tal vez no en voz alta, sino de forma escrita, en la cual puedo ordenar mis palabras o mis ideas acerca de lo que entendemos como gestión cultural municipal. Tampoco es mi intención ser un experto en la materia y tal vez mi ignorancia me arrastre a ese punto de osadía que necesite para hablar sobre Benidorm y su paupérrima actividad cultural. Apropiándonos de definiciones encontradas en las hemerotecas, podemos entender la cultura en Benidorm como un factor de identidad que permita reforzar el sentimiento de pertenencia a una colectividad, como instrumento de desarrollo, como factor de cambio y de democracia social. Pues bien, ¿es cierto en Benidorm? ¿Estamos aplicando aquellas políticas que tienen como objetivo desde un punto cultural reforzar nuestra identidad como pueblo?¿Estas políticas cohesionan a los diferentes agentes sociales dinamizando y tejiendo una estructura social que utilice a los mismos como instrumento de desarrollo? No lo creo. Benidorm y por ende su equipo de gobierno, debería actuar en tres ejes de intervención:
1. La afirmación de nuestra identidad cultural. Sería tan sencillo como mejorar los conocimientos sobre el patrimonio y la historia del municipio, promoviendo su valoración. Planificando acciones concretas de desarrollo como la creación de un consejo municipal cultural donde exista una representatividad de los diferentes agentes sociales que integran Benidorm. Deberíamos participar en la afirmación de la realidad artística y cultural mediante nuestro mobiliario urbano proyectando el conocimiento de hitos destacados de la historia y de las personas.
2. Acceso de los ciudadanos a la vida cultural y su participación en la misma. Deberíamos otorgar prioridad a la sensibilización de las artes y la cultura mediante proyectos que aumenten y diversifiquen durante todo el año, la oferta de actividades recreativas, culturales y artísticas. Tendríamos que fomentar la formación y promoción, así como fomentar la utilización de equipamientos municipales. Entendemos que deberíamos además promover y reforzar la educación, información y la animación cultural desarrollando, por ejemplo, horarios y uso la Biblioteca Municipal, así cómo buscar y utilizar lugares permanentes y estratégicos para la promoción de servicios y actividades culturales. Deberíamos por tanto estimular la práctica artística y promover el interés de la población por las artes en general para poder establecer un acercamiento entre artistas y ciudadanos y colaborar en la difusión de las propuestas culturales que emergen en Benidorm.
3. Apoyo a los creadores y a las artes. Mediante valorización de los artistas, de forma concertada con diversos medios que colaboren para la visibilidad y promoción de los artistas con motivo de eventos relacionados con Benidorm. Colaborando en su difusión y proyección como reconocimiento de su potencial turístico y económico. Iniciando a nuevos públicos a las prácticas actuales de los artistas de los oficios artísticos. Deberíamos velar por la integración del arte en la planificación urbana e incitar a los promotores privados a desarrollar la integración del mismo en la arquitectura y el entorno, facilitando la difusión de las obras en el centro de la vida.
En estos tres ejes deberían centrarse las políticas culturales de Benidorm. Mientras, me seguirá entristeciendo ver como el “Museu Boca del Calvari” sigue sin contenido, sin objetivo, cerrado sin ningún motivo aparente, derrochando espacio que podríamos utilizar para exposiciones o actividades. Me seguirá entristeciendo ver como existen bandas de música (tres, creo recordar) a las cuales no se les saca ningún tipo de rentabilidad cultural. Me seguirá entristeciendo ver como ha desaparecido la semana cultural de Benidorm, o premios literarios como el “Gos i la Tortuga”. Me seguirá entristeciendo ver como la desidia o la incapacidad de gestionar pueda acabar con el “grup de dolçaina”, el grupo de teatro municipal y demás entidades culturales o llevarlas al ostracismo. Me seguirá entristeciendo ver como no existe una cohesión de los diferentes agentes sociales que participan en la vida cultural de Benidorm, que fomenten y promocionen la cultura pròpia, no convirtiéndose en uso y consumo elitista. También me seguirá entristeciendola nula difusión y protección de nuestro pasado pesquero. Mientras, el tiempo irá borrando las huellas de nuestro pasado, pasado que quedará olvidado convirtiendo a Benidorm en una ciudad sin personalidad, sin alma, en la cual al visitante, cada vez más exigente, le será más fácil abandonar y cambiar por otra u otras que si apostasen por fomentar su identidad y acervo cultural.