Una red corrupta sin líneas rojas
Durante la última década hemos podido comprobar cómo en Castellón, se ha desarrollado larvada y calladamente una red clientelar desde las instituciones que hasta hace bien poco ha ido alimentándo votos cautivos y promesas particulares, lejos del interés y del bien común de la mayoría de la ciudadanía.
Y digo hace poco, porque asistimos al ocaso de este sistema que ha funcionado con prebendas para unos y grandes promesas y proyectos para una mayoría de ciudadanos, a la sazón la mayoría incumplidas o con un resultado desastroso de gestión de proyectos irrealizables que tiene como consecuencia una deuda impagable para el futuro, un desprestigio de la politica y un hartazgo generalizado.
Fabra ha encarnado este sistema que se ha denominado impropiamente caciquil. Cacique era utilizado en centroamerica antiguamente para los lideres tribales de reconocido prestigio y valía. Término del que cada día se aleja más por cada nuevo caso que salta.
Ya ha sido enjuiciado y acusado, tras una década de dilaciones y archivos frustrados de quien ya no se presentará a la presidencia de la audiencia. Su aventurado recurso, responde más a las bravuconadas propias del hoy ex-presidente que a la satisfacción que él mismo ha manifestado. Sentencia que no ha entrado a las implicaciones políticas, sólo a dar respuesta a las contundentes pruebas de los peritos de hacienda en su contra.
No debemos olvidar que quien fué considerado por Camps y Rajoy como un político ejemplar, es hoy un tipo que cuando menos, burla al fisco, que somos todos. Esta ejemplaridad ha sido contestada con una nueva imputación entorno a las comisiones cabradas a los municipios por unas entradas de toros de La beneficiencia por parte de la Diputación, por su presidente y su vice, Francisco Martinez. Este último implicado, a su vez, en otro presunto caso de corrupción entorno a los terrenos que cedió a la empresa de sus hijos donde precisamente la Diputación pensaba situar la depuradora de Borriol. No es extraña la normalidad en las cesiones de suelos dentro y fuera de la familia, puesto que en su municipio ha de Vall D'Alba ha sido acredor de muchas cesiones “desinteresadas” por parte de sus vecinos, siendo el beneficiario, así como de la concesión de obras a sus propios socios y apoderados.
Quien en su dia ya fue investigado por la fiscalía por alterar el padrón del municipio con más de 150 inmigrantes siendo archivado, el INE demostró que no residían en el municipio y tuvo que desempadronar a más de 30.
De beneficiados a beneficencias, seguimos con la inmigración, porque las entradas de toros asignadas a los municipios, a modo de impuesto revolucionario, fué denunciado por el consistorio de Vila-real, al ser facturas, como muchas otras que están apareciendo, sin poder ser justificadas por cualquier intervención. Las implicaciones van mucho más allá de unas facturas por pagar. Lo que se vislumbra detrás de ello es una trama cuyo objeto es el de recaudar fondos presuntamente benéficos destinados a la ONG Contigo Colombia, que junto a Colombia nos Une, están presididas por un funcionario municipal en activo de la agencia AMICS, único representante e interlocutar en el Foro Municipal de Inmigración de esta población, siendo recientemente destituido de esta última función por verse implicado en el reparto fraudulento de alimentos procedentes del Banco, desde su ONG, y del que aún ha de dar explicaciones tanto él como el Ayuntamiento, así como de grandes subvenciones.
Una trama que ya fué denunciada en su día por el presunto engaño de inmigrantes que asistieron a un Miting de Rajoy a cambio de un trabajo que nunca llegó.
Con todo, y los precedentes que existen el actual presidente de la Diputación, Javier Moliner, destituye inmediatamente a su vicepresidente Martinez, siguiendo el manual de Alberto Fabra y sus líneas rojas, pero acto seguido lo atornilla a su acta de diputado provincial con una dedicación exclusiva de 40 mil euros, sólo por asistir a los plenos. Todos conocemos esas líneas rojas muy bien, son las que valen para la ciudadanía, pero no para los que nos gobiernan.