Aprobación de la ordenanza de concesión de subvenciones en concurrencia competitiva en materia de fiestas
Desde el más absoluto respeto, para todas y todos y a pesar de lo que digan por ahí, no pretendo ningún ataque, ni prohibición, ni penalización ni eliminación de ninguna subvención. Porque los pasos atrás son propios de otras políticas…
Politizar con la palabra “tradición” es algo usado en demasía, más bien de políticas de saldo y del discurso facilón…
Hace no demasiado tiempo, nadie hablaba de cambio climático, de la necesidad imperiosa de reciclar, o de reducir la contaminación y hoy el mundo está avocado a un cambio drástico para paliar los efectos del cambio climático y sus repercusiones en el día a día. En materia de nuestras fiestas, y pisando suelo saguntino los festejos tienden a cambiar, a mejorar, a completarse. Cada vez se mira más que las fiestas sean para todos y todas, y que no primen los actos con animales, para que nadie salga perdiendo cuando de lo que se trata es, precisamente, de estar de fiesta y de disfrutar.
Siguiendo el hilo argumentativo, conviene mirar bien hacia dónde queremos dedicar el dinero del Ayuntamiento, que vaya a muchos lados y que la fiesta enriquezca su abanico de posibilidades, por eso lo de no dedicar fondos públicos a la compra o alquiler de animales. Para mí, es simplemente una cuestión de principios.
La demanda social, como dije antes, es cambiante, y en muchos municipios ya está sucediendo, con la subvención de actos con animales. Por citar un ejemplo próximo y destacado, en Paiporta, la alcaldesa pactó con la comisión de fiestas repartir ese dinero a la compra de libros de texto para los escolares. A nivel nacional, la Fundación Altarriba, dedicada a defender los derechos de los animales cifra en 564 millones de euros en subvenciones.
Que quede bien claro que nosotras y nosotros no queremos prohibir nada, y en materia de este tipo de festejos, aclarar, que lo que sí se subvencionaría serían las infraestructuras de lo que rodee a las fiestas (recinto, cercado, barreras, o despliegues de medios, música…), pero no el mercadeo con ninguna especie animal.
Con esta nueva forma de hacer política quisiera unas fiestas que fueran más participativas y más variadas. El objetivo es abrir la mente a otras posibilidades. Buscar el apoyo económico a temas no susceptibles de polémica animal, con lo que la ventaja sería más dinero a otras actividades sin controversia que enriquezcan aún más las fiestas y las hagan más variadas o incluso más acordes a la mayoría de la ciudadanía, si se pudiera.
El hecho de que se diera la posibilidad, de que no se subvencionen con dinero de todas y todos, la compra o alquiler de animales, no debe tomarse como un ataque. El político o política en calidad de representante de los ciudadanos y ciudadanas, ha de actuar para todas y todos, y no queremos ponernos en contra a nadie, aunque en este tema haya muchos intereses creados y se haya politizado incorrectamente en este hemiciclo. Tendemos un puente para dialogar con las comisiones y los organizadores la forma de cambiar los programas de fiestas tal y como reclama cada vez un mayor número de gente en estos tiempos, y apelamos al consenso, para que cada vez más colectivos se involucren en la gestión de unos festejos que aúnan diversión, respeto y entretenimiento para todo tipo de sensibilidades.
Cuando dije animales, dije ANIMALES. De cualquier especie. No mezclemos ni confundamos a la platea. Creo que no es pedir tanto… que no se pague con dinero público la sola compra o alquiler de animales.
Para concluir, se ha retirado el punto en cuestión, en aras de que vea la luz la ordenanza, pero a título personal, diré que me mantengo y me mantendré fiel a éstas, mis líneas políticas y que como he dicho, siempre se darán desde el respeto, porque sí se puede.