Cero responsables
El Consell ha usado a la CAM como la solución a sus problemas de liquidez. Cuando necesitaba dinero, pedía prestado el dinero de los valencianos depositado en la caja de ahorros, 1.200 millones de euros en total, 200 de ellos conseguidos dos días antes de que el Banco de España la interviniera. Después, la CAM no tenía liquidez para poder prestar dinero a PYMES o autónomos, con el consabido daño al tejido empresarial cifrado en más de 20.000 empleos destruidos.
Financiera barata
Además, los consejeros del PP de la CAM confundieron a la caja de ahorros como una financiera barata de uso particular, empleándola para conseguir créditos blandos con los que inyectar dinero en sus negocios privados, siempre con el visto bueno del Consell. No solo no prestaba la CAM dinero a los pequeños empresarios, que son los que crean puestos de trabajo, sino que ese dinero que negaban se lo prestaban a sus propios directivos en condiciones inaccesibles para el cliente de la caja.
Son, primero, los gestores de la CAM y, segundo, la institución pública supervisora en primera instancia, el Consell, los responsables de las grandes decisiones tomadas en el seno de la CAM. Decisiones que aún no han justificado ni explicado ante la sociedad alicantina. Un ejemplo más de cómo gobierna el PP, de cómo su discurso público no acompaña a su acción de gobierno.
Negocios ruinosos
El 60% de las 114 empresas en las que la CAM tiene algún tipo de participación cerraron 2010 con pérdidas, su cartera inmobiliaria se ha devaluado, su índice de morosidad se ha disparado y sus negocios inmobiliarios se han depreciado. No contentos con eso, ahora 973 empleados de la caja de ahorros van a perder su empleo próximamente a causa del cierre de 107 oficinas. A ellos son los primeros a los que el PP valenciano tendría que dar explicaciones de su actuación política en la CAM.
La obra social
Esta situación se agrava aún más al quedar la obra social, el estandarte de la caja, en el aire. Su continuidad está solo garantizada hasta final de año y todas las actividades de carácter medioambiental y de atención social, que complementaban la acción pública y generaban puestos de trabajo, penden de un hilo y de los caprichos del banco que gane la subasta de la CAM. Un panorama desolador, fruto de la gestión del PP. Todo un ejemplo de lo que está por llegar.