Sin banca ética, hay frivolidad para rato
Me declaro subordinado y objetor a Bankia, más allá de las preferencias de unos u otros. Tras meses y meses de lucha he recuperado mis ahorrros y en cuanto se cierre la demanda judicial haré lo propio con la cuenta en esta entidad.
Una entidad que debiera ser santo y seña para esta comunidad y la de Madrid, ha sido fagocitada por cleptómanos de todo pelaje con hilo directo de su dirección con la del PP, representado por Blesa con 16 millones de fianza y Rato con 3. Intimos de Aznar que parece ser el culpable de estos desmanes para no asumirlos Rajoy. A Rato se le ha buscado salida honrosa desde el PP, con una suspensión temporal de militancia, sin expulsión y sin compromiso de devolución, ni de culpa, ni de investigación interna, ni en el parlamento, voluntariamente, Génova, de hecho, no ha hecho nada aún. Inaudíto, pero la estratégia Rajoy con Bárcenas, hoy se aplica de forma atenuada, así que tenemos impunidad política para Rato, la judicial curiosamente no le ha llegado tampoco por las preferentes, ni por la inyección de dinero público sin control, ni por las desastrosas inversiones de la entidad, ligadas a amistades y cambalaches, sino por no declarar ese 1% de algunos de sus sueldos.
Pero no nos quedemos en la frivolidad de no contar como sueldo el uso abusivo de tarjetas a cambio de silencio de los consejeros. Es curioso como se apela a la responsabilidad para justificar elevados sueldos, cuando no se hacen auditorías internas, ni externas ni por parte de Bankia, ni del Banco de España. Debe ser lógico, cuando todos los miembros de la dirección del PP están acostumbrados a sobresueldos en su propio partido, cobrar en diferido y como no separa nunca el PP lo jurídico de lo legal, nunca se asumen responsabilidades. La imputación a los Pujol, Blesa o Rato, puede resultar ejemplarizante, pero en realidad no debe ocultar la verdadera crisis territorial y económica que hay detrás y que en ningún momento se asume por parte del gobierno de Rajoy.
El rescate a Bankia, supuso más de 23.500 millones en inversión pública que salvó la estabilidad financiera de muchas carteras, pero se olvidó de quienes fueron engañados, desahuciados, emprobrecidos, endeudados, en fín, no se utilizó para hacer un rescate social como sería necesario en este país a través de una banca pública, que hubiera salído muy fortalecida de cara al futuro. En cambio, la entidad fué “saneada” con miles de despidos, cierre de entidades y endurecimiento de las comisiones y condiciones de préstamos y crédito sin contraprestación social alguna y a fondo perdido.
El Consell de Fabra, quien se llena la boca pidiendo el cese de Rajoy, , resulta que se benefició igualmente de tarjetas opacas por un valor de casi 1.200 millones a razón de 577.000 euros diarios sin justificar y que no quiere desvelar, para huevos kinder entre otros gastos. Dificilmente sostenible, ocultar tus frivolidades, cuando señalas a otros para tratar de desviar la atención de tus propios desmanes.
En realidad, la transparentes pasa por serlo en las inversiones, en la toma de decisiones, en la participación colectiva de los mismos, de una inversión dirigida a la sociedad en la que se inserte y no especulativa que nos lleva a más crisis, a lo local y a la economía productiva. Eso sólo será posible con la ayuda de una Banca Pública potente, como de la que disponen todos los paises punteros, más allá del ICO. Junto con un empoderamiento de una Banca Ética cooperativa, propiedad de miles de personas y organizaciones que trabajen para un proyecto común de democrácia económica y en consonancia con la economía del bien común, permite que la ciudadanía pueda optar y decidir donde va su dinero más allá de una capitalización que cede toda responsabilidad y decisiones a una banca tradicional que nos ha llevado a estas crisis cícliscas inhumanas.
Yo he optado por este tipo de Banca dado que donde va mi dinero van mis valores y toda contribución puede ser decisiva para crear una sociedad más justa y de valores más democráticos.
