Es ahora o nunca. Paremos de construir en la costa de Benissa
En la vida, cuando una decisión es irreversible, intentamos pensarla muy bien. En Benissa estamos por tomar una decisión irreversible para todos y el equipo de gobierno no quiere llevarla a debate público.
La decisión es sencilla y se tomará en el nuevo Plan General; seguir construyendo en la zona de la costa o parar máquinas y conservar los pocos espacios naturales que nos quedan.
Es ahora o nunca. Nuestros cerca de 4km de costa están ya casi totalmente construidos. Desde Cap Blanc a Les Bassetes, los primeros 2km desde la línea de costa hacia el interior están ya ocupados con miles de chalets. Un gran porcentaje de estas viviendas, vacías y con necesidad de reformas.
Pero la fiesta del ladrillo no para hasta que no quede ni un sólo metro disponible, o hasta que lo que quede no tenga valor para ser comercializado. Y nuestro actual gobierno avala esta fiesta suicida para nuestro territorio.
Vamos a la visión satelital, y vemos que sólo quedan unas pocas manchas verdes que se podrían contar con una mano y que sorprendentemente algunos partidos políticos se afanan en convertir en nuevas urbanizaciones. Como lo oyen, aunque no lo dicen en público.
Sólo van a ganar los promotores inmobiliarios. Nuevamente. Con la diferencia de que en esta ocasión si esto se materializa, ya no quedarán pulmones verdes en la costa. Toda esta zona será absolutamente un mar de cemento para siempre.
La paradoja, es que la pérdida de estos pulmones verdes será también una pérdida de valor turístico para nuestra población. Nadie quiere ir de vacaciones a un sitio que vilipendia sus características naturales. Una vez más la avaricia rompe el saco.
No se debe construir ni una urbanización más en la zona de la costa.
Hoy ya tenemos urbanizaciones kilométricas con grandes problemas de raíz, como falta de alcantarillado, aceras o iluminación. Problemas, que décadas después de que esas urbanizaciones fueran concebidas no han podido ser solucionados, por ser inabarcables para el propio ayuntamiento que las concibió. Estos sí, son asuntos a trabajar desde ya por el bien de los vecinos y vecinas de la costa y por el medio ambiente.
Hay soluciones. Aún quedan parcelas en zonas urbanas de la costa, y sí paralizamos la construcción de nuevas zonas de chalets, pero facilitamos e incluso incentivamos la reforma de viviendas, vamos a conseguir que nuestro sector de la construcción y mantenimiento de viviendas tenga trabajo para muchos años, y todo sin destruir el poco espacio libre que nos queda.
No es momento para medias tintas, no desarrollemos ni una zona más en la zona de la costa. Apostemos por la reforma de viviendas, diversifiquemos la economía incentivando otros sectores y protejamos con uñas y dientes los pocos metros libres que aún nos quedan.